Pararelismos hipócritas, por Diego J. García Molina

Paralelismos hipócritas

Se está poniendo interesante la política en estas fechas veraniegas, normalmente poco noticiables, tanto a nivel nacional, como a nivel local. No hablemos a nivel internacional porque da un poquito de miedo el cariz que está tomando: cada noticia empeora la anterior. En esta ocasión me gustaría analizar el paralelismo entre la situación de gobernabilidad en el gobierno de España y el gobierno local de Cieza. Y como el director de este periódico da libertad para escribir sobre lo que quieras, así lo voy a hacer. Alguno se sorprenderá de que quiera comparar ambas situaciones (ahora veremos), pero es que, de paso, más de uno quedará retratado frente al espejo de las contradicciones que debe afrontar para no admitir ni una sola fisura en su discurso político. Todo lo que hacen los míos es bueno, per se, y todo lo que hacen “los otros” es malvado; sin excepción y sin matices. Empecemos. Lo primero, el acuerdo de investidura. Sin entrar en muchos detalles, el PSOE se apoyó en la práctica totalidad de los partidos del congreso de los diputados para que no gobernara el ganador de las elecciones, el Partido Popular, junto a su principal apoyo, Vox, el otro partido de derechas no nacionalista con representación. Es imprescindible resaltar que tanto el PNV como Junts son partidos nacionalistas, pero de derechas, que en ocasiones anteriores han apoyado al PP, y con que solo uno de ellos hubiera apoyado a Feijoo en vez de a Sánchez, este último no sería presidente. Exactamente la misma situación se ha dado en Cieza, mas en sentido contrario, dado que el ganador de las elecciones, el PSOE, con un acta de concejal más que el PP, se quedó sin su tercera alcaldía consecutiva al no tener mayoría en el consistorio ciezano. Algo natural, por otra parte, como hicieron ellos mismos en las dos legislaturas anteriores metiendo en el Gobierno local a Podemos e Izquierda Unida. ¿Dónde está el escándalo? Lo normal es que los partidos de derechas quieran que gobierne un candidato de derechas y los de izquierda lo mismo. Lo antinatura es que los partidos de derecha (nacionalista) apoyen a un candidato de izquierda, a no ser que la contrapartida sea lo suficientemente jugosa para pasar el mal trago. O que dicho candidato sea lo suficientemente ambicioso y le importe tan poco las consecuencias que tendrán sobre el país que gobierna y sus súbditos para tragarse absolutamente todo. Juzguen ustedes mismos que ha sucedido en cada situación.

Una vez pasado el trámite de la investidura, continúan los paralelismos, en este caso, con alguna diferencia, en el día a día de la gobernación. En Cieza, el alcalde decidió prescindir de los concejales de Vox para poder gobernar con mayor libertad, aunque en minoría. Quizá pensó que los de Vox apoyarían todas sus propuestas sin ninguna contraprestación. El resultado es que todas las mociones presentadas por el gobierno local son rechazadas sistemáticamente por la pinza PSOE y Vox. En este caso no duelen prendas en votar juntos, como no podría ser de otra manera. Lo que no entiendo son las rasgaduras de vestiduras cuando la coincidencia de criterio sucede en otras circunstancias. En el gobierno nacional sucede algo parecido en el sentido de que el PSOE y Sumar también gobiernan en minoría y necesitan del concurso de su variopinto club de socios para aprobar cualquier minucia. Es decir, un gobierno que no puede aprobar ninguna ley sin ceder cada vez a chantajes más obscenos. El resultado es que todas las leyes son rechazadas en el congreso, a menos que sean a propuesta o de interés de los propios nacionalistas. De este modo, en un año de gobierno, tan solo se ha aprobado la ley de amnistía (condición sine qua non sería presidente Sánchez Pérez-Castejón). El resto de propuestas han sido rechazadas estrepitosamente o incluso las ha retirado el mismo PSOE antes de un nuevo ridículo, como la ley de vivienda, siendo tus propios supuestos socios quienes tumban tus propuestas. Este mismo martes, la ley de extranjería no salió adelante ante la negativa del partido supremacista catalán Junts a ser incluido en el reparto, junto al resto de comunidades autónomas, de inmigrantes arribados a nuestro país de forma ilegal. También votará en contra el PP, puesto que los socialistas no han admitido incluir ninguna de las sugerencias de los conservadores. Otra oportunidad perdida para que los grandes partidos que representan a la inmensa mayoría de los españoles se pongan de acuerdo y paran una ley actual, realista, solidaria, necesaria y que sea eficaz al menos 10 años. Vamos de chapuza en chapuza. En todo caso, esta ley ya es historia puesto que no sale adelante. También ha votado Junts en contra del techo de gasto que quería ampliar el ejecutivo, por lo que les fastidia y no podrán salir tampoco los presupuestos. Como en Cieza, vamos.

Con respecto a los presupuestos, en el caso ciezano, Vox tiene sus peticiones para aprobarlos, y no es otra que la cabeza del alcalde, y eso, claro, es poco admisible (de momento). A diferencia del PSOE que todo lo que le piden sus socios PNV, Bildu, Junts, ERC, Podemos y Sumar se lo concede sin problema. Porque le importa un pimiento España, la prosperidad y mejora de los españoles y se pone el mundo por montera. Ande yo caliente y ríase la gente. Sin embargo, la reforma del poder judicial si ha salido adelante, con el acuerdo entre PSOE y PP. Me imagino, debido a que a ambos les interesa tener la justicia controlada, hoy por ti, mañana por mí. Aquí tenemos el ejemplo de que cuando se quiere, se puede. Entonces, ¿no les interesa el bienestar de los españoles? Como servidores públicos, ¿no están obligados a negociar, ceder y llegar a acuerdos buscando lo mejor para los españoles? Sería muy sencillo revertir todas las políticas y cesiones a los nacionalistas con un acuerdo inmediato entre PP y PSOE al igual que han hecho en este caso. Aunque supongo que es más sencillo, políticamente hablando, el enfrentamiento continuo, la trifulca, y así te ahorras del engorro de tener que esforzarte en una buena acción de gobierno. Para que gobernar honestamente si «nos viene bien la tensión», como confesó Rodríguez Zapatero a un conocido periodista de izquierdas en un micrófono que quedó abierto. ¿Por qué ese repelús a votar junto a un partido que es contrario a nuestra ideología? Es cierto que no podemos estar de acuerdo con el 100% de las propuestas de nuestro partido, excepto si eres un forofo de turno que todo lo que hace y dice su partido les parece bien, y cuando al día siguiente el partido cambia de postura, ellos pasan a defenderla con vehemencia sin recordar sus palabras del día anterior. En esta categoría infamante se puede incluir tanto periodistas como votantes. ¿Cuánto aguantarán presidente y alcalde esta situación de falta de gobernabilidad sin dimitir? De Sánchez no tengo duda, tres años más. De Tomás Rubio, ni idea. Igual no depende de él, y sea su propio partido quien lo deje caer retirándole el apoyo. No sería la primera vez. Para terminar, unas declaraciones textuales del PSOE ciezano en este mismo periódico. Me gustaría saber si se puede aplicar a cualquier gobierno o solo al de Cieza: “Desde el primer día, los socialistas de Cieza venimos diciendo que el actual gobierno carece de proyectos, ideas y propuestas, algo que vemos día a día y que ahora ellos mismos admiten al renunciar a realizar el presupuesto de 2024 como ya renunciaron al de 2023, lo que acredita que nada tienen que ofrecer ni aportar al pueblo de Cieza”.

Nota: el ejecutivo de Sánchez no presentó presupuestos el año pasado (2023) y este año (2024) no parece que haya muchas posibilidades.