Sin censura alguna, por María Bernal

 Sin censura alguna

La precocidad se ha convertido en la nueva  moda de nuestros pequeños adolescentes quienes  demasiado hiperestimulados están empezando a traspasar unos límites que preocupan severamente no solo a su entorno familiar, sino también a sus profesores que tanto velan porque la educación dentro del aula sea complementada con la que traen de casa.

Muy necesaria es la educación basada en valores, pero también es importante y preciso que reciban en la ESO una formación sexual que, sin echarse las manos a la cabeza, abarque temas de salud y de identidad sexual y además, de asuntos rebosantes de la libertad que hemos de asumir a la hora de decidir con quién queremos  compartir nuestra vida.

Alla por el año 2019, se impuso en Murcia, de la mano del PP, el llamado veto parental, una propuesta educativa que permite prohibir a los padres, madres y/o tutores legales de un alumno que este participe en actividades escolares que no estén insertas en un plan de estudios. Y estos políticos murcianos del PP, perpetuados inexplicablemente en el cargo murciano,  en lugar de mirar por la vida del siglo XXI; en lugar de tener en mente un proyecto progresista de futuro, en lugar de escuchar a los expertos, quisieron y quieren  quedarse anclados en los tiempos de Cromañón, en los callizos sin salida de un sistema educativo que no progresa y que quiere tener al alumnado vetado y manipulado para que solo sepan decir sí a todo.

Después, con la irrupción de sus colegas de Vox, el término y su consecuente puesta en marcha fue acuñado por un extrema derecha que persigue en este sentido censurar todo tipo de actividad que explique cuestiones de diversidad familiar o sobre el libre desarrollo de la personalidad, mediante unas ideas obsoletas y tiránicas que precisamente huyen de la libertad propia de la democracia.

Y tras esta inutilidad que propulsa Vox; tras esa negativa a que haya una formación para la vida, hay muchos jóvenes sufriendo en su más delicada soledad una crisis de identidad,  o cometiendo el error de acostarse con el primero que les mande un whatsapp.

Mucha bandera en mano, muchos golpes de pecho a lo macho ibérico, pero estos señores y señoras no tiene ni la más remota idea de lo que sucede entre los jóvenes de esta región a los que solo quieren aleccionar para que no sean capaces ni de hacer la o con un canuto.

Para nada son conocedores de las situaciones sexuales que lamentablemente todos los días viven los adolescentes: vídeos sobre felaciones, imágenes mostrando sus partes íntimas y con mensajes insinuantes, muchas veces producto de una coacción que se produce por la falta de recursos educativos en este tema.

Imaginen a una nena o a un nene de 12 años, quien podría ser familiar nuestro, que se echa una foto desnudo y se la envía por whatsapp al nene o nena de turno, el cual le gusta, con el objetivo de conseguir que este se fije en ella. Y aunque nos cueste asumirlo, esto sucede bajo el lema de  “así se integran entre los compañeros, y porque en el mundo de las pantallas donde se hallan inmersos, todo está permitido y es la moda”.

Cada vez las relaciones sexuales consentidas se producen tristemente a una temprana edad, a pesar de que muchos de ellos ni tienen cuerpo, ni están preparados,  ni saben lo que es verdaderamente el sexo; ahora bien, están hartos de hincharse a ver porno en sus pantallas a expensas de unos padres que les prohiben recibir charlas sobre sexo, bajo el inequívoco pensamiento de que se les va a adoctrinar, pero que les dan vía libre con esa mentalidad para hacer determinadas prácticas que no solo atentan contra su integridad física, sino también contra su salud.

¿Hay que seguir de acuerdo con las ideas de unos políticos que poco o nada aportan para la humanidad ? ¿Hay que privar a nuestros adolescentes de recibir una formación que los va a librar de futuros arrepentimientos? Entiendo y respeto la potestad de un padre para decir que a su hijo nadie le habla de sexo o de diversidad, pero es un grave error que a la larga puede tener consecuencias terribles.

Los jóvenes necesitan tratar ciertos temas sin censura alguna, todavía hay mucho tabú en algunas casas donde muchos padres prefieren omitir estas conversaciones porque a ellos no les hizo falta hablar sobre esto, no quieren ver que los tiempos han cambiado y que tenemos que mostrarles a los chavales que hay miles de alternativas para evitar un embarazo no deseado, para no contraer una enfermedad de transmisión sexual, sin dejar de tatuarles que el momento de mantener relaciones no te lo impone una moda o una persona, sino una circunstancia que debe basarse en el respeto, la apetencia y el amor entre dos personas que, independientemente de su género, tienen que disfrutar de una velada que ha de quedar siempre para la más estricta intimidad y sin censura alguna.