Editorial

LAS DESAVENENCIAS QUE COMPLICAN EL GOBIERNO DE CIEZA

Las discrepancias entre los que hasta la semana pasada eran socios en el Gobierno de Cieza, PP y Vox, después de la ruptura unilateral y abrupta por parte los populares, en lugar de suavizarse se están agravando, lo que podría conllevar que la supuesta “reconciliación”, que dejaron entrever los líderes de ambas formaciones para impedir que el PSOE, que fue la formación política más votada en las elecciones de mayo de 2023, pueda ser decisivo, se aleja.

Este matrimonio de conveniencia, que solamente tenía por objetivo ostentar el bastón de mando de la localidad, se está disolviendo de la peor forma posible. Vox acusa al PP de intentar retirarle los medios necesarios en el Ayuntamiento de Cieza para ejercer libremente su derecho, legal y constitucional, para ejercer su nuevo papel en la oposición. Y este es un hecho que refleja el carácter democrático de quienes así actúan y, por supuesto, es totalmente reprobable. Sin embargo, quienes ahora se sienten víctimas (y con razón) fueron partícipes de lo mismo, e hicieron mutis por el foro cuando el matrimonio (PP-Vox), por entonces bien avenido (junio de 2023), actuó de la misma manera con la oposición con el único objetivo de silenciarla.

Tal y como se están desarrollando los acontecimientos, y las posturas que están tomando los dos partidos de derechas que formaban el Gobierno municipal, se plantea un gran dilema para el alcalde Tomás Rubio, ya que se encuentra gobernando en minoría y sin visos de encontrar apoyos para ejercer sus funciones y llevar a cabo su programa político, algo que, lógicamente, redunda negativamente en el desarrollo de la localidad. Esta es una disyuntiva muy complicada que debe afrontar.

El Gobierno de Cieza carece, actualmente, de aliados en la oposición (PSOE y Vox), que suma en total 12 concejales, mientras que el PP tiene 9. Ahora mismo no los puede encontrar ni en la derecha ni en la izquierda del espectro político. Y, además, tanto Vox como PSOE lo califican, sin tapujos, de ejercer el poder ilegítimamente. Por tanto, si no es capaz de encontrar una solución que permita la gobernabilidad y la estabilidad local solo le quedará una alternativa posible: la dimisión. En esta encrucijada que atraviesa la política ciezana es prioritario tener altura de miras y actuar en aras del bienestar de la ciudadanía. Es decir, o se gobierna con estabilidad, evitando la parálisis del municipio, o se da un paso atrás. No existen más opciones.