Los articulillos sueltos de Antonio Balsalobre

Macrogranjas

Huércal-Overa tiene 17.000 habitantes y 800.000 cerdos. No me digan que no estremece la proporción. En la Región tampoco  nos quedamos atrás. Pese a ser la ganadería regional la segunda más contaminante de España tras Cataluña, la idea es que estas macrogranjas, cada vez más  tecnificadas, masivas y dañinas para el medio ambiente, sigan creciendo como la espuma. Malos olores, ruidos, gases de efecto invernadero, toneladas de estiércol y purines, filtraciones en las capas freáticas, impacto paisajístico demoledor, roedores, profusión de insectos vectores de enfermedades, malestar animal impropio de sociedades avanzadas son algunos de sus efectos más nocivos. Ante esta agresión, en Yecla, Jumilla, Cieza y otras localidades se están constituyendo plataformas con el lema “Salvemos nuestra tierra. No a las macrogranjas’. En la Región ya tenemos dos millones de cerdos y, como los huercalenses, “no queremos ni uno más”. Los Ayuntamientos se oponen, pero la Comunidad Autónoma podría acabar dándoles su bendición.

Salir del impasse

No nos engañemos, la presencia del rey en el acto judicial de Barcelona hace un par de semanas hubiera supuesto la “bendición” de un presidente del Poder Judicial interino, con mandato caducado y pieza esencial en la estrategia de acoso y derribo al gobierno por parte del PP. No creo que el rey esté para prestarse a esos jueguecitos. Hizo bien pues el gobierno en plantarse. Hace dos años que el señor Lesmes debería haber dejado el cargo, sin embargo el PP lo mantiene bloqueando antidemocráticamente la renovación del consejo exigida por la Constitución. Con la nueva mayoría parlamentaria surgida de las urnas, Lesmes no sería presidente del CGPJ. Quien más se resiente de esta obstrucción partidista es, no cabe ninguna duda, la propia Justicia. De algún modo habrá que salir de este impasse. Bienvenido sea, por lo tanto, el proyecto de desbloqueo que prepara el gobierno.

Difamación

No hay caso. No lo digo yo. Lo dice taxativamente la Audiencia Nacional que hace unas semanas devolvió a Pablo Iglesias la condición de víctima en el procedimiento abierto por el juez Manuel García-Castejón contra él. El magistrado, no obstante, insiste obstinadamente en pedir su imputación. “No hay pruebas que sustenten los hechos”, dice el auto. ¿Qué más da? “Solo meras hipótesis, rumores”, recalca. ¿Y qué? “No hay denuncia” de la supuesta víctima, prosigue. Pues bueno. Y la cosa no queda ahí. Ante las reacciones que ha suscitado su decisión, que se acata pero puede ser discutida, ¿o no?, García-Castejón pide amparo al CGPJ interino de Lesmes y acusa a miembros del Gobierno de alentar una campaña de difamación en redes sociales contra él. ¿Acaso no es esa acusación infundada tan difamatoria o más, viniendo de un magistrado, que los supuestos insultos que dice recibir de unos tuiteros indocumentados? Cabría preguntarse entonces quién difama a quien.

Glück

“No existe alegría sin una sombra de miedo / Y no hay desaliento sin una sombra de esperanza”. Conocí la poesía de Wislawa Szymborska cuando le concedieron en 1996 el Premio Nobel de Literatura. Desde entonces me han acompañado estos versos suyos. Valen tanto para los tiempos de vino y rosas como para estos inciertos que estamos viviendo con la pandemia. Sin el premio, probablemente me hubiera perdido la obra de esta magnífica poeta. Me está ocurriendo lo mismo con Louise Glück, a quien acaban de concederle también el Nobel. Los poemas sueltos que están publicando periódicos y revistas me invitan a acercarme a la librería a adquirir alguno de sus libros. Con que encuentre en su poemario algún verso que como el de Szymborska me acompañe largo tiempo, daré igualmente por bueno el galardón.

 

 

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