Imagen de Fernando Galindo
La llegada de Sus Majestades de Oriente fue recibida por miles de ciezanos y ciezanas, que se echaron a las calles para gozo de los más pequeños
Javier Gómez
Por fin llegó el día que estaban esperando las niñas y los niños de Cieza. Una larga espera de 365 días con el objetivo de que los benjamines pudieran notar la magia de la Navidad. A estas horas, en multitud, de hogares la tónica general es el ruido procedente cuando se rasga el papel que envuelven los regalos, acompañados del alboroto y la algarabía infantil. Un momento único en el que disfrutan mayores y pequeños.
Sus Majestades de Oriente hicieron acto de presencia en la localidad, a las 18:30 horas, por el Puente de Hierro, donde fueron recibidos por multitud de espectadores y por Pascual Lucas, regidor de Cieza. Pero esa solo fue la primera de las paradas que llevarían a cabo en la localidad.
Posteriormente, recorrieron las calles de Cieza, regadas de público a su paso que gozaban con una representación que se remonta en el municipio hasta el año 1951. Pasaron a caballo por las calles del casco histórico, bien acompañados de pajes, bailarinas, bandas de música y, lógicamente, de los regalos que después depositarían en las casas. Tampoco dudaban en detenerse y fotografiarse para la posteridad con los niños que se lo pedían.
Finalmente, desembocaron en la Esquina del Convento, donde tuvo lugar la representación del Auto de los Reyes Magos, poniendo el punto y final a la Navidad ciezana. La organización, como desde hace casi 70 años, de manera desinteresada, corrió a cargo de la Organización Juvenil Española (OJE) y contó con el patrocinio del Ayuntamiento de Cieza.