El cuaderno de Antonio Balsalobre

Cabalgar

Apenas tres meses después de tomar posesión, este gobierno tuvo que hacer frente a una pandemia devastadora e inmisericorde. Durante los casi dos años que duró, el ejecutivo tuvo que emplearse a fondo para aliviar los sufrimientos que acechaban a la población tanto en términos sanitarios como económicos. Entretanto irrumpió el volcán de la Palma para complicar más el asunto. Y no queda aquí la cosa, con las últimas lavas derramadas vino la cruenta invasión rusa de Ucrania que desde entonces no ha hecho otra cosa que convulsionar todavía más la situación política y económica internacional, con los precios de la energía disparados. Este cúmulo de adversidades no ha impedido, sin embargo, que el gobierno de coalición de Pedro Sánchez y Yolanda Díaz haya tramitado y aprobado casi 150 leyes orientadas a crecer en justicia social y derechos ciudadanos. Entre ellas la reforma laboral. Nadie dijo que fuera fácil gobernar. Pero al menos no se podrá decir que este gobierno no cabalga.

Recuerdos

Volver a la sierra de Cazorla es para mí retornar de algún modo a las primeras escapadas juveniles de envergadura. Es volver a aquellos primeros deslumbramientos ante la belleza sobrecogedora de una naturaleza exuberante. Aunque sea sustituyendo ahora aquellas acampadas libres en tiendas de campaña en Coto Ríos por cómodos hoteles rurales, o recorriendo en un trenecillo un parque cinegético espectacular al que antes se accedía libre y gratuitamente. Experimento, no obstante, casi las mismas sensaciones recorriendo, casi con el mismo ímpetu, los veinte kilómetros de ida y vuelta del camino que bordea la cuenca del río Borosa, entre pinos, encinas, quejigos, chopos y otros árboles frondosos. De extraordinaria belleza es la ‘Cerrada de Elías’ por la que discurren las aguas entre imponentes paredes verticales. Propenso como soy al ‘efecto proustiano’, la grandiosidad de este entorno me ha transportado una vez más a recuerdos de juventud que creía olvidados.

La sonrisa del día después

El icónico retrato pop de Marilyn Monroe con sonrisa enigmática, obra de Andy Warhol, se ha convertido en la obra de arte del siglo XX más cara jamás vendida. En las paredes de mi cuarto de estudiante, sin embargo, colgaba otra foto de ella no menos mítica. La de la actriz con la falda levantada por el aire que dejaba sus piernas al descubierto. Sus piernas que, robándole la metáfora al poeta Luis Alberto de Cuenca, me parecían dos “cohetes dirigidos al centro de la tierra”. Cosas de aquellos años de juventud. El próximo 4 de agosto se cumplirán 60 años de la muerte de la mujer probablemente más famosa del mundo. Célebre en el celuloide y abrumada en la vida. Una diva que, en palabras de su amigo Norman Rosten, lo llamaba por teléfono en mitad de la noche riendo o llorando desesperadamente cuando le tocaba cruzar el ‘Estrecho de la Desolación’. No es extraño que su sonrisa del día siguiente ante las cámaras valga ahora la friolera de 195 millones de dólares.

Por determinar

Sabíamos que el PP iba a seguir gobernando la comunidad andaluza. Faltaba por conocer si sería solo o acompañado. Ya hemos salido de dudas. Será solo, sin Ciudadanos ni Vox, y con una oposición de izquierdas débil y fragmentada, que ha pagado con creces sus errores. Moreno debe de estar en su gloria. No había mejor escenario posible para él. Entre sus aciertos están su apuesta por una teórica postura “moderada” en Andalucía frente a la línea dura y desaforada de Ayuso, que habría hecho aguas más abajo de Despeñaperros.  O situarse por encima de su partido, cuyas siglas han sido minimizadas hasta el extremo durante la campaña. Resuelta la incógnita anterior, queda ahora por determinar, como ocurre siempre que se celebran comicios autonómicos, si los resultados obedecen a una lógica regional o son el indicio de algo más. En este caso, de un cambio de ciclo generalizado favorable a la derecha. Ustedes dirán.

 

 

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