El típico «me han dicho», por María Bernal

Me han dicho

Vivimos en la era de la velocidad en todos los campos que nos rodean. Ahora, de manera fugaz, la información y los chismes (más abundantes que lo verdaderamente esencial) suelen llegar a nosotros por la vía del “me han dicho” antes que a través de lo estrictamente oficial.

Y en el momento en el que alguien, que ignora en parte el hecho acaecido, recopila información procedente de los que se esconden detrás del “me han dicho”, lanza la publicación como si una arma de destrucción masiva se hubiera disparado. Y el caos está más que servido, ya que la gente no es capaz de procesar otra afirmación más allá de la que le han metido en la cocorota.

Y es que hace unas semanas se difundió una información apenas contrastada para lo que después llegó a producirse. Un hombre de setenta y tanto años contagiaba presuntamente de coronavirus a dieciocho sanitarios del Hospital Lorenzo Guirao, aquí en Cieza.

Ningún medio se hacía eco de la noticia hasta pasadas las horas de la tarde, cuando se convocó una rueda de prensa por parte del alcalde de Cieza, Pascual Lucas. Pero a primera hora del viernes 17, toda la población era conocedora de esta información. Eso sí, hubo versiones para todos los públicos.

Y el drama siguió porque los cronistas oficiales de las calles de este municipio seguían informando hasta tal punto de que se estuvo hablando de un número mayor de contagiados, como si ellos hubieran realizado los PCR a los posibles contagiados y tuvieran delante de sus narices los resultados.

Y a pesar de que la población siguió muy expectante las palabras de la máxima autoridad ciezana sobre las 21:00 horas, todavía la gente creía más a los del club del “me han dicho”.

Fue el momento en el que horrorosamente se contagió toda la población de pánico por culpa de la habitual y mala praxis periodística de todos esos ciudadanos (periodistas de la calle) que creen poseer la única verdad por el simple hecho de “me han dicho”.

Y después de hacerse oficial, el desenlace, afortunadamente, fue la inexistencia de un brote en el hospital. Se trataba de una falsa alarma; falsos positivos. Pero los del me han dicho ya habían hecho una crónica particular paralela a la oficialidad del asunto y, en consecuencia, fraudulenta.

Por tanto, y ante este afán de querer sembrar el pánico urge rigor y profesionalidad en algunos medios de comunicación de este municipio y de los otros vecinos, porque también los hubo que publicaron sin documentarse debidamente.

Y luego están las redes sociales. Se han convertido en el principal foco transmisor de un virus que difícilmente va a tener cura. Me refiero al de la estupidez. Minuto a minuto la gente se hace eco de posts que se publican sin fundamento alguno, la mayoría falsos. Pero se los creen.

¿En qué cabeza cabe creer la publicación de un iluminado que con diez o doce palabras cargadas de faltas de ortografía crea un meme? Y, ¿por qué hay tantas personas que intentan informar sin competencia alguna sobre aspectos tan delicados como es el del virus de la Covid-19 y la salud de las personas?

Pero ahora viene lo más insensato: ¿en qué cabeza cabe cometer el error con el que se tropieza continuamente en el espacio virtual de hacer viral todo lo que caiga en nuestros perfiles?

Es un disparate que cualquier tema de interés social se quiera hacer oficial por redes sociales. Son las autoridades las que tienen que informar. Hay medios de comunicación que se dedican a publicar sin saber el significado de la palabra presunción, y optan por recurrir a sus fuentes chapuceras; las del “me han dicho “.

Me gustaría a mí saber quiénes se esconden tras esa tercera persona del plural que tanta información infame manejan a su antojo y con tanto poder para manipular a los que se quieren dejar convencer.

Nos están pidiendo por activa y por pasiva sentido común El caos no es la solución a lo que pueda estar pasando y, por desgracia, la gente cree lo primero que se les dice, no dejando que las mentes puedan pensar un poco más.

Asistimos a un panorama de anquilosamiento social difícil de que pueda cambiar. Nos hemos acomodado tanto a los bulos, a las afirmaciones rotundas sin contrastar y a los medios de pacotilla, que juegan con nosotros como si fuéramos los muñecos de un futbolín, por ende, incapaces de poder pensar y gestionar cuál es la verdadera realidad.

 

 

One thought on “El típico «me han dicho», por María Bernal

  1. Jose Luis Salmeron

    Calviño dijo que el impacto económico sería «poco significativo»
    La ministra de Economía, sólo unos días antes del estado de alarma, decía que el impacto del coronavirus sería «poco significativo y transitorio».
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    La economía española se derrumba un 18,5% y lidera la recesión de la UE
    El severo confinamiento impuesto para contener la pandemia hunde el PIB un 22,1% en términos interanuales, un dato inédito desde la Guerra Civil.
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    ¿Podría usted decirme, en su enorme saber, cuál de estas dos noticias es un bulo?

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