Adaptar las leyes a la realidad, según Diego J. García Molina

Adaptar las leyes a la realidad

La noticia de la semana, a falta de que los problemas de los españoles de a pie sea algo noticiable para nuestros modélicos medios de comunicación de masas, es que Irene Montero ha sido vetada en la coalición de extrema izquierda Sumar, a manos de sus propios compañeros de gobierno, algunos excompañeros de partido, incluso otros que otrora fueron sus amigos; no hay piedad en la política. No la quieren en Sumar porque resta, si me permiten que caiga en el juego de palabras, más que suma (votos), principalmente, por la fatídica ley bautizada por ella misma como del ‘Sí es sí’. Como ya se ha dicho en multitud de ocasiones, la ley no estuvo deficientemente articulada, ese era su propósito; la principal redactora de la ley dijo públicamente que no están a favor del “castigo punitivo”, de ahí el cambio en las horquillas de las penas a aplicar a los condenados, lo que ha redundado en la reducción de penas. Lo que no se esperaban, según ella misma ha confesado, fue la reacción de la sociedad a las rebajas de penas que vinieron tras la aplicación de la ley. El origen del empeño en producir esta propuesta legislativa vino a partir del revuelo que se montó tras el episodio denominado de ‘la Manada’ durante las fiestas de San Fermín hace siete años, donde 5 jóvenes mantuvieron relaciones sexuales con una joven de 18 años sin su consentimiento. Simplificándo el complicado asunto, se puede resumir en que dijo si, pero tampoco dijo no, quiza intimidada ante la situación, como en muchas otras situaciones ha sucedido, lamentablemente, de ahí lo de “solo si es si”, su no dices explícitamente que si, es que no.

Esta semana, casualmente, se ha conocido que algunos miembros de la manada van a ser favorecidos por la ley Montero-Sánchez, la cual ya ha concedido beneficios penitenciarios a más de  1.000 delincuentes sexuales y liberado a más de 100. Hay algo que falla en dicha ley, ¿verdad? Digo Sánchez-Montero porque tanto monta. El presidente votó a favor. En el consejo de ministros, con tres jueves ministros se votó a favor. En el congreso de los diputados se votó a favor por unanimidad. Es más, Pedro Sanchez Pérez-Castejón dijo públicamente en uno de sus discursitos que esta ley era un ejemplo, que sería imitada por el resto de países. Si no hubiera causado sufrimiento a tantas personas te tendrías que reír. Se podía haber impedido pero no se hizo, el provecho electoral está por encima del perjuicio a los sufridos ciudadanos, ¿verdad? Pues paradójicamente, la ley que surgió de su delito, del de la manada, va a ser la que les ponga en la calle antes de tiempo. Y todavía se extraña de que no la quieran en las listas y de que piensen que es un lastre. Además de su empecinamiento en culpar a los jueces por la mala aplicación de su criatura legislativa. ¡Fórmense, jueces! Exigía con altivez cuando surgieron las primeras rebajas de penas. Y mira que se le advirtió en cuanto se conoció el borrador de la ley que esto iba a suceder, ya fuera por asociaciones de jueces, por el mismo consejo de estado, y en prensa que salía constantemente.

Traigo esto a colación porque está semana ha sido violada en Cataluña una niña de 12 años. Y hace un par de semanas otra de 14. Y en Valencia otra de 11. ¿Han oído algo de esto en televisión o en medios mayoritarios? Lo de la manada ocupó primeras planas, editoriales, programas de televisión, seguimientos, conocimos sus caras, donde trabajan, que hicieron antes, durante y después… un espectáculo periodístico en toda regla. Pero de esto nada. Niñas pequeñas violadas entre varios chicos, la mayoría menores de edad, pero en ocasiones con alguno con 18. ¿Por qué no se habla de este grave problema? ¿Donde está ese ministerio tan feminista que pone la mujer en el foco como se encargan de repetir una y otra vez? Hemos visto a la ministra hasta intervenir en el Sálvame por chorradas pero nadie se interesa por estos casos. Alguien puede pensar que no es cierto o que exagero, más hoy, en la sociedad de la información en que vivimos, con una simple búsqueda por internet encontrarán información.  Tecleen simplemente en un buscador de internet “violación grupo niña”, y verán casos, y casos y casos. Hay algunas voces que si han dicho algo, y es que a estos menores se les pueda juzgar como adultos, porque esa es otra, en uno de los casos, los agresores sexuales, al ser menores, a los pocos días estaban en la calle de nuevo, en el mismo colegio que la victima. Y además lo saben y alardean de ello, que no se les puede hacer nada. Ha sido la pobre chica la que encima ha tenido que dejar su pueblo y mudarse a otro sitio para huir del horror. Y no se puede hacer nada.

Creo que ahí está el quid de la cuestión, si está pasando algo que nos supera, inesperado, que no contempla la ley, ¿a que esperamos para modificar el código penal y adaptarlo a las circunstancias actuales? Es lógico que si un niño está jugando con otro, se pelean, discuten, o cualquier otra situación, uno pueda herir al otro accidentalmente, sin embargo, un error así no puede marcar su vida, de ahí esa diferencia de trato ante la ley en una misma situación frente a un adulto. No obstante, en el campo de las relaciones sexuales, un chico no viola a una chica por accidente. No es algo que surge y de pronto la penetre sin querer. Es algo, que ya sea premeditado o improvisado, no es algo que se hace inconsciente con la mentalidad de un niño. De hecho, creo que sí algo marca el paso a la edad adulta, la perdida de esa inocencia infantil, no es otra cosa que la propia madurez sexual. Es decir, si eres mayor para violar, eres mayor para afrontar las consecuencias y por supuesto debes sufrir el castigo correspondiente y proporcionado, que no es otro que una buena cantidad de años a la sombra, junto a la imposibilidad de vivir cerca de la víctima. Es a la víctima a la que hay que proteger, no al criminal. Este también tendrá sus derechos, pero después de los de la víctima. La sociedad va evolucionando, la mayoría de veces para bien, aunque en ocasiones para mal, como en estos casos nunca vistos anteriormente con tanta frecuencia y violencia. Por tanto, igual que la sociedad en su momento necesitó una ley del divorcio, una ley entre personas del mismo sexo, y otras muchas leyes al evolucionar la mentalidad de las personas, ahora se necesita una ley que proteja a nuestros hijos. Y que salga por la tele y en todos sitios, que sepan que estos actos no tienen impunidad, que esos actos destrozan la vida de una persona pero también destrozará la vuestra, ser menor no te exime de sufrir el castigo. La otra opción es volver a la ‘Ley del Talión’, pero supongo que nadie quiere eso.