El cuaderno de Opinión de Antonio Balsalobre

Cieça.1477. La sombra del rayo

Quienes tienen la amabilidad de acercarse a esta columna recordarán que hace meses comenté que estaba terminando mi última novela, dándole los últimos retoques. Que andaba despidiéndome de los personajes que me habían acompañado durante meses, años, reescribiendo alguna página que no me convencía del todo, dejándola reposar para ganar perspectiva… Pues bien, una vez acabada y después de semanas duras e intensas corrigiendo las galeradas, hasta quedar honestamente convencido del resultado, ya tengo el libro en mis manos. Me lo ha traído Fernando Fernández Villa, mi editor, de Alfaqueque Ediciones. Me dice que ya está a la venta en las librerías de Cieza y que la próxima semana lo estará en el resto de España y en internet. Es una nueva novela histórica, en cierto modo una continuación de Maryam de Siyasa, ambientada en el siglo XV en Cieça, en el Reino de Murcia, en Castilla… y que él, afectuosamente, define como cautivadora y conmovedora. ¿Qué sientes?, me pregunta, mientras voy hojeándola. Le contesto que la otra noche le oí decir a una mujer nonagenaria, la grandísima poeta cartagenera María Teresa Cervantes, en el documental La eternidad de las palabras, de Primitivo Pérez, que tal vez la vida sea como un libro del que vamos pasando las páginas. Y en esas estamos, en escribirlas y en pasarlas.

Por cierto, la novela se titula: Cieça.1477. La sombra del rayo.

Netanyahu se frota las manos

Fue un ataque directo de Irán a Israel, el primero que se recuerda desde la revolución jomeinista. Muy calibrado, desde luego. Tanto que pudo parecer un “ladro, pero no muerdo”. En el fondo, poco más que un mensaje interno de los ayatolás para contentar a los suyos. Podría quedar aquí la cosa en este toma y daca entre enemigos que se disputan el poder en la zona si no fuera por que a Netanyahu, acorralado, le interesa atizar esa llama para seguir garantizándose el apoyo occidental y continuar con su genocidio en Gaza. Es posible que haya quien piense, después de ver cómo masacra el Gobierno hebreo sin misericordia a los palestinos tras el ataque terrorista de Hamás (también lo ha hecho antes del 7 de octubre, seamos rigurosos), que los israelíes se lo tienen merecido. A esos, habría que recordarles que no siempre el enemigo de un enemigo tiene por qué ser amigo. De hecho, también al régimen iraní se le conoce por sus crímenes. Tampoco debería darles pie esta agresión a los que apoyan a Israel para justificar la anunciada invasión de Rafah, esta sí, devastadora, con visos de convertirse en otra “carnicería”. A decir verdad, con este ataque, a Netanyahu se le han abierto los cielos. Reprime una sonrisa y se frota las manos.

Claveles

Ver a un soldado enarbolando un fusil de cuyo cañón brota un clavel, en lugar de una bayoneta, es probablemente el acto de paz más simbólico que se pueda presenciar. Ocurrió en Portugal, un 25 de abril de hace 50 años. 5.000 militares se echaron a la calle aquella madrugada para poner fin a la dictadura salazarista. No tardó el pueblo en unirse a aquella sublevación pacífica que aspiraba a democratizar, descolonizar y desarrollar el país vecino. Y no tardaron mucho en caer las dictaduras franquista y griega, aunque en nuestro país hubiera que esperar a que falleciera el dictador. Luego nos quedaría para siempre Grândola, Vila Morena, la canción que sirvió de detonante a aquella explosión de alegría y de esperanza. Frente a ese estallido de paz, a esos fusiles adornados de flores, se alza otra imagen que constituye probablemente el referente más crudo de los horrores de la guerra. El cuadro de Goya de los fusilamientos del 3 mayo, otra fecha cercana. Las carabinas apuntando al pueblo indefenso. La metralla irrumpiendo de sus bocas incendiadas. ¿Veremos algún día brotar claveles, en lugar de proyectiles, de los cañones en Gaza, en Ucrania y en tantos otros lugares del mundo masacrados por los hombres y las armas?