EN HOMENAJE A PACO SAORÍN
El pasado 6 de diciembre se cumplió el primer aniversario del triste y lamentable fallecimiento de Paco Saorín, quien fue una extraordinaria persona, que poseía una magnífica calidad humana, y el mejor político que han conocido las generaciones más jóvenes de Cieza. La localidad, desde la etapa democrática, ha tenido algunos políticos notables, pero, indudablemente, en este nuevo siglo, Paco destacó por encima del resto y por eso fue, y sigue siendo, tan llorado por los ciezanos y las ciezanas a los que dejó huérfanos de su querida presencia.
Resulta paradójico que Paco falleciera el mismo día que se conmemora el día de la Constitución Española, ya que él era un firme demócrata que representaba a la perfección dichos valores, que lamentablemente se echan en falta en la política nacional. Es más que evidente que se necesitan, como agua de mayo, políticos del nivel y de la calidad humana que él derrochaba, tanto en el ámbito nacional como en el local, donde impera el egoísmo, la demagogia, la búsqueda de un nocivo enfrentamiento entre los ciudadanos y las ciudadanas y, en algunos casos, una absoluta falta de empatía por la ciudadanía, que es a quien realmente deben servir y la que les coloca en sus tan deseadas poltronas.
Francisco José Saorín Rodríguez era una persona altruista y vocacional que no solamente recibía semanalmente a los vecinos y las vecinas de Cieza en su despacho de la Concejalía de Urbanismo, sino que cualquiera le podía plantear sus dudas y problemas si se lo encontraba por la calle, ya que él, a pesar de su cargo, era uno más: uno del pueblo. ¡Qué diferente era comparado con los políticos locales actuales!
Su ausencia es irreparable en la sociedad ciezana (tanto a nivel humano como político) y también lo fue en su propio partido (IU-Verdes de Cieza) en las últimas elecciones locales, puesto que la misma provocó que no obtuviera representación en la Corporación municipal por primera vez en su historia. Pero su huella es indeleble y su legado irrepetible.
Paco, te echamos muchísimo de menos; aunque nos reconforta todo lo que hiciste por Cieza y todo lo que nos enseñaste. Honor a quien honor merece.