Un ciezano se queja del protocolo de la perrera municipal

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M.G.B.

Injusticia animal

En la mañana del 27 de agosto, por un descuido, mi perro se soltó de la cadena y se escapó del campo al abrir la puerta. Rápidamente, nos movilizamos en su búsqueda, pero no hay suerte; pasan las horas y no aparece. Nos personamos en la comisaría de la Policía Local, sobre las 18:00 horas, y nos comunican que lo habían encontrado a las 14:20 horas y habían llamado a la perrera municipal para que lo recogiera.

Nuestras caras solo reflejan asombro, puesto que el perro tiene chip de detección y todos los papeles y vacunas en regla. ¡Y no llaman a los dueños! Llaman a la perrera municipal directamente. Pues no entendemos el porqué.

De inmediato nos ponemos en contacto con la perrera municipal y nos comunican que está cerrada, que hasta el día siguiente no podremos recoger a nuestro pequeño.

A primera hora del 28 de agosto nos comunican todos los requisitos necesarios que debemos aportar y/o cumplir para recogerlo, incluido el importe de 60 euros en metálico. Ahora es cuando le encontramos sentido a todo. Quizás no llaman directamente al dueño porque así pueden cobrar por devolverte a tu ser querido.

Y me pregunto: ¿Para qué pago los impuestos y cumplo con todos los gastos del chip si al final, cuando ocurre un caso así, el ciudadano está indefenso y hay que volver a pagar?

Y todavía no he mencionado el trauma demencial de toda la familia. Porque no olvidemos que mi perro ha sufrido un estrés innecesario. Y nosotros una preocupación que se podía haber evitado. Es un gran dolor que mis hijas se pasaran toda la noche llorando pensando en él y cómo se encontraría.

Pues bien, me resultó asombroso que al ir a recogerlo y acercarme a la perrera en la que estaba metido no reaccionara. Lo llamé unas diez veces y fue en la última llamada cuando reaccionó y se aproximó a la verja.

Esta pesadilla ya ha terminado. Ya lo tengo en casa, pero bajo que perjuicio. Sigo indignado porque nadie se molestó en avisarnos, ni desde la Policía Local ni desde la perrera municipal. Este es el motivo por el que comparto con todos y todas mi experiencia, mi angustia, mi desinformación y, finalmente, el pago de una tasa injusta y abusiva.

Y porque me reservo extenderme sobre el lamentable estado de las instalaciones, que en mi opinión son insalubres.

 

 

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