El edil de la formación naranja denuncia que el alcalde de Cieza, Pascual Lucas, “actúa arbitrariamente beneficiando a los concejales del PSOE”
Crónicas de Siyâsa/Ciudadanos
El martes 7 de julio se celebró el pleno del Ayuntamiento de Cieza, en el que se debatieron los diversos puntos del orden del día. En el caso de Ciudadanos, que presentó dos mociones para su aprobación, consiguió que sus propuestas llegaran a buen término “debido a que se trataba de asuntos que estaban pendientes desde hace algunos meses”, como es el caso de la creación de un registro para el uso de vehículos de la flota municipal, y la participación de un concejal de la oposición en la Mesa de Contratación del Ayuntamiento de Cieza.
“Pero hasta ahí llegó el clima constructivo del Pleno”, señalan desde la formación política, pues en el turno de ruegos y preguntas Ciudadanos presentó una batería de preguntas dirigidas principalmente al concejal de Economía Circular, Antonio Moya, “con el fin de aclarar el coste y la efectividad de la campaña de concienciación sobre la limpieza del municipio denominado #TEVEN”.
En ese momento, afirma Ruiz, ‘‘el concejal Antonio Moya se negó a responder a las preguntas y a aclarar, entre otras cosas, el coste de la campaña. Pero fue legalmente obligado a hacerlo puesto que nuestras preguntas estaban registradas con la suficiente antelación como para ser respondidas verbalmente. Y en el momento de hacerlo, el concejal Moya, realizó un discurso sobre su cuestionada gestión al frente de la limpieza del municipio, y no aclaró ni uno de los aspectos a los que hacíamos referencia. De hecho, entre las barbaridades emitidas por este concejal, se encuentra la revelación de mi domicilio particular o la acusación de que yo incito a los ciudadanos para que mantengan nuestro municipio sucio cuando, en realidad, en persona o en mi página de Facebook animo a los ciezanos a ser más cívicos citando el hecho que el pueblo más limpio no es el que más se barre, si no el que menos se ensucia y reconociendo que toda la culpa de la suciedad del municipio no es del gobierno’’.
Prosigue Ruiz afirmando que “atendiendo al descontrol del concejal Moya, ‘solicité amparo al presidente del Pleno, Pascual Lucas, con el fin de que, en calidad de moderador, aplicara el reglamento de Pleno y obligara al concejal a responder a las preguntas con respeto y educación. Nada más lejos de la realidad, pues la respuesta fue un no de un presidente y alcalde que, para asombro de todos los asistentes, consistió en ‘darle alas’ al concejal Moya para que prosiguiera con su discurso irrespetuoso’’.
A juicio de Juan Pedro Ruiz ‘‘ni el concejal ni el presidente cumplen con sus obligaciones legales como representantes públicos. Si tienen la desvergüenza de actuar de esta forma con un concejal y retransmitiéndose en directo, quizá el comportamiento hacia un ciudadano que les pida una reunión sea muchísimo peor. Moya demostró, una vez más, no estar preparado para su ejercer su responsabilidad de concejal pese a cobrar 42.300 euros de sueldo anual, pues era evidente que no estaba preparado a contestar a preguntas sencillas sobre varios temas. Se supone, por su reacción, que ni se las había leído. Pero el sí supo hacer un bonito discurso con referencia a un filósofo. Siguen las palabras bonitas que los hechos desmienten. Por otra parte, el presidente tampoco está preparado para ser moderador, pero sí como alcalde dejando a su equipo no contestar a las preguntas de la oposición, así como no encontrando alusiones en las palabras de su equipo. Se ve que un sueldo de 53.000 euros anuales hace mucho para olvidarse de su rol como moderador’’.
Finaliza el concejal aventurando que ‘‘las preguntas siguen sin respuestas y este concejal las presentará de nuevo en cada Pleno hasta que se contesten. Esperemos que Moya sepa hacer su trabajo y por lo menos se tome el tiempo de informarse y contestar de manera breve, directa y precisa sin insultar, amenazar y/o hacer discursos políticos, que para eso se debe esperar a las elecciones’’.