Dos familias del Cabezo de la Fuensantilla que estaban en el albergue han sido trasladadas a la antigua escuela del Maripinar y otra de ‘La Isla’ al Polideportivo Municipal
Javier Gómez
La fuerte tromba de agua que cayó ayer en la localidad y que provocó el desbordamiento del río Segura a su paso por Cieza inundó gran parte de la vega. Debido a esta excepcional circunstancia se procedió al traslado de una familia, del paraje de ‘La Isla’, de a un anciano del Salitre Viejo y de una chica joven de la vega del río al Polideportivo Municipal Mariano Rojas, que fue acondicionado con 50 camas al efecto y donde estuvieron toda la noche prestando apoyo 16 voluntarios de la Cruz Roja. También estuvo hasta altas horas de la madrugada la concejala de Servicios Sociales, Melba Miñano, coordinando la situación. Además, en la vega del río, voluntarios de OJE-Cieza participaron en tareas de colaboración.
Asimismo, las 34 personas que fueron trasladadas el jueves al albergue, procedentes del Cabezo de la Fuensantilla y de ‘Los Casones’ en su mayoría regresaron a sus casas este viernes, con la excepción de dos familias, en total 7 personas, que fueron reubicadas en la antigua escuela del Maripinar, aseguran fuentes oficiales consultadas por esta redacción. «El arquitecto municipal valoró que las viviendas de estas familias está en situación de riesgo de derrumbe y, por tanto, permanecerán en su nueva ubicación hasta que sea posible el regreso a sus casas», subrayan las citadas fuentes.
La lluvia ha sido tan intensa que en la vecina localidad de Blanca, situada a 10 kilómetros de Cieza río abajo, el Segura discurrió con una crecida que alcanzó los 196,8 m3/s de caudal, según informó la Confederación Hidrográfica del Segura (CHS).
Esta pasada madrugada ha seguido lloviendo de manera intermitente en el municipio y, por el momento, siguen cortadas al tráfico la RM-B19, que une Cieza y Calasparra, y la RM-514, entre Abarán y Blanca. La tarde y la madrugada del viernes al sábado ha sido muy intensa para los voluntarios, bomberos y las fuerzas del orden y se ha vivido con preocupación por parte de la población de Cieza con el deseo que la lluvia remita definitivamente y las aguas vuelvan a su cauce.