La tradición de Viernes Santo

   Imagen de cieza.es

Siempre con miras a la perfección, la Procesión del Penitente concentra como ninguna otra la grandiosidad de la Semana Santa ciezana. Probablemente ningún otro desfile escenifica con tanta grandeza el calvario de Cristo. Un tesoro de sensaciones que cada vez se vive diferente. No hay nada comparable a esto

Crónicas de Siyâsa/cieza.es

El desfile procesional, revestido con los colores alegres de las doce cofradías y hermandades participantes, tiene sus momentos brillantes como la caracola de los populares ‘Armaos’, y otros más emotivos como la venerada imagen del Santísimo Cristo del Consuelo. Y es que cientos de nazarenos ponen el corazón en esta magna procesión que condensa riqueza artística, flor, orden, solemnidad y música.

El desfile está integrado por los pasos La Sentencia de Jesús, Nuestro Padre Jesús Nazareno, Tercio Romano del Santo Sepulcro, Encuentro de Jesús y María en la calle de la Amargura, La Caída, Santa Verónica, Jesús en el Calvario, Santísimo Cristo de la Expiración, La Lanzada, Santa María Magdalena, Santísimo Cristo del Consuelo y Santísima Virgen de los Dolores.

Para el recuerdo quedan muchas imágenes que no volverán a repetirse como el Nazareno del Año 2017, José Penalva, desfilando en una de las escuadras de la Cofradía del Tercio Romano del Santo Sepulcro. O la estampa de una representación del Hogar del Guía de OJE Cieza haciendo lo propio junto a la Cofradía de la Samaritana con ocasión del nombramiento de Samaritano del Año. También cabe destacar el estreno en una procesión diurna de las nuevas túnicas de la Cofradía de San Pedro.

POR LA NOCHE, LA PROCESIÓN DEL SANTO ENTIERRO

En la plaza adoquinada junto a la basílica de la Asunción, en las postrimerías del Viernes Santo ciezano, los nazarenos de la Cofradía del Santísimo Cristo del Perdón permanecen atentos. A las nueve menos veinte de la tarde y en medio de una nube de flashes, asoma con su solemne caminar del tercio de nazarenos que precede a la venerada imagen del titular de su hermandad, escoltado por una decena de uniformados del Cuerpo Nacional de Policía.

Siguiendo la última hora de Cristo, la procesión recoge el esplendor de la imaginería que atesora las cofradías y hermandades ciezanas, su pasado y su presente: Descendimiento de Cristo, Santísima Virgen de la Piedad, Santísimo Cristo Yacente y Virgen del Dolor, Nuestra Señora de la Amargura, Las Santas Mujeres camino del Sepulcro, Santa Cruz, José de Arimatea, El Santo Sepulcro, Tercio Romano del Santo Sepulcro, Santa María Salomé, San Juan y María Santísima de la Soledad.

En la Procesión de Santo Entierro (siglo XVI) el tiempo se cuenta por pasos. Tiene una fuerza propia que a veces puede hacer olvidar que, con ella, la Semana Santa toca a su fin. Pasan los años y ahí sigue, con su poder de convocatoria intacto. El luto por la muerte de Cristo está marcado por la solemnidad del paso de María Santísima de la Soledad, que cuenta con el acompañamiento de la Corporación municipal encabezada por el alcalde, Pascual Lucas, y la Junta de Hermandades Pasionarias de Cieza, mientras que las notas de la Banda Municipal de Música infunden emoción.

 

 

 

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