El cuaderno de Balsalobre

Ante el espejo

Zelenski, como ha venido haciendo en otros países, apeló a nuestro pasado para conmovernos. Lo tuvo fácil. Le bastó evocar la barbarie cometida en Guernika para desatar toda nuestra compasión e indignación, si es que ya no estaban desatadas, ante las atrocidades cometidas en Bucha. “Estamos en abril de 2022, pero podríamos estar en abril de 1937, cuando el mundo descubrió lo que había pasado en Guernika”, dijo ante el parlamento español. Aquel año, la localidad vasca padeció un bombardeo masivo y criminal sobre la población civil por parte de la aviación nazi, aliada de Franco, que conmovió al mundo. Ciertamente, hay similitudes entre estos dos abriles que nos sobrecogen: la muerte indiscriminada de inocentes, el poder destructor de la guerra o la crueldad de unos “salvadores de la patria” (allí Putin, aquí Franco) metidos a carniceros. Está bien que nos lo recuerde Zelenski, que nos ponga ante el espejo de nuestra historia, por si algún despistado no había caído en ello.

Una de cal y otra de arena

Con el Mar Menor no ganamos para sustos. Una buena noticia se solapa inevitablemente con otra mala. Nos da una de cal y otra de arena. Empecemos por la de arena. La propuesta de la Iniciativa Legislativa Popular (ILP), avalada por  639.826 firmas y presentada ante la Comisión de Transición Ecológica por una de sus promotoras, la profesora de la UMU Teresa Vicente, ha sido tomada en consideración por el Congreso de los Diputados. Una victoria histórica, sin duda, para el movimiento ecologista y vecinal. Sigamos con la de cal. Debido a las lluvias, su acuífero está en riesgo de desbordarse y verter a la laguna aguas con nitratos. Un desastre medioambiental, desde luego, en toda regla. Son tantas las cosas que se han hecho mal (han hecho mal, para ser más precisos, quienes llevan gobernando más de 25 años la Región de Murcia) que va a costar lo indecible poner en solfa este hermoso mar.

Chanchullos y corrupción

Dicen los comisionistas implicados que actuaron movidos por el deseo de ayudar en la lucha contra el virus, pero los hechos apuntan a otra cosa bien distinta. Por un lado, a que aprovechando el momento más trágico de la epidemia, buscaron forrarse. Por otro, a que supieron mover a través de un primo del alcalde Martínez-Almeida los hilos políticos del Ayuntamiento de Madrid para conseguirlo.  6 millones por una comisión de un pedido de 15 son muchos millones. Tantos que les han dado para adquirir, entre otras cosas, más de 10 coches de lujo (entre ellos un Ferrari y un Lamborghini), un yate, una semana en un hotel de Marbella a 6.000 euros la noche y hasta un piso en Pozuelo de Alarcón, valorado en más de un millón de euros. Con lo del hermano de Ayuso, el primo del alcalde y lo que te rondaré morena, Madrid parece haber vuelto a sus mejores tiempos de chanchullos y corrupción.

Segunda vuelta

Lo decíamos en esta columna hace dos semanas. Jean Luc Mélenchon, descendiente de emigrantes lorquinos y líder de la formación de izquierdas Francia insumisa, parecía estar recortando distancias, rompiendo todos los pronósticos demoscópicos, con Marine Le Pen en la última línea recta de la campaña electoral de las presidenciales en Francia. Y así ha sido. Solo por un punto de diferencia será la ultraderechista quien compita en la segunda vuelta con el actual presidente de la República, repitiendo la final de hace cinco años. La división de la izquierda, fragmentada en seis formaciones, ha propiciado finalmente que el voto útil se concentre en Mélenchon, pero ha impedido a las claras que éste pudiera superar a Le Pen. ¿Habrá también esta vez un cordón sanitario contra la extrema derecha? De nuevo cobra vigencia la consigna que en 2017, en vísperas de la segunda vuelta, lanzó el diario Libération: “Haced lo que os dé la gana, pero votad a Macron”.

 

 

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