Las reflexiones de José Antonio Vergara Parra (Parte III)

La patria

“Yo soy vasco y, por eso, doblemente español.”

(Miguel de Unamuno. 29/09/1864, Bilbao. 31/12/1936, Salamanca)

“En cuanto a Cataluña, creo que es urgente que se recupere la unidad que se rompió en mayo de 1980* y que se olvide todo lo que ahora nos separa, porque nuestro país es demasiado pequeño para que desprecie a ninguno de sus hijos y lo bastante grande para que quepamos todos”

Carta abierta al director de la Vanguardia, publicada el 16 de abril de 1981

(Josep Tarradellas, 19/01/1899, Cervelló. 10/06/1988, Barcelona)

* Toma de posesión de Jorge Pujol como presidente de la Generalidad

Corren tiempos de autocensura en los que unos hablan y otros callan. Los primeros lo hacen con la brisa a favor. Los que hemos decidido enfrentarnos a esta censura sibilina pero diabólicamente eficaz, lo tenemos más complicado. No importa pues cuando se va de frente en la defensa de convicciones y principios, nada hemos de temer salvo la tentación de enmudecer en vida; que es tanto como morir un poco.

Hoy haré una defensa de la patria desde la razón y el corazón, sin medias tintas ni concesiones, por lo que transitaré desde la sospecha al anatema por el pensamiento único, que bien podríamos definir como un catecismo laico de obligada observancia.

La patria española tiene no uno sino tres frentes abiertos.

De un lado, los ricos y poderosos cósmicos que, ávidos de nuevas y excitantes experiencias, les ha dado por jugar al globalismo. Los estados-nación, otrora añorados, son ahora el problema.  Eso de la patria, la soberanía popular y la democracia de los Estados libres no deja de ser un obstáculo para este selecto club de gerifaltes sin fronteras, lo que explica la beligerancia ejercida sobre algunos estados europeos que, sobre la base de un mandato democrático, quieren ser dueños de su destino. ¡Qué osadía, pardiez! En tan distinguido foro están los que son, los que fueron y los que, por sus fortunas, siempre han sido.  Nada tengo contra el hotel neerlandés Bilderberg. En absoluto. Pero es que nunca me han gustado los ateneos en los que se precisa invitación para entrar. Prefiero un parque sin verjas, donde corra el aire y personas de toda condición paseen o lean el periódico bajo la sombra de un árbol, sin otra pretensión que la de vivir y dejar vivir.

Los primeros ministros dedíquense a gobernar sus respectivos feudos, que para eso les han elegido. Los ex, es decir, los que ya no son, den conferencias si es que tienen quienes les paguen y escuchen. Los muy ricos, si nada les pone cachondos porque todo lo tienen, jueguen al dominó, al parchís o den de comer a las palomas. Y aquellos que consiguieron sus fortunas tras pactar con el mismísimo Satanás, todavía están a tiempo de encontrar redención repartiendo su plata entre los necesitados. Pero, por lo que más quieran, déjennos en paz, suban en sus emponzoñados jets, a sus infinitas y contaminantes caravanas de limusinas y váyanse bien lejos a largar sus monsergas. “Consejos vendo que para mí no tengo”. Mismamente.   

Los nacionalismos periféricos conforman el segundo frente. El nacionalismo más casposo no deja de ser el reflejo colectivo de taras individuales. Creerse mejor que el otro, responsabilizar al mundo por el desastroso gobierno tras alcanzar la emancipación administrativa y política, atisbar en unos concretos erres haches la sublimidad definitiva o abominar de la miscelánea sanguínea son partes de un libreto escrito por mentes dañadas. Sabino Arana  (fundador del PNV), Quim Torra (ex  Presidente de la Generalidad catalana) o Xabier Arzalluz (ex Presidente del PNV), ateniéndonos a los execrables dislates por ellos escritos o verbalizados, son la prueba definitiva de que entre los homos neanderthalensis y sapiens debió existir un eslabón intermedio desconocido para la paleontología que, de alguna manera, ha pervivido hasta nuestros días. Donde la paleontología y antropología fallaron, la psicología habría de estudiar concienzudamente las mentes y comportamientos de esta sorprendente especie. Y para muestras, algunos botones:

“Les aterra oír que a los maketos se les debe despachar de los pueblos a pedradas. ¡Ah, la gente amiga de la paz! Es la más digna del odio de los patriotas.” 

“El roce de nuestro pueblo con el español causa inmediata y necesariamente en nuestra raza ignorancia y extravío de inteligencia, debilidad y corrupción de corazón.”

(Sabino Arana, alumno aventajado de la escuela aristotélica)

“Hay algo freudiano en estas bestias. O un pequeño bache en su cadena de ADN. ¡Pobres individuos!” (extracto de un artículo bajo el título “La lengua y las bestias”, publicado en el diario digital “El Món” el 19/12/2012)

«La última vez que se vio un ejemplar de socialista catalán ya hace muchos años, a mediados de los 70 del siglo pasado. Tenía nombre, llamado Josep Pallach. De hecho, la raza del socialista catalán, que durante la República contó con un rebaño considerable, y unos nombres de prestigio como Serra i Moret o Rafael Campalans, había entrado en un proceso de decadencia ineluctable, con la mezcla con la raza del socialista español. (extracto del artículo “El PSC y la cabra catalana”, publicado el 13/05/2011 en el medio anteriormente citado)

(Quim Torra, ex Poc Honorable de la Generalidad de Cataluña)

No creemos que sea bueno que ETA sea derrotada. No lo creemos y no sería bueno para Euskal Herria” (1990).

Los presos de ETA no son delincuentes porque no matan para enriquecerse, ni para beneficiarse personalmente, sino por un ideal político» (1994).

Javier Arzalluz (ex jesuita; a Dios gracias)

El tercer frente abierto de par en par está formado por la nueva izquierda y la vieja derecha. Le nouveau sinistre, contraviniendo su propio adeene, está dónde el separatismo la necesite. Lo que sea menester con tal de ser útil para borrar cualquier signo o atisbo de una España que deploran. Una izquierda que se arroga la más abigarrada defensa de la igualdad de los ciudadanos y, al tiempo, defiende la asimetría de los españoles por razones tan diversas como mezquinas. Según parece, Sr. Boadella, esta izquierda se ha sumado a quienes, dotados de una sensibilidad extraordinaria, vislumbraron por primera vez   el hecho diferencial. Un hecho diferencial del que todos hablan y nadie ha visto en realidad. Bueno. Para no faltar a la verdad, el CNI tiene constancia de varios avistamientos del hecho diferencial. Hay testigos que dicen haberlo visto sentado en un poyete en las Ramblas de Barcelona. La policía científica, a tenor de las descripciones testificales, ha elaborado un retrato robot que, de momento, no ha trascendido a la opinión pública.      Una izquierda que justifica la amnistía para políticos presos porque de ello depende la preservación de sus prebendas y franquicias. A los presos comunes de poco les sirve posponer el adjetivo al sustantivo pues el orden de los factores no siempre altera el producto. Depende. Todo depende, que cantara aquel hombre bueno que ya duerme en el sueño de los justos.      

Una izquierda dotada de una memoria tornadiza. Aunque la mayoría de sus actuales dirigentes/as/os nacieron en democracia, recuerdan, como si la hubieran vivido,  la guerra civil y la dictadura. No así a ETA que, como quien dice, dejó las armas antes de ayer. Algo más de OCHOCIENTOS CINCUENTA MUERTOS, CUATROCIENTOS ASESINATOS SIN ESCLARECER, EMPRESARIOS EXTORSIONADOS, ÉXODO DE VASCOS A OTROS TERRITORIOS DE ESPAÑA O UNA SOCIEDAD ATERRADA DURANTE DECENIOS son hechos que han encontrado acomodo en la amnesia de la izquierda. El rencor o indulgencia de esta izquierda nada tiene que ver con la gravedad o levedad del hecho, ni con sentimiento alguno de compasión y sí con el provecho propio y la tintura del autor. Si el malhechor se auto percibiera izquierdoso o nacionalista periférico, gozaría de indulgencia plenaria más, si fuere de derechas, sus actos no prescribirían jamás.

La fascinación por la Historia es muy recomendable pero, a ser posible, de toda la Historia. La izquierda española anda muy interesada en el alzamiento, la guerra civil y la dictadura pero no parece tener interés alguno en la II República, salvo para mitificarla desde una ignorancia dolosa o involuntaria. Cuando nos acercamos a la Historia más reciente con una mirada desapasionada y curiosa, cuando buscamos conocimiento y no argumentos, podríamos descubrir que las culpas y alegatos andan muy repartidos y que la Historia debe servir para comprender nuestro pasado y encarar el futuro con ciertas garantías, pero no para enturbiar nuestro presente con señuelos, falacias o medias verdades.

La vieja derecha es igualmente responsable de la situación en la que nos encontramos. El PP no acaba de entender que la siniestra necesita al fascio y a una derechita domada y que, a falta de fascio o de doma, entonces la derecha y el fascio serían la misma cosa. ¿Recuerdan cuando  UPyD o Ciudadanos eran los fascistas? Si mañana mismo desapareciese Vox, ¿qué partido sería infamado por la zurda y sus escribientes?  Pues el PP, queridos.

Los partidos, como los individuos, tenemos dos alternativas. Pensad y actuar como tus adversarios quieren que pienses y actúes o ser como en realidad eres. La primera vía te dispensará falsos beneplácitos, tal vez triunfos impostados y, finalmente, la nada. La segunda dará sentido a lo que haces y si el éxito fuere a tu encuentro, te mirará de frente.

El PP lleva demasiados años con un doble discurso y en, ocasiones puntuales, con ninguno. Su retórica ha sido machaconamente contradicha por los hechos.

Primera legislatura de Aznar sin mayoría absoluta. El señor Aznar que, por entonces, hablaba catalán en la intimidad, rubricó el Pacto del Majestic. Les animo a indagar su contenido. Baste decir que ha sido una de las mayores bajadas de pantalones que se recuerdan. Todo sea por la gobernabilidad y estabilidad política del país, o eso dijeron. No quedó ahí la cosa. Vidal-Quadras, azote inmisericorde de Pujol y contrario al pertrechamiento del nacionalismo por parte del Estado, fue desterrado a Estrasburgo. El PP catalán jamás recuperó la verticalidad y excelencia de aquella oposición liderada por el Sr. Vidal-Quadras. Lo que no pude entender es por qué un catedrático de física atómica y nuclear la de la Universidad Autónoma de Barcelona (con un currículum extraordinario) aceptó aquella humillación. Aunque el citado Pacto del Majestic captó todo el protagonismo, no olvidemos que Aznar también estrechó la mano del jesuita arrepentido. Cesiones y más cesiones de aquestos y esotros bajo el mendaz argumento de la gobernabilidad y estabilidad del país. Un gran agujero negro, en realidad, donde el ansia patológica de poder de tirios y troyanos ha servido para armar hasta los dientes a los nacionalismos vasco y catalán. A González, Aznar, Zapatero, Rajoy y Sánchez nunca les importó la igualdad de todos los españoles; ni entonces ni ahora. El poder les resultó más apetecible o, tal vez, nunca creyeron en esa igualdad y sí en la supremacía de unas partes de España respecto de otras.  No lo sé en realidad. Lo que sí sé es que las promesas solemnes o el supuesto patriotismo de unos y de otros han sido pisoteados por sus respectivas obras que, como nos recordara el del rocín flaco, son amores y no buenas razones.

Ya no puedo confiar en los dos grandes partidos de España. Sus enconadas y quién sabe si teatralizadas rivalidades, sus intereses societarios y sus continuos cambios de opinión han primado sobre la palabra dada e interés general de España.

Sólo mantengo la esperanza en el pueblo español que, en más de una ocasión, ha salvado a la patria de propios y extraños. El 2 de mayo de 1808, los ciudadanos de Madrid marcharon al Parque de Artillería de Monteleón y recabaron armas para enfrentarse al invasor francés. Otro tanto hizo Cristina de Aragón cuyo valeroso ejemplo alentó el espíritu  de lucha del pueblo zaragozano contra el invasor francés.

A Dios gracias, hoy los peligros tienen un sesgo más civilizado aunque no por ello resulten necesariamente triviales. Parece claro que los desprecios a la patria no provienen únicamente de sus enemigos confesos sino, también, de sus más férreos paladines. Hay quien ama a su patria y quien la manosea cuan eficacísima coartada. La patria, al menos para mí, es mucho más, infinitamente más que un himno o una bandera. Mi patria es honrada y laboriosa. Camina con paso decidido pero siempre espera a que los más achacosos se unan al grupo. En mi patria todos los ciudadanos son radicalmente iguales ante la Ley. No hay linaje, fortuna o señorío que doblare la vara de la Justicia. En mi patria, mis representantes predican desde el ejemplo y cambian de opinión mas no por intereses particulares o inconfesables sino por el bien común. Mi patria no es un concepto discutido y discutible sino una imperturbable realidad histórica, cultural y política por cuya defensa numantina bien merece vivir. España no nos pertenece; nosotros pertenecemos a España. Mi patria no está en venta y jamás será objeto de reparcelación. Y si así hubiere de ser que fuere porque el pueblo español en su conjunto así lo habría decidido. Antes que español soy demócrata, antes que demócrata soy civilizado y, por encima de todo, aspiro a ser un ciudadano libre. No es casualidad que la democracia naciera junto a la retórica. Y no es azaroso que la primera retórica fuese jurídica. El profesor Alfonso Ortega lo dijo muy bien: «Aseverar que toda filosofía anterior a Marx sólo pretendió interpretar el mundo y no transformarlo entraña una absoluta ignorancia histórica.” La retórica, debidamente reconducida por los estoicos y en tanto arte de la palabra, no está llamada a ser mera persuasión o distracción sino instrumento en busca de la verdad, la ética y la justicia. Y sólo sobre esta premisa es posible construir la verdadera patria. Hoy la retórica política, jurídica y mediática imperante, apenas enervada por ilustrísimas voces, anda tras el cuartelazo por encargo del Estado de Derecho; paso previo y necesario para asestar el descabello de gracia a una España cabizbaja y rendida.