Varios vecinos y vecinas del Barrio de La Era se trasladan a casas de campo y de familiares huyendo del estruendo de las actuaciones de la Zona Joven habilitada frente a sus viviendas
Javier Gómez Bueno
“Esto es insoportable. Tengo que aguantar 47 decibelios en mi dormitorio, hasta las cinco y media de la madrugada que es cuando acaba la fiesta, y, según la normativa, el máximo permitido es de 35; así es imposible descansar”, expresa desesperada Carmen María, una vecina embarazada del Barrio de La Era que se ha tenido que trasladar a vivir con sus padres durante la semana de feria y que ha medido la intensidad del ruido en el interior de su vivienda.
En este sentido, los vecinos y las vecinas del barrio deben soportar ruidos excesivos, desde las 00:00 hasta las 05:30 horas (excepto lunes y martes que la fiesta acaba a las 03:30 horas); peleas; botellones; excrementos y orines. Esta situación “insostenible”, subraya Carmen María, está provocando que varios vecinos y vecinas del barrio hayan “emigrado” forzosamente de sus viviendas buscando refugio en casas de campo y de familiares, matizan otros vecinos de La Era.
Carmen María solo pudo estar en su vivienda la primera noche de feria, el 23 de agosto, ya que se encuentra embarazada de 38 semanas y no pudo dormir en toda la noche, a pesar de que dispone de acondicionamiento para el ruido (climalit) en las ventanas de su casa: “Otros años ha sido más soportable el ruido, pero este año es imposible y en mi estado, estando próxima la fecha de dar a luz, he tenido que irme a vivir a la casa de mis padres. Además, en el barrio también hay personas discapacitadas y autistas a las que este ruido infernal les afecta gravemente. Y es que esta edición de la feria está registrando niveles más altos de ruido y una mayor aglomeración de jóvenes”.
Las quejas de esta vecina no son las únicas, esta redacción se ha puesto en contacto con varios vecinos de la zona que alegan lo mismo. Otra vecina, que también dispone de climalit en su vivienda, lamenta que su hija de nueve años “no puede dormir y se pasa las noches llorando desconsoladamente”.
Asimismo, los vecinos y las vecinas protestan por la suciedad que se queda en las calles después de la fiesta en la Zona Joven de la Era, un espacio habilitado en este barrio de la periferia ciezana, donde se desarrollan actuaciones para la juventud del municipio durante la Feria y Fiestas de Cieza. “Desde el ayuntamiento dicen que cuando mismo termina la fiesta los servicios de limpieza se ponen a trabajar, pero eso no es así, porque las actuaciones terminan a las 05:30 horas y la suciedad (botellas, excrementos y orines) se puede ver todavía a las 11:00 horas”, critica otro vecino, quien asegura que él tiene que trabajar durante estos días y se incorpora, sin poder dormir, a su puesto de trabajo.
Además, el vecindario también expresa sus quejas porque este año el consistorio no ha dado autorizaciones para aparcar en el barrio a los vecinos y las vecinas, ya que en estas fechas se ven afectados por la falta de aparcamiento debido al trasiego de vehículos que originan las actuaciones. En este sentido, una vecina manifiesta que «he ido en tres ocasiones a reclamar la autorización al ayuntamiento y la última vez me dijeron que este año solo iban a autorizar el aparcamiento para las zonas de carga y descarga».
La ausencia de un recinto ferial en la localidad provoca que la zona de ocio juvenil se encuentre dentro del casco urbano y perjudique el descanso de los vecinos y las vecinas. De hecho, este espacio se trasladó hace unos años, desde la céntrica Plaza de España hasta su ubicación actual, precisamente por las quejas del vecindario donde anteriormente se ubicaba. Este cambio es catalogado por varios vecinos de La Era como un “parche” con el objetivo de “no molestar en el centro de Cieza”, trasladándolo a la periferia “sin importarles que nosotros también pagamos nuestros impuestos como el resto de los ciezanos y, por tanto, tenemos el mismo derecho a descansar”, matizan.
Por su parte, Amparo Belmonte, edil de Festejos, lamenta “las molestias que está padeciendo el vecindario y, por ello, me gustaría transmitirles mi pesar; pero la feria solo dura una semana y es algo pasajero. Este problema no es nuevo, sino que se viene arrastrando desde hace años y sería necesaria la creación de un recinto ferial. Es muy difícil contentar a todo el mundo”
Finalmente, la plataforma vecinal del barrio está barajando la posibilidad de presentarse en el Pleno municipal, mediante la opción de ruegos y preguntas, para expresar el tremendo malestar del vecindario con el objetivo de que se solucione esta desagradable situación con la que tienen que convivir.