Editorial

LOS DAÑOS DEL GRANIZO EN CIEZA

La desgracia, cíclica, llegó a Cieza. El pasado miércoles una tormenta de granizo asoló las huertas de la localidad. De improviso, como suele suceder, y manera brutal, descargó su furia justo al inicio de la campaña de fruta extratemprana. La estampa que ha dejado en varios parajes ciezanos es desoladora. Todavía es pronto para cuantificar los daños, pero se prevén muy graves; habrá explotaciones que perderán toda la cosecha de fruta de hueso.

Este es un drama para toda la sociedad ciezana, dependiente del motor económico que es para el municipio la agricultura. De hecho, nuestros agricultores están padeciendo este año en exceso. En primer lugar, la subida del precio de los combustibles, debido al conflicto bélico de Ucrania; ahora esta inclemencia metereológica; y siempre expuestos al libre albedrío de los precios que, especulativa e injustamente, marcan los mercados.

Esta es una noticia tremendamente negativa para Cieza, ya que supondrá la pérdida de empleos en la agricultura y tendrá repercusiones nefastas en el resto de la economía local, pues la localidad sigue dependiendo en exceso de este sector.

Es cierto que nuestros agricultores siempre han sabido combatir, cargados de coraje y de una fe inquebrantable, contra todas las piedras (muy numerosas) que se han encontrado en su camino. Sin embargo, situaciones como esta los asfixian. Es necesario e imprescindible que se empiecen a regular los precios de mercado, ya que ante las inclemencias metereológicas no hay solución. Porque la fe que demuestran en seguir adelante con su producción se puede resquebrajar ante la realidad económica a la que tiene que hacer frente. Demasiado tiempo se está desperdiciando en poner remedio a la especulación mercantilista que lastra a nuestra agricultura y, lógicamente, a nuestra economía.

Por otra parte, el Ayuntamiento de Cieza está realizando una encuesta para buscar una utilidad al Molino de Capdevila. Esta es una emblemática edificación del siglo XIX que desde hace seis décadas cayó en el más absoluto de los abandonos; una edificación, actualmente, ruinosa. Varias son las alternativas que maneja el consistorio para rehabilitarlo y que sean los ciudadanos los que decidan, como son las de sala de estudios, espacio para asociaciones e impartición de talleres, centro de ocio juvenil y sala de exposiciones de artistas locales.

Son buenas alternativas, aunque nosotros consideramos, en nuestra modesta opinión, que se debería rehabilitar manteniendo su esencia. Es decir, sin que se produzcan cambios estructurales que lo hagan irreconocible, solamente de rehabilitación, y que su finalidad sea la de antaño, convirtiéndolo en un museo donde se muestre su historia como centro neurálgico de la producción de harinas y piensos de Cieza. Esa sería la mejor opción.

 

 

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