Pepe Trueno, pasión nazarena Queridos lectores, sigo vislumbrando desde mi cumbre una profunda quietud que tiene aterida a esta mi Atalaya, pues en las calles de Cieza reina la ausencia, y la soledad es la única que se atreve a recorrerlas. Mientras tanto, la primavera se pasea por este valle henchida de esos bellos colores con los que se viste la naturaleza en esta época, bañada estos días por esas gotas de lluvia con las que las nubes nos obsequian. Con la Cuaresma ha llegado ya el tan ansiado por…
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