Cieza y el drama de la migración. De los que entran (Parte IV)

REPORTAJE

Inmigrantes subsaharianos tratando de saltar la valla en la frontera de Melilla. Fotografía de la Agencia EFE

Continuación del análisis de los trabajadores del sector agrícola y la responsabilidad de la migración

Encarnación Juliá García

En cuanto a la responsabilidad de los gobiernos en el fenómeno de la migración, Abdel contesta que no puede ser solo visto como problema de determinados gobiernos: “La gente, si aquí entra en patera, en Marruecos es igual. Hacen lo posible para que no entre ningún inmigrante ilegalmente, pero entran igual, se escapan… Veo que la policía de Marruecos hace lo imposible para que no entren. Es algo que los gobiernos por sí solos no pueden parar. Igual que Estados Unidos y la migración desde Méjico, pasa aquí con las migraciones que transcurren por Marruecos, ¿cómo va a parar Marruecos eso?”

La perspectiva de las personas que más sufren las migraciones, que son los propios migrantes, se muestra así más realista que la de los Estados, que con el cierre de fronteras, o con gastos de cooperación, no consiguen atajar los efectos de una desigualdad global que crece a pasos agigantados. Al hecho de que la gente viene huyendo de la miseria y las guerras, se añade esa demanda de una mano de obra precaria, semiesclava, a la que antes se refirió, el envejecimiento de la población europea y el rechazo de los autóctonos hacia las actividades más duras, que son, sobre todo, las del sector primario (agricultura, ganadería y pesca).

Meta laboral y experiencia final

Le pregunto a continuación por cuál era su meta en lo laboral, antes de venir a España, si tenía alguna vocación que se hubiera visto frustrada, y por su formación: “Al principio vine para mejorar la vida, pero nadie sabía cómo estaba esto. Yo pensaba venir aquí para estudiar una carrera, pero cuando vine aquí con 18 años…Se pasa el tiempo, y pasan diez años… y ya, a casarse. Esto le sucede a mucha gente. Yo quería estudiar para ser mecánico o electricista. Estudié hasta los 13 años, los que aquí sería el equivalente al inicio de la ESO.”.

Un breve resumen de su experiencia migratoria: “Vine en patera. También lo pasé mal por Algeciras, en el monte. Luego salí a la carretera y fui a Cartagena, y de ahí a Almería, a Pulpí. Estuve al principio sin trabajo, dos o tres meses, y luego los fines de semana trabajaba en una fábrica de cerámica, sin contrato, sin papeles…Tras eso, empecé toda la semana…Después, en un almacén de lechuga cuando tuve papeles. Estuve cuatro años sin papeles. No me los daban porque la fábrica de cerámica estaba cerca de Lorca, y vivía en Pulpí. Me daban contrato de Murcia y en Almería no vale. Un curso, una cosa, otra…y así casi cinco años. Luego, a Asturias, tres años en el limpiando el monte. En Cieza, en el campo, al final, de 2011 a 2012, me costó encontrar trabajo. Cuando acabé ahí, estuve cobrando una ayuda y en 2015 me emplea una empresa. Al principio fue duro, no sabía podar, pero, poco a poco, en dos o tres años, aprendí, y ya después cogí el tractor y me hice tractorista.”  ¿Le gustaría mejorar su situación? Responde que, quizá montando un negocio, o sacándose el carnet de camión para llevar un tráiler.

Luchas por la mejora colectiva

Para finalizar, le pregunto si está en contacto con algún colectivo u organización que luche por las mejoras laborales o de otro tipo para los inmigrantes y si se coordinan con la lucha social interna de su país. Contesta que no, que algo conoce de su país, pero que no tienen contacto con ellos.

En relación a la lucha social en Marruecos, habría que comentar que ha habido varias olas de protesta en los últimos años. El Movimiento 20 de Febrero, en 2011, que fue parte de la llamada Primavera Árabe y que consiguió que el primer ministro dejara de ser elegido por el rey y empezara a respetarse el mandato electoral. Por otro lado, surgió en 2016 el Movimiento Al-Hirak, en la zona del Rif, duramente reprimido pero que aún sigue latente. Sus objetivos son sociales y se centran en denunciar la falta de inversiones públicas en infraestructuras, Sanidad, Educación…y también la marginación de la identidad bereber. Solo una parte minoritaria del movimiento es independentista y se inspira en la Républica de Abd el Krim de 1921-26, destruida por el imperialismo español a base de bombardeos con armas químicas y matanzas masivas por los legionarios, a cuya cabeza estuvieron los mismos militares africanistas que luego dieron el golpe de estado y condujeron a la dictadura en España.

Por otro lado, la oposición interna, actualmente está actuando a través de las organizaciones de base, pidiendo el boicot a las elecciones, incluso partidos políticos como Vía Democrática, dado que no dan legitimidad a elecciones con escasa participación.

Y en relación a la lucha por los derechos de los migrantes trabajadores del campo, en 2016 se crea en Cartagena el sindicato ALAFA (Agrupación Laboral Autónoma de Fuerza Agrícola) que, gracias a una huelga contra La Forja en 2016, consiguió regularizar con contrato a 700 trabajadores de origen magrebí. Después de eso, el centenar de despidos disciplinarios en represalia, junto a la presión de los sindicatos mayoritarios (CCOO, UGT y USO), a través de una campaña de desprestigio, que logró ponerles en el punto de mira del Ministerio del Interior, le condujo a una caída de afiliación de la que no se han recuperado[1].

Siguiendo con el final de la entrevista, sobre las tractoradas de las últimas semanas en España, sabe que se están haciendo, pero me pregunta que quiénes las están haciendo, si son los jefes, si ellos se preocupan de que lleven cabinas los tractores para proteger a los tractoristas, o de que no estén tragando fumigaciones los jornaleros cuando fumigan estando ellos ahí en la tierra. Por el contrario, ante los problemas de injusticia social y falta de sostenibilidad ambiental que está generando el modelo de agroindustria para la exportación, la principal preocupación oficial es sostener los beneficios empresariales. De hecho, más de la mitad del presupuesto comunitario europeo anual se destina al sostenimiento de la PAC (política agraria común), que con la parte que va a la agricultura de subsistencia o de la pequeña propiedad nunca consigue compensar la destrucción ocasionada por la competencia de los grandes del sector.

Finalmente, esta serie de artículos sobre Cieza y la migración ha querido dar voz a las personas más perjudicadas por estos modelos de desarrollo, que son los emigrantes e inmigrantes económicos que se ven obligados a salir de su tierra por un modelo jerárquico de división funcional llevado a dimensiones de sociedad global, con una estricta especialización, internacional y regional, en determinados sectores y funciones. Y basta recordar que España es de los países más pobres de la Unión Europea y la comunidad de Murcia la segunda en índice de pobreza en el país, después de Extremadura. El fin ha sido el de hacer reflexionar acerca de estos desequilibrios, ver que no todo es del color de rosa de la ‘Floración’ y que se puede y se debe intentar ir más allá de las estructuras sociales presentes para crear alternativas en base a la diversificación, la integración, la autosuficiencia y la autogestión de las comunidades locales.

[1] https://www.eldiario.es/murcia/sociedad/jornaleros-murcia-hacemos-trabajo-siquiera_1_1545991.html