Los artículos de Opinión de Antonio Balsalobre

Un paso delante

Al principio pensé que era figuración mía. Luego, a fuerza de verlo una y otra vez, que no tanto. “Efecto cuña”, creo que se denomina. No falla. No hay foto en grupo en la que pose López Miras donde no aparezca así. Un paso delante del resto. Por poco que repasen la hemeroteca regional lo podrán comprobar en decenas y decenas de instantáneas. Aludiré solo a dos para no ser prolijo, y las dos aparecidas en La Opinión. Mes de octubre: Gala del 150 aniversario de Cruz Roja conmemorando su creación en la Región de Murcia. La foto está tomada desde el llamado ángulo normal. Posan unas diez personas que procuran guardar la línea del grupo. En medio de todos ellos, el presidente (hasta aquí todo normal). Solo que un paso por delante de todos. Los brazos caídos, estilo pistolero de película del oeste, las piernas apartadas, adoptando una posición de protagonismo exagerado, buscando acaparar la atención, convertido en el foco principal de la imagen y, por ende, del evento. Solo Ballesta, en una esquina, también algo adelantado, parece reprochárselo.

Sábado pasado: foto de familia de Importantes de la Región, también en ese diario, ídem. Y así, la tira. Se lo comento a un amigo. ¿¡Efecto cuña!?, me dice. En mi pueblo, a eso se le llama el síndrome “sacapanza”.

Cestas de “fruta”

Cada día tiene su afán, y para el PP su acusación, su insulto, y hasta su manifestación o algarada (que a este paso acabará siendo cotidiana). Y va subiendo el nivel. Puso el listón bastante alto el pasado martes el senador Vicente Azpitarte, quien dirigiéndose a la vicepresidenta cuarta del Ejecutivo, María Jesús Montero, durante la sesión de control en el Senado, soltó ni corto ni perezoso: “Usted y el conjunto de vicepresidentas del Gobierno son unas meras grupis del peor presidente (de este superlativo obsesivo ya hemos dado cuenta anteriormente) de la democracia española”. ¿Había oído bien? “Grupi” me sonaba, pero busqué la palabra en el diccionario digital (mi viejo diccionario de la RAE en dos tomos duerme sobre la estantería el sueño de los justos) para asegurarme de lo que significaba realmente. Y qué iba a ser sino lo que me esperaba: una fan de un cantante al que sigue en sus apariciones públicas tanto como le es posible, con la esperanza de llegar a tener relaciones sexuales con él. Dejémoslo ahí, y vayámonos ahora a Ayuso, que en la cena de Navidad de su partido repartió cestas de “fruta” para recordar cuando le llamó “hijo de puta” al presidente del Gobierno. Esto no es oposición, ¡diantres! Esto es cachondeo.

Como un chambi

No sé si habrá un día en que al levantar la vista veremos una tierra libre de combustibles fósiles. De carbón, de petróleo y de gas. Sería lo deseable, si hacemos caso a quienes se preocupan por el medio ambiente. De momento, lo que sí se puede ver por 19.000 euros es como se funde el Antártico (que alguna relación parece tener con lo anterior). Disfrutaron de ese “espectáculo” más de cien mil turistas el verano pasado. Catorce noches muy cerca del continente austral en medio de una fauna única, unos paisajes inmaculados y masas de hielo licuándose como se derretían los chambis, por poco que te descuidaras, en las siestas sofocantes de la infancia, sin aire acondicionado, cuando pillabas alguno.

Para lo que no hay que pagar, de momento, es para ver en Doñana alcornoques secos o cómo desaparecen sus humedales por la sequía extrema que sufre el parque. Llega, por lo tanto, al pelo -nunca es tarde si la dicha es buena-, el acuerdo “histórico” alcanzado en la cumbre del clima que abre la senda para dejar atrás los combustibles fósiles. Lo que no termina de cuadrar es que haya sido Sultan al Jaber, director general de la petrolera estatal de EAU, y con pinta de chambilero, el que lo haya anunciado.