Otra muesca en el revolver de la infamia, por Diego J. García Molina

Otra muesca en el revolver de la infamia

Estamos inmersos desde hace unos días en pleno frenesí mundialista; hablamos de fútbol, obviamente, el deporte rey en su competición más valorada, no en vano se deja ver únicamente cada cuatro años, en esta ocasión en un contexto totalmente atípico con respecto a todos los mundiales anteriores. Esta copa del mundo de futbol de la FIFA es diferente, irregular, pero no por lo que la prensa y muchas personalidades han denunciado públicamente, es decir, por el país donde se realiza o como fue adjudicada su organización, sino por las fechas en las que se desarrolla, dado que durante los últimos cien años se ha celebrado en verano. A todos nos ha pillado con el pie cambiado, pues prácticamente recién comenzada la temporada y terminada la primera fase de la Liga de Campeones se produce esta interrupción para disputarse el mundial en pleno desierto arábigo. Y, además, al realizarse fuera del periodo estival todos los niños y jóvenes se encuentran en periodo escolar afectando a ese cariño que se le toma en la infancia a este maravilloso espectáculo de masas, viendo pelear a los mejores jugadores mundiales, con todo un país detrás empujando por el ansia de conseguir la codiciada copa Jules Rimet. Inglaterra, Argentina, Francia, España, Alemania, y por supuesto, la selección por excelencia, la siempre favorita, la canarinha, Brasil. Quizá incluso pueda ser bueno para la propia competición puesto que, por un lado, los jugadores llegan con una minipretemporada en sus piernas, y no agotados tras concluir una larga temporada sobrecargada de partidos; y por otro, la propia competición de clubes no se verá afectada como sucede cada año de mundial o Eurocopa, donde vemos jugadores en mayo con miedo a meter la pierna para no lesionarse, o que inevitablemente ocurran dichas fatalidades las cuales siempre dejan a varias estrellas mundiales fuera del torneo.

En nuestro país sí que nada cambia y todo sigue igual, como decía la canción: agresiones en Barcelona, otra vez, a dos mujeres que atendían en la carpa de la plataforma “Barcelona por la selección”, quienes reivindican la cesión de espacios públicos para ver los partidos de España, como sucede en todas las capitales mundiales normales con su combinado nacional. La excusa de la alcaldesa Colau en esta ocasión es “no ser cómplices con la dictadura de Catar”…si, justo a tiempo tras ser este país patrocinador del Barça durante años. Además de ser una mala excusa puesto que en las competiciones internacionales anteriores tampoco ha permitido colocar pantallas o zonas para aficionados durante los partidos. Y si, han leído bien, agresión de un hombre a dos mujeres (además de romper la bandera de España que tenían en la carpa), supongo que ya habrán escuchado las quejas y protestas de organizaciones feministas y del ministerio de igualdad. Otro suceso del fin de semana pasado acaeció en un colegio de Mallorca donde una profesora se negó a dar clase porque unos alumnos pusieron una bandera de España sobre el tablón de anuncios y supongo que a esta buena mujer le pareció muy ofensivo (era la profesora de catalán, aunque no tenga que ver); al final el centro ha cortado por lo sano y echo a la calle a los alumnos. Muy educativo. Me recuerda todo esto al artículo de hace un par de semanas cuando ya dije que era una mentira como una catedral las declaraciones de la portavoz del gobierno, aquello de que habían indultado y cambiado el código penal para mejorar la convivencia con los secesionistas. Ya vemos que ni por asomo es así, estas acciones no van a cambiarles, al contrario, les envalentonan. Tienen impunidad y ganan mucho dinero y prestigio ante los suyos continuando el enfrentamiento con el gobierno, por tanto, ¿qué ganarían desistiendo? Por el otro flanco abierto, Otegi, el jefe de la izquierda vasca, como él mismo la define, este condenado por terrorismo por secuestro aparece deleitándonos con unas declaraciones en vídeo diciendo públicamente que «sin vascos y catalanes independentistas de izquierda, no hay Gobierno PSOE-Podemos en el Estado y eso nos ofrece la posibilidad de negociar cosas» y además «se da la gran paradoja de que no hay Gobierno de progreso en el Estado español, si los que nos queremos marchar del Estado español y además somos de izquierdas, no lo sostenemos». Es decir, a lo más retrógrado y reaccionario ellos lo llaman progreso. Esperemos que finalmente se vaya viendo el camino que ha tomado este gobierno, el cual conduce a un callejón sin salida. En fin, cosas raras veredes, amigo Sancho. La izquierda que siempre ha tendido al internacionalismo confinada ahora entre los dogmas identitarios del regionalismo más rancio y casposo. Muy moderno, vaya que sí.

Volviendo al futbol, en muchas ágoras televisivas, radiofónicas y digitales se ha criticado, ahora, la corrupta adjudicación de este mundial a Catar. De forma hipócrita, en mi opinión, dado que es algo que se sabe desde hace más de una década para empezar. Es un caso conocido, pues ha habido detenciones y condenados entre altos cargos de la FIFA por corrupción y sobornos. Y para seguir, no es ninguna novedad que se conceda la organización de un gran evento a una dictadura o país con gobierno de corte totalitario. De hecho, estos regímenes intentan aprovechar grandes competiciones para promocionar las bondades de su administración. Ejemplos recientes los tenemos en estos mismos mundiales de futbol adjudicados al mismo tiempo a dedo a Rusia y Catar respectivamente; y Rusia siempre ha sido lo mismo con Putin al frente, lo que pasa es que nos ha cambiado la cara cuando en vez de invadir un país asiático o una exrepública caucásica, ha atacado un país europeo. O los juegos olímpicos de Pekín hace unos pocos años, y ahora este mismo los juegos de invierno; a pesar de la represión que ejercen desde hace años sobre la minoría musulmana de la provincia de Sinkian, confinados en campos de concentración con el objetivo de reeducarlos, entre otras delicias de una dictadura comunista como la China. Qué decir de los Juegos Olímpicos organizados en Moscú por la Unión Soviética en plena guerra fría, con boicot mutuo de un bloque político al otro, en dichos juegos y en los siguientes de Los Ángeles. El mundial de futbol organizado para llevarse la copa por la Italia fascista de Mussolini en 1934. Aunque la palma se la lleva sin duda los juegos olímpicos a mayor gloria del III Reich alemán celebrados, por decirlo de alguna forma, en Berlín en 1936; cabe llamar la atención que fue un año después de la proclamación de las racistas y antisemitas leyes de Nuremberg, por lo que nadie podría argumentar ignorancia sobre el talante del nazismo. Y, por si fuera poco, todavía le premiaron con la organización de los juegos de invierno de 1940, los cuales ya no se pudieron representar por la guerra mundial. Así que no podemos decir que sea novedoso esta forma de proceder ni es precisamente Catar de lo peorcito de este mundo. Donde hay que actuar es donde se vulneran los derechos humanos, donde se alientan guerras injustas, o se reprime violentamente a las minorías; y no precisamente con chuminadas como participar en eurovisión o un partido de futbol. Un poco de seriedad, por favor.