Esperpento máximo, según Diego J. García Molina

Esperpento máximo

Lo siento, pero hay que aceptarlo de una vez: el nivel de esperpento al que está llegando la política en nuestro país es inaudito, y mira que hemos tenido especímenes y situaciones de todo tipo desde principios del siglo XIX. En el último artículo comentaba que los políticos, cuando no saben qué medidas tomar, realizan cualquier acción arbitraria para que parezca que hacen algo. De hecho, escribía que debido a la mínima eficacia y poco sentido de la obligatoriedad de llevar mascarilla en exteriores el gobierno no iba a ratificar este decreto-ley (hay que ver como se han acostumbrado a gobernar por decreto), dado que estaba a punto de cumplir el plazo prescriptivo. Sin embargo, oh sorpresa, justo en ese último momento deciden llevar la norma a votación al Congreso, y en un alarde tahuresco, digno de los piratas más hábiles, lo empaquetan junto a la revalorización de las pensiones. Para que así quién vote en contra, se oponga también a subir la paga a los pobres ancianitos. ¿Que tendrá que ver una cosa con la otra? Es innegable que hogaño se atreven con todo.

Por si no teníamos bastante los sufridos pagadores de toda esta fiesta con el llamado impuesto de los pobres o inflación, que hace que cada vez podamos adquirir menos bienes con el mismo dinero, con la gasolina por las nubes (que hace que el precio de todo suba) y la electricidad en la estratosfera (lo cual provoca que todo se encarezca), terminan de reírse en nuestra cara diciendo dos días después que van a eliminar dicha norma la semana siguiente. No estoy seguro de si nos toman por tontos o piensan que nos lo tragamos todo sin pensar, lo que si tengo claro es que el respeto que nos tienen es ínfimo. Y para redondear la semana, por fin llegaba al congreso la votación para derogar, pero sin derogarla, la reforma laboral que sacó el Partido Popular hace años. Nos dicen los expertos que la Unión Europea se negó a la derogación condicionando el envío de fondos (poderoso caballero) a una reforma consensuada (es lo que tiene estar endeudado hasta las cejas). Pues fíjense si ha habido consenso que se ha aprobado con más votos en contra que a favor, lo nunca visto.

No se vayan todavía, no fue eso lo más grave. También la presidenta del congreso, la tercera autoridad del estado, supongo que por los nervios de la tropelía realizada, se equivocó al dar los resultados de la ajustada votación (solo tenía que leer el papel que le entregaban), y no cumplió con el propio reglamento del congreso en la votación; el partido Unión del Pueblo Navarro mercadeó su voto a favor a cambio de 27 millones de euros de inversión en Navarra (que buena escuela han creado los nacionalistas vascos y catalanes) y el compromiso de no reprobar al alcalde de Pamplona; posteriormente, los dos diputados de esta formación votaron en contra de lo acordado por la ejecutiva de su partido, y esta quiere ahora expulsarlos por ello, a pesar de que la Constitución los protege del mandato imperativo; todo ello en una de las votaciones más importantes de los últimos meses, la cual podría incluso haber hecho caer al gobierno al perder el apoyo de uno de sus principales socios, los secesionistas catalanes de ERC, los cuales les privaron de su apoyo por no ceder los socialistas a más chantajes;  para rematar, todo se decide porque un diputado que tan solo tiene que apretar un botón desde la sede de su partido, sin prisa, sin agobios, si o no, va y se equivoca. ¡Y no era la primera vez que le sucedía! En fin.

Estoy convencido que ninguna regeneración es posible ya con estos partidos. Ciudadanos va a desaparecer y de Podemos no espero nada. Con UPYD hubo una oportunidad, lamentablemente, a los votantes les deslumbró la telegenia de Pablo Iglesias y Albert Rivera. Y miren ahora para lo que han quedado, el uno renunciando a sus cargos políticos tras fracasar estrepitosamente en las elecciones a la comunidad de Madrid, quedando incluso muy por detrás de su antiguo compañero Errejón; con fama de vago, y escribiendo en Gara, el periódico de la ETA y opinando en una radio secesionista catalana; también tiene un hueco en la SER, todo hay que decirlo. Y el otro abandonando el bufete de abogados que le fichó con pompa y boato hace menos de dos años; según filtran desde la empresa por la «falta de calidad de su trabajo». Está visto que tener un pico de oro solo garantiza ser buen abogado en Estados Unidos. Escribe en un periódico David Mejía que “no habría necesidad de crear una alternativa de izquierdas si el PSOE y Podemos no estuvieran entregados al delirio nacionalista”. No estoy de acuerdo, pues Unión, Progreso y Democracia surgió precisamente para abrir una grieta en el bipartidismo y evitar así los abusos y corruptelas sin consecuencias de estos partidos. Mas eso no quita que la realidad actual sea la que es: los votantes moderados que no quieren votar a la derecha no tienen a quien hacerlo. Cada vez son más voces las que piden una alternativa; por suerte, esta vez la sociedad española será un poco más madura, y habrá aprendido de sus errores; esperemos que no se dejen engañar de nuevo por espejismos ilusorios.

 

 

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