La remesa de articulillos independientes de Antonio Balsalobre

Columnas

Como la aurora de Nueva York lorquiana, Murcia gimió el 9 de junio, Día de la Región, por sus calles “buscando entre las aristas / nardos de angustia dibujada”. Como la aurora de Nueva York lorquiana, Murcia amaneció esa mañana con sus “columnas”, pero no de podridos rascacielos de barro, sino de ríos humanos que vertebraban esta tierra hasta confluir en el mar de solidaridad de La Fama. Las columnas de la Dignidad las formaban mujeres y hombres clamando por la sanidad y los servicios sociales, por la educación, por los barrios, por el medio ambiente y el Mar Menor, por el empleo, la igualdad y la inclusión. Y el gemido no era otra cosa que la esperanza de una sociedad más justa. Convertir el Día de la Región en el día del pueblo murciano y no en un acto político en el que un “huracán de negras palomas chapotean las aguas podridas” era el objetivo. Conseguido.

Colón

Puede que con el tiempo la Plaza de Colón acabe convirtiéndose para Casado en aquel lugar de Madrid de cuyo nombre no querrá acordarse. Por la fatídica foto de hace dos años, y por su papel de subalterno de Abascal y Ayuso en la manifestación del pasado domingo. El primero galvanizó a la derecha montaraz contra el gobierno, dejando a Casado en un papel de “extra”, y la segunda interpeló al monarca nada menos que para pedirle cuentas. “¿Qué va a hacer el rey? ¿Va a firmar esos indultos?”, fue la puñalada que asestó. «¡Ayuso, a La Moncloa!» gritó parte del público. Descolocado, el líder del PP no rechistó y su rostro embozado con mirada desconcertada volvió a eclipsarse si cabe más en aquel rincón de Colón, infausto Colón, bastante menos concurrido, por cierto, la mitad menos, que hace dos años.

Fractura

Lejos de ser un acto anecdótico, la bofetada asestada al presidente de la República francesa por Damien T, de 28 años, que se define a sí mismo como defensor de los “chalecos amarillos” y de “ideas políticas tradicionalistas de derecha o de extrema derecha”, vendría a ser la punta del iceberg de una sociedad cada vez más crispada, polarizada, y de un contexto político en que todo vale, también la violencia física, para manifestar el desacuerdo. Crispación y polarización, por cierto, que en España no nos resultan nada ajenas. Y que en Estados Unidos, durante el duelo Trump/Biden, culminó con el asalto al Capitolio. Ese clima de exaltación, exclusión y enfrentamiento visceral, de fractura territorial y política, es lo que urge ahora superar en Cataluña y en el resto de España. Lo lamentable es que, tanto en un lado como en otro, no todo el mundo esté por la labor.

Feliz cumpleaños

Aunque no sea la primera vez que lo hago, quiero desde esta columnilla desearle lo mejor a un amigo que hoy cumple años. A un compañero del alma de esos que, como decía el oriolano, con quien tanto he querido y sigo queriendo. A un amigo que conocí en mi más tierna infancia y del que no me he separado desde entonces, y ya van bastantes años. Juntos aprendimos a nadar en este proceloso mar que es la vida, juntos nos hemos sumergido infinitas veces en las aguas correosas de ese río que nos lleva y que ahora llamamos Segura. Juntos hemos escalado casi a diario ese monte altivo que lleva por nombre la Atalaya. Juntos hemos luchado, viajado y recorrido mundo, hablado otras lenguas, ganado y perdido; juntos hemos tenido días buenos y otros mejorables; juntos hemos reído y llorado, sufrido y amado. Que cumplas muchos más, amigo que te pareces tanto a mí.

 

 

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