Cieza clama por la supervivencia del sector hostelero

La entrada del municipio en la Fase I Flexibilizada está asfixiando al sector y lo puede abocar a la ruina

Javier Gómez Bueno

El pasado miércoles, Fernando López Miras, presidente de la Región de Murcia, anunciaba las medidas de restricción de movilidad entre los municipios murcianos y el cierre perimetral de la comunidad autónoma, salvo causas justificadas, que entraron en vigor el viernes. Dentro de ese paquete de medidas había una que agravaba la restricción para Cieza: el retroceso del municipio a la Fase I Flexibilizada debido a una tasa de incidencia (en aquel momento) de 494 casos por cada 100.000 habitantes. La diferencia con el resto de municipios del sector, después de la declaración del estado de alarma, del toque de queda y de la restricción de movilidad entre municipios solo era una: el cierre del interior de los locales de hostelería. Es solo una diferencia con respecto a las poblaciones que no retrocedieron de fase, “pero puede ser clave para el hundimiento de estos negocios”, denuncia Joaquín Ramos, presidente de la Asociación de Hosteleros de Cieza y propietario de la Pastelería Las Delicias.

El ambiente dentro de la asociación “está muy caldeado”. El enfado, la decepción y el abatimiento son notables. Después de padecer las consecuencias económicas que provocó el confinamiento de la primavera pasada, ahora reciben este “golpe”. No poder atender al público en el interior de los locales puede suponer la ruina para muchos de estos negocios que no disponen, por su ubicación, de una terraza amplia. Además, se añade el hecho de que la llegada del otoño y la bajada de las temperaturas no incitan a los clientes a estar en el exterior, a lo que se le puede añadir el inconveniente de que vengan días lluviosos. De hecho, varios bares han ‘echado la persiana’ desde que entró en vigor la normativa este viernes. Entre ellos se encuentra el Restaurante Tarradellas.

Los establecimientos hosteleros deben hacer frente a los impuestos del negocio y a los salarios de los empleados, y, por el momento, no van a recibir ninguna ayuda específica que pueda paliar el retroceso de fase: “Es nuestra ruina absoluta”, subraya Francisco Campos, propietario del Bar Gran Vía, el establecimiento hostelero decano de Cieza. Este sábado salió una ayuda general a la hostelería, que no contempla el caso específico de los municipios que han retrocedido a la Fase I. «De esa ayuda se podrán beneficiar unas 1.800 personas y somos más de 100.000 los que que nos dedicamos a la hostelería. Además, no prevé la circunstancia concreta de los hosteleros que hemos retrocedido de fase».

“Nos están asfixiando. En el confinamiento de marzo nos obligaron a cerrar y nos dieron ayudas. Ahora lo que está haciendo el Gobierno regional es dejarnos morir lentamente. No sabemos si nos aceptarán los ERTE’s de los empleados, ya que después de un verano donde los ingresos aumentaron es probable que no se cumplan los requisitos económicos, y para los propietarios no han previsto ninguna ayuda. El Gobierno autonómico se quejaba de falta de ayudas por parte del Gobierno central durante el confinamiento, pero ellos no han previsto nada para nosotros. ¿Qué vamos a hacer ahora?, se lamenta Campos mientras observa que un viernes al mediodía tiene su negocio completamente vacío de clientes, y añade: “Se ha solicitado retrasar el toque de queda a las 00:00 horas pero no hacen caso. No somos ingleses y la sociedad ciezana no va a cambiar sus hábitos adelantando la cena a las 20:00 horas. Esto es un auténtico despropósito”.

“Yo tengo pensado ver la evolución de clientes que recibo este fin de semana y en el caso de que no sea rentable tendré que cerrar la próxima semana. Este negocio lleva abierto desde 1939 y ha soportado los duros tiempos de la posguerra, de la miseria y de las crisis económicas, pero siempre salió hacia adelante. Sin embargo, el covid y la pésima gestión de la CARM puede hacernos cerrar definitivamente”, argumenta el propietario del bar decano de Cieza.

Por su parte, el presidente de la Asociación de Hosteleros solicita a la Consejería de Salud que les dejen trabajar: “Solo pido eso. Con nuestro trabajo somos capaces de sobrevivir pero si no nos dejan es imposible”. Asimismo, los hosteleros agradecen la labor del Ayuntamiento de Cieza dentro de sus competencias municipales: “Nuestras quejas son contra el Gobierno regional, el Consistorio ciezano nos ha dado facilidades para proseguir con nuestro trabajo, como son la exención del pago de las tasas de las terrazas y ampliación de las mismas en función de la disponibilidad existente”, matiza Joaquín Ramos. “La gran mayoría de los establecimientos de nuestro sector cumple escrupulosamente con las medidas de higiene y no son focos de contagio de coronavirus. Los verdaderos focos, según las estadísticas que proporciona la propia Consejería de Salud, se dan en las reuniones sociales y familiares. Sin embargo, nos castigan y se ceban con nosotros”.

El enfado de los hosteleros es latente. Por ello, el próximo lunes van a solicitar permiso para llevar a cabo una manifestación, una ‘cacerolada’ guardando las medidas de seguridad, en la Esquina del Convento.

Los hosteleros temen que el retroceso a la Fase I Flexibilizada, y el consiguiente cierre del interior de los locales, sea la puntilla definitiva para el sector en Cieza. Creen que será la muerte anunciada, y agonizante, de muchos de los establecimientos más emblemáticos de la localidad y de la fuente de ingresos de las familias que viven del sector. Podría significar el final de los establecimientos donde los ciezanos y ciezanas han disfrutado y socializado desde hace décadas.

 

 

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