Cieza y el drama de la migración. Los que entran (Parte III)

REPORTAJE

Imagen del elpais.com

Análisis de los trabajadores del sector agrícola y sus circunstancias

Encarnación Juliá García

Esta entrevista fue realizada en febrero de este año, 2024. Responde al cuestionario un hombre de nacionalidad marroquí, trabajador del campo en Cieza. Para no comprometer su futuro laboral se guarda el anonimato, al igual que ya se hizo con la trabajadora de la anterior entrevista de esta serie de artículos, debido a su posición especialmente vulnerable. Por otra parte, las opiniones que expresa pueden no ser representativas del colectivo al que pertenece, dado que no proceden de un sondeo y no sabemos si son opiniones mayoritarias del mismo. Teniendo en cuenta estos condicionantes, esperamos que supongan un aporte de conocimiento para el lector.

En dicha dirección apunta el que sea una simbiosis entre entrevista y reportaje interpretativo, donde se analizan y contrastan datos de fuentes secundarias y que sirven para fundamentar las conclusiones que se van a extraer en este artículo. Y puesto que el entrevistado cumple con el perfil mayoritario de inmigrante, la información que aporta, sin ser necesariamente representativa, sí es significativa, teniendo un valor propio que también puede contribuir a mejorar el planteamiento de estudios de más envergadura.

En cuanto a ese perfil que se selecciona, queda justificado por una serie de datos como los siguientes. En España el colectivo inmigrante más numeroso por nacionalidad es el marroquí, con más de 800.000 personas. De ellas, la mayoría son hombres en edad de trabajar. Por comunidades autónomas, en Murcia, que es uniprovincial, hay más marroquíes que en toda la comunidad valenciana[1]. En algunos productos, la producción hortofrutícola murciana supone más de un 60% de la producción nacional, y casi una cuarta parte de todo lo que se exporta para consumo de Europa, desde España, procede de Murcia. Según el producto puede ser el principal suministrador en Europa, como es el caso de la lechuga (67% de los envíos españoles) [2]. En este sentido, Murcia es parte del sureste español, al que se conoce como la “huerta de Europa”. Entre esta producción, es importante el melocotón y la nectarina, productos en los que Cieza destaca. Aquí, para la zona de Vega Alta del Segura, las estadísticas reflejan cómo este trabajo, mayoritariamente, lo realiza el hombre marroquí, porque si se cruzan los datos de que la mayoría de contratos nuevos son en agricultura, que la mayoría de migrantes son hombres marroquíes y que existe sobrerrepresentación de extranjeros en el régimen especial agrario, resulta así[3].

Espejismos de prosperidad

El entrevistado, al que llamaremos ‘Abdel’, procede de Fkih ben Salah, provincia vecina de Beni Melem, de la que son muchos de nuestros vecinos marroquíes. Describe la economía como agrícola, con productos como aceituna, granada, patata, o coliflor…y con mucho desempleo, en comparación con el centro del país. Explica que la mayoría migra para mejorar la vida y que el trabajar en España significa para él, “poder enviar dinero a la familia. Sin embargo, las expectativas no se cumplen”, matiza Abdel, “porque al final no es tanta mejora, porque el coste de la vida es mayor y además no estás en tu país”. Asegura que no sabía cómo iba a estar aquí y que, de saberlo, “tal vez habría sido diferente, puesto que los que migran tienen una imagen equivocada de lo que les espera aquí: Cuando pasas de joven a mayor, cambia la memoria. Pero la gente joven, está muriendo en el mar…Les explicas a mucha gente eso en Marruecos y no te creen”.

¿Riqueza para quién?

La afluencia de los migrantes marroquíes en la década de los 90 y su asentamiento en Murcia obedece a unas causas. Los estudios sociológicos indican que existe un “efecto llamada”. En esos años se estaba produciendo un impulso hacia la extensión de los regadíos, la intensificación e industrialización de los cultivos, y es claramente identificable una “estrategia de sustitución étnica” por parte de las empresas de la agroindustria, cuyo modelo de competitividad se basa en gran medida en la contención de los costes laborales[4].

Y dicha contención de costes ha estado vinculada al flujo de inmigrantes en situación irregular, porque es desde esa situación de ilegalidad desde donde estas personas son más vulnerables y explotables. El Estado español allanó el camino a este modelo de explotación a través de políticas migratorias como la de ese permiso de residencia, que puede tardar años en conseguirse y es el requisito para obtener un contrato de trabajo. También a medidas políticas en materia de Seguridad Social, como la creación del Régimen Especial Agrario, en desventaja frente al Régimen General, y que está diseñado para la precarización. La mano de obra autóctona que trabajaba en el campo, con el empeoramiento de salarios y condiciones, busca empleo en la construcción o en los servicios, al tiempo que la juventud española se va cualificando y ciertos tipos de actividades y oficios van quedando abandonados por su dureza. Además, la media de la jornada laboral en el campo es de 13 horas y los inmigrantes pueden llegar a cobrar menos de un céntimo por pieza de lechuga, trabajando a estajo, arrancando más de 2.000 piezas al día, sin cotizar todas las horas o sin cotizar nada, y un largo etcétera de violaciones de derechos laborales, con casos de personas que han muerto de sed, de insolación, o han sufrido abusos sexuales…[5] En definitiva, una realidad que está más cerca de la esclavitud que del salariado.

Marruecos y la democracia

Al preguntarle cómo ve su sociedad de origen, y el régimen político de su país, se muestra positivo, cree que puede evolucionar más, pero que va por buen camino: “El régimen está cambiando y el país para mejor. En 20 años ha avanzado mucho. Va lento, pero estamos mejor que los argelinos y los de la zona del Magreb. Por lo menos, si tú trabajas, están mejor los precios y hay de todo lo necesario para comprar. En España, está mejor la Sanidad, sin duda. O si quieres sacar un papel, por ejemplo del ayuntamiento, la administración aquí va más rápida. La democracia está mejorando en Marruecos, aunque entre allí y aquí, aquí hay más democracia.” Al respecto de si hay libertad de expresión, contesta que sí, que la hay.

Contrasta con lo que reportan ONG’s como AMDH (Asociación Marroquí de Derechos Humanos), que denuncia que desde 2014 no ha podido hacer un acto público, que no se puede ni reservar una sola sala pública para organizar una actividad o que en la prensa, la televisión y las redes sociales quienes critican acaban perseguidos por los tribunales, y que a los jóvenes que quieren involucrarse en la organización les amenazan con retirarles las becas, el acceso a la universidad, las oposiciones o el trabajo[6]. Desde que en 1961 Hassan II instaurase un parlamentarismo limitado, el círculo de la monarquía, el llamado “Mahzén”, funciona como un Estado paralelo, mientras buena parte de las tierras, industrias y recursos del país son propiedad de la familia real. Esto, en esencia, no ha cambiado con las reformas del reinado de Mohamed VI, iniciado en 1999, en el que se introduce un sistema bicameral y un gobierno de “alternancia”, pero que sigue pareciéndose más a una monarquía absoluta que a una constitucional.

[1] Información extraída de https://www.ine.es/jaxi/Datos.htm?path=/t20/e245/p08/l0/&file=02005.px.

[2] Datos de Aduanas, recogidos por Proexport en https://valenciafruits.com/region-murcia-exporta-26-millones-toneladas-frutas-hortalizas-2020/.

[3] Fuentes: Boletín informativo mensual de mercados locales de empleo de la Región de Murcia. Junio de 2020. Universidad de Murcia en https://www.um.es/observalocal/wp-content/uploads/2020/07/Cifras-Laborales-Regi%C3%B3n-de-Murcia-Junio-2020.pdf. Dato de sobrerrepresentación en régimen especial agrario, el 12% de inmigrantes, frente al 4% de no migrantes. Ver en págs. 154-55, Jornales inmigrantes en la agricultura murciana, Migraciones 37 (2015). María Elena Gadea, Carlos del Castro, Andrés Pedreño y Natalia Moraes.

[4] Jornales inmigrantes en la agricultura murciana, Migraciones 37 (2015). María Elena Gadea, Carlos del Castro, Andrés Pedreño, Natalia Moraes. Pág.156.

[5] Ver en: https://www.eldiario.es/murcia/sociedad/jornaleros-murcia-hacemos-trabajo-siquiera_1_1545991.html.

[6] Ver en: https://mundonegro.es/un-regimen-agrietado/.