Una solución poco valorada
La semana pasada se produjo un hecho inesperado, o más bien inusual, el cual podría ser la solución a uno de los mayores problemas de la nación, y una vez más, un movimiento político importante se inicia en Murcia. La debacle de UPYD se inició en tierras murcianas, con la transacción de la mitad de la afiliación de este partido a Ciudadanos, iniciando así la formación naranja su despegue fuera de Cataluña. También aquí, hace un par de meses, se le dio la puntilla al partido veleta, quién con tan sólo 6 diputados, quiso transitar de la vicepresidencia a la presidencia de la comunidad, pasando de sostener al PP a apoyar al PSOE; el fracaso de dicha iniciativa dio lugar a un efecto dominó con las fracasadas mociones en Madrid y Castilla-León y las posteriores elecciones en Madrid, dando una espectacular victoria a la derecha. Obviamente, no se trata de un suceso a la altura del acontecimiento planetario, como definió Leire Pajín la conversación de Rodríguez Zapatero con Obama, ni tampoco de la reunión bilateral de Pedro Sánchez con Biden a la carrera por un pasillo de la OTAN, no obstante, sí es algo a tener en cuenta en nuestra convulsa política nacional.
Se trata del cordial relevo de la máxima magistratura del ayuntamiento de Cartagena, donde Noelia Arroyo del PP sucede a Ana Belén Castejón del PSOE (mujeres tenían que ser, escribe Montiel en La Verdad), tras el acuerdo alcanzado entre ambos partidos más los dos concejales de Ciudadanos, hace un par de años, para repartirse la alcaldía. El objetivo no era otro que impedir que gobernara el partido más votado, el nacionalista, o regionalista, o cantonalista Movimiento Ciudadano, autodefinido como de ideología cartagenerista (sic). La reacción del PSOE-RM a este convenio fue echar a la responsable de este pacto y al resto de concejales, y pasar a llamarlos tránsfugas, como acostumbran en estos casos. Parecen no recordar lo convulsa que fue la legislatura anterior donde Movimiento Ciudadano y los socialistas también se repartieron la alcaldía, acabando con 20 años de la regidora del Partido Popular Pilar Barreiro. Solo que, tras disfrutar de dos años de gobierno, MC dinamitó el acuerdo a los pocos meses de dejar la alcaldía; además de las salidas de tono y escándalos que protagonizó su líder José López Martínez. ¿Qué proponía el PSOE para esta legislatura, otros 4 años de altercados, inseguridad y ausencia de medidas útiles para los cartageneros? Últimamente su sectarismo les pierde.
El nacionalismo es una ideología tóxica, causante de las mayores desgracias durante el siglo pasado, y que por desgracia se está replicando en nuestro país en las últimas décadas. Este nacionalismo cartagenero, igual que sus semejantes vasco, gallego o catalán, busca excitar los más bajos instintos de sus votantes, y ha fomentado, desde el primer momento, el enfrentamiento con el resto de los murcianos, dando rédito electoral como se ha comprobado. La idea nacionalista tiene éxito, funciona; en el caso de Movimiento Ciudadano pasando de la irrelevancia a ser la lista más votada. Pero a la larga no trae ningún beneficio para la ciudadanía excepto para sus líderes, como se puede comprobar en el caso catalán. Es por ello que la solución alcanzada en Cartagena me parece la más inteligente para combatirlo. La dirigente socialista sabía lo que arriesgaba al confirmar este pacto, sin embargo, aun así, prefirió sacrificar su carrera política en aras del bien común.
Los sucesivos gobiernos de España, tanto de PP como de PSOE, llevan décadas cediendo al chantaje nacionalista, ora vasco, ora catalán, en ocasiones ambos al mismo tiempo, con tal de hacerse con el poder o continuar instalados en el gobierno; hasta llegar a la situación límite actual en Cataluña, y la injusta situación de privilegio vasco, advertido y denunciado hasta por la Unión Europea. Dice hoy el cantante Víctor Manuel que está a favor de los indultos porque no sabe qué otra opción hay. Pues muchas, como exigir que cumplan la ley y abandonen la vía unilateral. Nunca es tarde para reconducir la situación y el modelo cartagenero es la solución más apropiada. Si de verdad los grandes partidos apuestan por la convivencia y el bien común de los españoles no tienen más que acordar un gran compromiso cuando haya nacionalistas de por medio, permitir gobernar al oponente cuando gane por la diferencia suficiente, y en caso de igualdad, gobernar de forma conjunta como en este caso. Al fin y a la postre la diferencia de propuestas entre PP y PSOE no es tanta, y es sencillo alcanzar un pacto de mínimos. Creo que esta oportunidad no se ha valorado lo suficiente y sería un buen comienzo para revertir la inestabilidad política y económica actual. Eso sí, el acuerdo debe ser entre políticos serios, fiables y con palabra; no quiero señalar….
A los «NAZIonalistas» siempre, siempre, se les ha intentado calmar con dinero, y eso es como apagar el fuego con gasolina.
Lo que hay que hacer es cerrar el grifo del dinero.
Los NAZIonalistas sin dinero no serían nada. Nada de TV3, nada de embajadas, nada de propaganda, nada de sectarización, nada de chiringuitos, nada de compra de voluntades, nada de comprar regiones adyacentes, nada de inmersión lingüística…nada de nada.
Y sin embargo ahí están Cum Fráudez e incluso el PP empeñados en seguir apagando el fuego con mas gasolina.
Por algo será…y se llama el mantener las mamamandurrias políticas de las 17 CC.AA.