Las afecciones causadas por los rayos solares aumentan un 25% en los meses estivales
Crónicas de Siyâsa/CARM
La Consejería de Salud recomienda extremar el cuidado de los ojos durante el verano para prevenir afecciones oculares causadas por los rayos solares, ya que la radiación ultravioleta puede aumentar la posibilidad de desarrollar cataratas o degeneración macular asociada a la edad.
“Se estima que los problemas oculares aumentan hasta un 25% durante estos meses”, subrayó el director general de Salud Pública y Adicciones, José Jesús Guillén, “por lo que, si bien la protección frente a los rayos es aconsejable durante todo el año, las gafas de sol deben usarse especialmente en verano, incluso cuando el cielo está nublado”.
Guillén remarcó que la sobreexposición al sol puede provocar afecciones graves, y añadió que “afortunadamente ya está extendida la costumbre de utilizar protector solar para preservar la piel durante los meses más cálidos, pero no hay que olvidar el cuidado de los ojos. Además, hay que tener precaución porque hay superficies como el agua que reflejan estas radiaciones”.
Gafas homologadas
Las gafas de sol deben tener cristales homologados que bloqueen los rayos ultravioleta. En concreto, el tinte de la lente debe bloquear el 80% de la luz que se puede transmitir a través del cristal, pero no más del 90% de la luz, pues se generaría dificultar para ver. Gris, ámbar, marrón y verde son buenos colores para elegir.
La Organización Mundial de la Salud recomienda utilizar gafas de sol con un índice de protección entre el 99% o el 100% frente a los rayos UVA y UVB para reducir los daños oculares debidos a la radiación solar.
Asimismo, las gafas de sol deben envolver por completo los párpados para impedir que la luz entre por los lados. Esta precaución se puede reforzar utilizando sombreros con ala ancha, que funcionen como pantalla para minimizar la luz del sol que cae directamente sobre los ojos.
Las personas que usan lentes de contacto que ofrecen protección ultravioleta también deben usar gafas de sol, ya que éstas ayudan a prevenir el efecto ‘ojo seco’ que causa el viento cálido.
Protección de niños
Los niños suelen ser más vulnerables a los riesgos ambientales que los adultos, por ello, cuando estén al aire libre hay que protegerlos de la exposición a los rayos. Así, los bebés deben permanecer siempre a la sombra.
Es importante comenzar a utilizar una protección adecuada desde una edad temprana para preservar los ojos de la exposición a los rayos, dado que la dosis anual de radiación en los niños puede ser hasta tres veces mayor que la de los adultos, es importante que también lleven gafas de sol con protección UV y evitar la exposición directa al sol.
Es necesario tener especial cuidado durante las horas más intensas de luz solar y evitar la exposición entre las 12:00 y las 16:00 horas, momento en que los rayos solares UV son más fuertes, y nunca mirar directamente al sol.