Veranito caliente, según Diego J. García Molina

Veranito caliente

Decía en el artículo anterior que acostumbraban los veranos a trascurrir carentes de noticias políticas relevantes, lo que propiciaba las conocidas informativamente como serpientes de verano; también exponía que, contrariamente a lo habitual, este periodo estival se estaba convirtiendo en uno de los más animados tanto a nivel nacional como internacional. Hagamos un repaso poco exhaustivo, dado que no es el objeto principal de este artículo. Las elecciones en Venezuela vuelven a ser un fraude; al igual que son una farsa las tímidas protestas de los supuestos defensores de la democracia. El dictador Maduro amenazó con un baño de sangre si no se aceptaba el robo electoral y así lo está cumpliendo, con asesinatos en las calles de quienes protestan y encarcelando y torturando opositores. Una pena que el principal cómplice de estas tropelías sea precisamente español, el innoble y malévolo Rodríguez Zapatero. En la España oficial, ni una sola protesta al dictador. Me pregunto, además, para que sirven las Naciones Unidades si no es para estos casos. Inocente que soy, oiga. El problema añadido es que parece que esta vez los venezolanos no tienen intención de agachar la cabeza, ante el régimen; no es la primera vez que se celebran allí elecciones amañadas. Con el añadido de que los países de la región se encuentran divididos lo que podría desestabilizar la zona conocida como Iberoamérica. Podría quedar en nada, o en mucho. Veremos. La invasión de Ucrania por parte de la autocracia rusa liderada por Putin continúa. Esta semana hemos tenido dos hechos novedosos: una incursión militar ucraniana en suelo ruso por primera vez, y un intercambio de prisioneros, el más grande desde la segunda guerra mundial, donde uno de los espías canjeados ha resultado ser el periodista español detenido al inicio del conflicto. Para que luego digan.

Con respecto a la guerra israelí contra la mayoría de sus vecinos musulmanes, la espiral de odio se sigue expandiendo. Primero con el asesinato mediante un cohete lanzado desde el Líbano por una docena de niños de la minoría drusa residente en Israel mientras jugaban al futbol. Ni una sola palabra de condena de quienes se rasgan las vestiduras cuando la barbarie viene del lado contrario. Cuanta hipocresía y sectarismo, no les conmueven ni niños destrozados por la metralla. Por su parte, Israel ha eliminado al líder de una organización terrorista en el Líbano y al líder de Hamás, nada menos, en la misma capital de Irán. Hamás, por cierto, sigue negándose a entregar a los civiles secuestrados que dieron origen a esta disputa, si es que queda alguno vivo. En estos momentos, seguramente, la situación más tensa en la zona en décadas. En África continúan los conflictos y las matanzas, aunque en un nuevo paradigma tras la expulsión de los neocolonialistas expoliadores franceses de varios países y su recambio por tropas rusas. Aunque todo esto a nadie le importe, las consecuencias de la inestabilidad en estos territorios las apreciamos cada vez más en nuestras calles. Para terminar de elevar la temperatura política veraniega, los políticos nacionalistas catalanes, en vez de marchar de vacaciones de agosto han preferido terminar lo que empezaron, debido a la poca fiabilidad que les supone la palabra, y hasta el papel firmado por el presidente Sánchez…¿por qué será? Completando el sainete, el líder de Junts, quien lleva varios años de vacaciones fuera de España, ha decidido presentarse por sorpresa en el parlamento catalán para fastidiar la investidura del socialista de infausto recuerdo pandémico. Recordemos que la otra facción del nacionalismo, en este caso la de orientación izquierdista (Junts es de derechas, y de la xenófoba) ha aceptado el acuerdo con el gobierno a cambio de una larga lista de nuevos privilegios que exacerban, todavía más, las diferencias entre españoles.

En realidad, el objetivo nacionalista no es otro que obtener más y más privilegios del resto de España, nunca la independencia, cuento este para entretener a los más crédulos de esta historia; y es que se trata del perfecto gancho emocional que atrapa a los votantes, el tonto útil necesario para mantener está ficción. Como es en Venezuela ese enemigo exterior contrario a la revolución bolivariana, que un día es Twitter y otro día es un ataque informático desde Macedonia. Lo dicho, al final es todo un negocio, sigue la pista del dinero. En este nuevo acuerdo, en Cataluña se quedan la recaudación íntegra de los impuestos (que explícitamente lo impida la Constitución no es obstáculo para quien maneja el tribunal constitucional como si de un muñeco de ventrílocuo se tratase), sin embargo, las pensiones, la partida más descomunal de gasto, continúa pagándolas el estado español, como ellos dicen, es decir, España. Con lo fácil que es entender que los impuestos los pagan las personas, no los territorios. Y que un rico muy rico de Galicia debe pagar los mismos impuestos que uno de Cataluña. Y que un pobre muy pobre del País Vasco debería obtener los mismos servicios que un pobre muy pobre de Murcia. Es el estado quien recauda y decide donde es más necesario invertir el dinero en cada presupuesto anual. Y así nos encontramos que, mientras la falta de inversión crónica en los cercanías de Madrid provoca averías e incidencias casi diarias, se regalan otros mil millones de euros para los cercanías catalanes. Aunque sospechemos que la mayoría del dinero se “distraerá” para otras necesidades más mundanas. O las incidencias cada vez más frecuentes en la antaño joya de la corona española, la alta velocidad ferroviaria. Ayer mismo, con pasajeros atrapados horas sin luz ni aire acondicionado con 40 grados a pocos metros de la estación. Del ministro del ramo ni se sabe ni se espera, y casi mejor que siga de vacaciones, antes de regalarnos los oídos con alguno de sus exabruptos. Se trata de la decadencia, ni más ni menos. No es el primer país al que le sucede ni será el último. En todo caso, esperemos que el calor de agosto disuada a la clase política de más acción y la llegada de septiembre enfríe las ambiciones e impulsos primarios de tanto arribista sin escrúpulos.