La remesa de articulillos independientes de Antonio Balsalobre

Altura de miras

No puedo estar más de acuerdo con el gobierno en que ha llegado la hora de la política, de pasar página. Que ha llegado el momento de volver a la vía que nunca se debió abandonar: la del diálogo. Si nuestra democracia echó a andar gracias al acuerdo de hombres y mujeres que, sin compartir las mismas ideas, entendieron que la Constitución era el único marco posible, parece lógico y razonable que en estos momentos de dificultad siga transitando por el mismo camino. El indulto a los nueve condenados en el juicio del procés corresponde a ese espíritu. Es una decisión valiente, acertada, aunque difícil y no exenta de riesgos. Solo cabe esperar ahora que los miles de catalanes representados por los políticos indultados respondan a esta generosidad democrática con la misma altura de miras.

Empatía

Cuando hablamos de algo tan perturbador como es un padecimiento grave, crónico e imposibilitante, de algo tan personal como puede ser una enfermedad grave e incurable o un sufrimiento intolerable, deberíamos hacerlo siempre desde la más absoluta empatía, desde la más honda humanidad. Y así es como aborda, a mi entender, este grave problema la ley de eutanasia que acaba de entrar en vigor. Y así lo cree también Damián Guerao, enfermo de ELA, “atrapado como en una cárcel en un cuerpo que no funciona”, cuando declara a este periódico que esta norma permitirá morir con dignidad. Una vez más en los últimos tiempos, España vuelve a dar un paso crucial en la ampliación de los derechos civiles. Con la oposición del PP, claro está, que ha recurrido esta ley ante el Constitucional. Yo no sé ustedes, pero yo he perdido la cuenta de los recursos que presenta y luego “echa al olvido”.

“Aquí empieza todo”

Como cordón sanitario ante la extrema derecha, hace años que en Francia se creó el frente republicano. Izquierda y derecha democráticas se unen para impedir que el partido de Le Pen llegue al poder. En las elecciones regionales del pasado domingo, aun con una abstención muy elevada, este pacto volvió a funcionar. La ultraderecha salió derrotada vencida por socialistas y conservadores. En España, en cambio, es Vox quien está consiguiendo formar un frente antidemocrático atrayendo sin remedio al PP a políticas excluyentes y de enfrentamiento (Ciudadanos hace ya tiempo que no cuenta). Del “hasta aquí hemos llegado” de Casado a Abascal, hemos pasado al “aquí empieza todo”. Más que en las políticas de Hungría y Polonia, la derecha democrática española debería mirarse en lo que hacen Alemania y Francia. Pero quizá sea eso demasiado pedir a sectores derechistas que nunca han ocultado su simpatía por el franquismo.

Asedio

Como si de una fortaleza medieval se tratara, las fuerzas de la derecha acometen desde distintos flancos el asalto al gobierno. Posicionados aquí y allá, sus ballesteros lanzan flechas inflamadas con acusaciones de ilegitimidad (el gobierno siempre lo es cuando no está en sus manos). De sus catapultas proyectan artefactos megalíticos que en forma de lluvia de piedras van destinados a romper cualquier puente de diálogo. Su arietes abren brechas en los muros de las instituciones, Tribunal de Cuentas,  Consejo General del Poder Judicial, con bloqueos sostenidos. Su infantería busca el hundimiento moral de los sitiados, sin el cual no hay rendición, en manifestaciones como las de Colón o ante el Congreso. Pero que no se engañen, solo podrán ganar esta batalla con la toma del castillo. Que en democracia solo debería ser por medio de elecciones. Y eso está por ver. El gobierno aguanta legitimado por el parlamento. Hay acoso, sí, pero no derribo.

 

 

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