Recortes legendarios, según María Bernal

Recortes legendarios

Un nuevo curso comienza en la Región de Murcia en este mes de septiembre, y una vez más, y no precisamente como novedad, se vuelven a producir recortes en el sector de Educación. No es una primicia que el gobierno regional hilvane un patrón de presupuestos para un campo tan esencial como es el nuestro, para después manejar la tijera a destajo con el fin de que la inversión en Educación sea mínima.

Pero claro, para que unos reciban, otros tienen que perder. Es tan sencillo como jugar a la ruleta; esta no da dinero, si antes no se ha invertido en ella con la consecuencia inmediata de haber perdido. Por tanto, para que ganen unos tienen que perder otros.

Y eso es lo que sucede aquí; los docentes de la escuela pública juegan a la ruleta de la señora María Isabel Campuzano, consejera de Educación, de manera reiterada a través de propuestas eminentemente necesarias por el bien de sus alumnos, y mediante un remoto caso omiso a estos jugadores de la educación pública, el dinero lo ganan los que juegan después, los del sector privado, callados porque saben que la suerte siempre va a estar a su favor. ¡Y qué no se ofenda nadie!

A mí me interesa defender mi trabajo y el de mis compañeros interinos que, a golpe de esfuerzo por medio de injustas convocatorias de oposición (esas que no pasan las personas contratadas en centros concertados-privados y pagadas con dinero público, como a nosotros), nos ha costado conseguir; no pretendo, ni mucho menos echar por tierra la labor de los docentes de la enseñanza privada.

Los docentes interinos somos un cero a la izquierda. Este curso se quedan en la calle cerca de 2000, siempre serán más. La consejera se ha posicionado tozudamente y no contrata a los 1500 docentes de apoyo covid, aún necesarios, más los cuatrocientos y pico que se quedan fuera por recorte presupuestario.

Y si hablamos de presupuestos, hay que hacerlo de números. En julio, el Consejo de Ministros, a petición del Ministerio de Educación y Formación Profesional, aprobó la distribución de 1.185.545.550 euros para transferir a las Comunidades Autónomas con el objetivo de que se invirtiera en política educativa.

¿Es que Murcia no va a recibir ni un solo euro? Claro que sí. La propia consejera presumía hace un par de meses porque el presupuesto en Murcia aumentaba para este curso un 5,4% hasta alcanzar los 1.389 millones de euros, lo que suponía destinar 4 millones diarios a la educación y la cultura. Se trata de una de las partidas presupuestarias más altas de la historia, y aunque ella ha justificado en qué va a invertir, a la comunidad educativa no nos convence si atendemos a la precariedad absoluta que encontramos en las aulas de colegios e institutos públicos.

Entrar a un aula es comprobar cómo estas están masificadas, situación que demanda a gritos la bajada de ratio a la cual se niega la consejera porque supone contratar a más profesores, hecho que parece producirle urticaria; es cerciorarse de que faltan aulas abiertas, hay que atender a todos los alumnos en el mismo aula, independientemente de que conozcan el idioma o no, ¡benditos traductores de Google! Pero esa no es la solución. Faltan horas para atender a la diversidad del aula, y no lo digo yo, lo dicen los expertos, y si no, que visiten los departamentos de orientación y que allí los informen y les muestren la necesidad de contratar a más PT para dar una respuesta educativa adecuada.

Los recortes de la Consejería de Educación son legendarios. Desde que en 2010 aprendieran a usar la tijera mejor que los grandes modistos, es cierto que, recibiendo más dinero, la situación no ha mejorado. No al menos para la enseñanza pública.

Si tiramos de hemeroteca, podemos mostrar cómo por marzo de este mismo año, la señora Campuzano abogaba por la libertad total para elegir centro educativo pero no de manera democrática, porque para ello, hizo una campaña promoviendo la defensa de la escuela concertada-privada, ya que las primeras declaraciones que hacía defendían el cheque escolar y los nuevos conciertos que llevaría a cabo.

Y mientras que la señora Campuzano insta a los padres a elegir un centro en concreto, a nosotros, los de Secundaria, nos aplaza los actos de adjudicación, con el fin de ahorrar en las nóminas del mes de septiembre y empezar a acortar los días que tenemos que tener trabajados para cobrar el verano. ¿Consecuencia? Empieza el curso faltando docentes por incorporarse.

Los recortes podrán seguir siendo legendarios, pero si hay una realidad que está por encima de la política educativa de este gobierno regional es la de la competencia de la enseñanza pública, esa que han ido labrando sus docentes con recursos escasos, pero con el convencimiento de que rendirse es de cobardes, por lo que seguiremos luchando hasta el final, sacrificándose constantemente. Ellos tienen el poder ahora, pero nosotros somos los únicos justicieros capaces de responderles en las próximas elecciones con la misma moneda que a nosotros nos han recortado en estos últimos años.

 

 

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