Editorial

EL PROYECTO ‘CHITO Y CHITA’ GARANTIZA LA TRANSMISIÓN HISTÓRICA Y CULTURAL DE CIEZA

Cieza debe congratularse y celebrar que la transmisión de nuestra historia, de nuestros valores, de nuestras costumbres y, en definitiva, de todo aquello que ha forjado, a lo largo de los siglos, la idiosincrasia de nuestra sociedad está garantizada gracias al proyecto ‘Chito y Chita’. Una innovadora apuesta educativa que desarrollaron (y que se ha implantado en todos los colegios ciezanos) los docentes Mari Carmen Camacho y Pedro Salinas (del CEIP Cristo del Consuelo); Olga Gómez (del Colegio Concertado Juan Ramón Jiménez); y Marta García y María Ramos (del CEIP Gerónimo Belda).

Esta es una genial iniciativa que permitirá el necesario e imprescindible aprendizaje, para las nuevas generaciones de ciezanos y ciezanas, del acervo de nuestros antepasados, para que sean conscientes (y valoren y preserven) todo aquello ha conllevado la forja de lo que es Cieza hoy en día.

Nuestros antepasados han debido superar múltiples visicitudes a lo largo de la historia. Cieza fue un territorio de frontera en el siglo XV, lo que originó su saqueo por parte del Reino de Granada y que además conllevó la muerte y el cautiverio para los ciezanos y las ciezanas de aquella época (un hecho poco atractivo para atraer repobladores a la zona, pero que nos da pistas del carácter luchador de quienes despreciaron los peligros para venir a esta tierra); la población ciezana también padeció la llamada a filas para defender la costa murciana de los ataques berberiscos durante los siglos XVI XVII; sufrió diversos episodios epidémicos (peste, cólera y tifus); la servidumbre feudal y señorial; el saqueo de las tropas napoleónicas durante su retirada; los desastres naturales por culpa de las riadas; el declive de la industria espartera, que fue hasta la década de los 60 el motor económico de Cieza y que provocó la emigración de parte de sus habitantes; y las siempre presentes inclemencias metereológicas (y también especulativas) que lastran el titánico esfuerzo, labrado con sudor y sangre, de nuestros agricultores.

Todas estas adversidades que han tenido que superar las distintas generaciones de ciezanos y ciezanas han originado lo que somos actualmente: una sociedad en cuyo diccionario no aparece, en ninguna página, la definición del miedo, pero que tiene siempre presente (escrito con mayúsculas y tatuado en su piel) el significado de la palabra superación. Y es precisamente esta superación, de todas las dificultosas circunstancias y avatares, lo que ha originado nuestra identidad, es decir, lo que somos: trabajadores, luchadores, alegres y hospitalarios; porque los siglos de penurias han grabado en nuestro ADN la frugalidad de la vida. Nuestros antepasados nos han enseñado que no debemos rendirnos nunca y que tenemos que disfrutar de todos los instantes de felicidad que nos pueda aportar el destino, ya que, como decía Antonio Machado, “no hay camino, sino estelas en la mar”. Y somos conscientes de que cuando empezamos a recorrer “la senda” ya no hay retorno.

Por tanto, nos podemos sentir orgullosos, puesto que nuestros bienes más preciado, nuestros hijo e hijas, gracias a los cuadernos ‘Chito y Chita’, ya están interiorizando el legado de nuestros antepasados.