Editorial

Obras en la entrada Norte y el Puente del Asensao y la Olmeda del Maripinar

Esta semana en el ámbito político se producen dos noticias importantes, de relevancia para la localidad. Una de ellas con un claro aspecto positivo para el conjunto de Cieza y la otra, una denuncia, con connotaciones negativas hasta que no se resuelva el problema.

Por un lado, por el positivo, se han anunciado importantes mejoras en el acceso Norte de Cieza, algo reclamado desde hace muchos años y necesario. Es necesario en la medida en la que esta zona del municipio, dejando de lado su estado estético, que no es muy agradable precisamente, se ha convertido en un foco de atascos y de accidentes. En este sentido, existe el compromiso tanto del delegado del gobierno, Diego Conesa, como del secretario de estado, Pedro Saura, de que se pueda remediar.

Se va a proceder a una remodelación integral en la entrada Norte de Cieza y se construirá otro túnel en el Puente del Asensao. La primera obra requerirá de mayor tiempo para llevarla a efecto, ya que se requiere la cooperación entre varias administraciones (el gobierno nacional se hará cargo del 75% del importe mientras que el 25% restante saldrá de las arcas municipales). Sin embargo, se prevé que la segunda, la construcción de un segundo túnel en el Puente del Asensao, sea más rápida. Ambas obras son importantes y necesarias para Cieza. Además de modernizar la ciudad, se descongestionará el tráfico persistente de la zona, se eliminará un “punto negro” de accidentes y se encauzarán las aguas torrenciales, entre otros beneficios.

Ese es el aspecto positivo que nos deja esta ajetreada semana política. El otro debería ser positivo si la administración regional hace caso al llamamiento municipal. El edil Antonio Moya estallaba esta semana cargando contra la Comunidad Autónoma por la lamentable situación en la que se encuentra la olmeda del Maripinar. Este es un asunto que hemos tratado en este medio de comunicación en multitud de ocasiones y que parece caer en el olvido autonómico. Ni siquiera en época de elecciones han sido capaces de resolver un gravísimo problema medioambiental, pero, todavía más importante, de seguridad ciudadana.

La Comunidad Autónoma ha negado que haya recibido notificaciones del Ayuntamiento sobre la precariedad de los olmos (no hay que olvidar que se han producido grandes caídas de ramas debido a su lamentable estado de conservación), y el concejal se reunió con los vecinos y dio una rueda de prensa, mostrando las pruebas de las comunicaciones a la Comunidad Autónoma, para clamar contra una “posible desgracia”.

En este país, lamentablemente, nos hemos acostumbrado a ir “según sopla el viento”. No podemos esperar a que suceda una desgracia personal para arreglar unos olmos, centenarios, que deben ser tratados, por su bien y por el de las personas. Esperamos que esta sea la última vez que tengamos que hablar de ello y que la Comunidad Autónoma, pues es competencia suya, tome cartas en el asunto. De una vez por todas.

 

 

 

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