El 8M que nos une

Rosa Campos Gómez

El 8M está estructurado por el feminismo, movimiento transversal que reivindica la igualdad en derechos entre hombres y mujeres, la paz y el respeto a la diversidad. El feminismo es pacifista e integrador, por lo que adhiere en sus posiciones a todas las personas, independientemente de su sexo, que tienen a la paz y a los derechos y valores humanos por bandera, es decir, que el feminismo mira por el buen cuidado de todos los seres humanos y por la construcción pacifista permanente de la vida.

Las mujeres que se mueven por esta convicción son mayoría y en crecimiento constante, también son muchos los hombres que se van sumando. El feminismo es imparable, no importa los palos en la rueda que se encuentre, ni las interpretaciones erróneas que lo asalten.

El 8M todavía sigue siendo necesario, y se trabaja para que un día deje de serlo. Se trabaja para que los derechos humanos sean vividos por los seres humanos y no se queden en la teoría, se trabaja para que la paz, sea el fin y también el medio que la justifica -se rechaza el enriquecimiento por la fabricación de armas, y la muerte que estas conllevan-.

Este ‘Día de la Mujer’ está teñido de un luto que no deja de herirnos, el genocidio que está sufriendo el pueblo palestino, todos sus habitantes y en especial las mujeres que paren a sus hijos con medios infrahumanos, que no tienen para darles de comer, que ven como las armas de guerra se los quitan de la vida. Mujeres que, enfrentándose al dolor siguen luchando por sus derechos, por su tierra, por su gente, mujeres fuertes, a pesar de tanta herida, que nos necesitan y que nos tienen cada vez que salimos a las calles en su nombre, cada vez que reivindicamos la urgencia de ese alto el fuego que cuando llegue será vergonzosamente tarde, y la cauterizadora medicina que procura el apoyo a la defensa de su derecho a vivir en su tierra en paz.

Estamos con ellas y con todas las mujeres que están viviendo una situación de guerra en cualquier lugar de esta casa común que nos contiene, y con quienes sufren violencia y desigualdad avasalladora.

En el fondo el 8M es un trabajo en busca de la permanencia dos de los tres principales conceptos -el otro es causa más particular- del amor que ya tenían los griegos: ágape -altruista, incondicional y eterno, con una espiritualidad que deja por debajo del suelo a la que esgrimen como argumento (bélico) en nombre de religiones-, y philia -que busca el crecimiento y la mejora mutua a través de la persecución de la verdad y la sabiduría-. Extender el cumplimiento de dichos conceptos es cosa más ardua, ya desde la Antigua Grecia, pero no imposible.

Agradecemos a todas las mujeres que a lo largo de la historia han ido creando este necesario tejido que nos protege, que nos cuida, que empezó siendo una tela casi invisible y va creciendo robusta, poderosamente.

Agradecemos a todas las mujeres y a todos los hombres que aportan su imprescindible grano de arena-amor a esta vida que necesita todavía más, para esta playa vital que nos reclama y a la que nos integramos, sería imperdonable no hacerlo.