Oposiciones ninguneadas, por María Bernal

Oposiciones ninguneadas

Ningunearnos es lo que más le gusta a la Consejería de Educación de esta ‘Murcia, ¡qué hermosa eres!’ Resulta bastante rentable para llenar las arcas, haciéndonos pagar como borregos cerca de 100 euros en cada proceso de selección al Cuerpo de Maestros y Profesores, que apenas nos ofrece garantía y solo nos da la oportunidad de disfrutar de muy, pero que muy pocos derechos.

Tal humillación, porque no se me ocurre otra palabra después de haber visto como la criba se ha vuelto a producir entre los compañeros de Primaria, resulta muy devastadora para la Educación pública de esta Región, si tenemos en cuenta que la ejecución de mentes (recordemos las estadísticas de esta última oposición: seis de cada diez opositores no pasan la primera parte) fisura el sector al no incorporar a todo el personal tan ineludible que nuestro sistema demanda para cubrir al 100% las necesidades de los alumnos de la escuela pública murciana; y por último, maltrata física y psicológicamente a todos los opositores que deciden renunciar durante nueve meses, cuando no sean más, a su vida.

Y aquí no hay cabida para la presunción de inocencia, porque lo he vivido en mis propias carnes. Y sí, nosotros hemos elegido esto, pero en ningún momento íbamos a pensar que un gobierno, el autonómico, que cada vez nos amarga más la existencia, se atrincherara en la esfera del recorte  allá por el 2012 y tijereteara a su antojo para beneficiar a unos y hundirnos a otros. Y esos otros somos los docentes de la escuela pública, a los que se nos cierran las puertas año sí, año también.

Pero  dejando de lado la mamonería murcianica, esta que inexplicablemente tenemos en Murcia tantos y tantos años (parece que el masoquismo es típico de esta tierra) me gustaría hacer un llamamiento a la población adormecida que se conforma con el primer guantazo que recibe.

Normalizamos una situación que es descabellada (me han suspendido, pues nada, a la próxima) y le permitimos a la consejería que menosprecie la profesionalidad de cada persona. Para más inri, le damos la razón a una institución que debe desmontar este chiringuito y construir otro que estabilice la situación de tantos y tantos interinos, y si los que mandan ahora no están por la labor, como casi nunca lo han estado,  porque a lo mejor tienen otros intereses, busquemos en las urnas el cambio que la educación pública necesita. Pero quedarnos de brazos cruzados tiene como remota consecuencia el desastre en los procesos de oposición.

Sin embargo, no hay unión, solo resignación, y convendrán conmigo que el lamento, que se ha convertido en deporte olímpico de esta sociedad, no es la solución más factible aunque nos produzca una catarsis sana. Hay que actuar, hay que plantarse y decir: ¡Basta ya! Pero no desde el sofá de casa, sino desde la calle. Así, como hacen, por ejemplo, los franceses cada vez que les tocan algún sector.

No es razonable, se mire por donde se mire, que haya ceros en exámenes de personas con experiencia que han escrito hasta doce caras de folio. Y sin ella también, porque han recibido una formación y una preparación de horas inimaginables. No es sensato que se publiquen unos criterios y estos se cumplan dependiendo del tribunal en el que caigas. No es lícito, desde el punto de vista de la moral, si es que de esto entienden los de arriba, porque que quede claro que no culpabilizo a ningún miembro de tribunal ya que solo cumplen órdenes, que, cuando vas a reclamar tu nota, te suelten una letanía por escrito sin enseñarte el examen.

Y como si de un copia y pega se tratase te dan un papel en el que te intentan justificar el porqué de tu nota: poca originalidad, falta de rigor científico, escasa legislación, poco conocimiento de autores…¿Pero qué me están contando? Pregúntenles a los alumnos y a los familiares, a los compañeros  a ver qué veredicto les dan sobre mí como docente.  Pero claro, es una nota la que nos define y nos sepulta al mismo tiempo.

Por no hablar de la reclamación del examen oral en la que es nuestra palabra contra la de cinco personas. ¿Para cuándo van a exigir y conseguir los sindicatos (por favor, no os vendáis más) que los exámenes orales sean grabados? ¿O es que a la consejería no le conviene esta propuesta? ¿Para cuándo vamos a poder contrastar nuestros exámenes con otros profesionales? Ocurre en los centros educativos cuando hay una reclamación, ¿por qué nosotros no tenemos los mismos derechos?

Leerán estas líneas y estarán de acuerdo conmigo, pero luego, a la hora de la verdad, no nos movilizamos, al menos no lo hacen todos, siempre somos los mismos, y una vez más, volvemos a darle la razón a la consejería, esa que muchos creen que van a heredar a pesar de que para esta solo seamos un mero número, una absorta marioneta del poder que actúa en un guiñol hecho a imagen y semejanza de la ideología de unos políticos que para nada quieren que haya más funcionarios públicos.

 

 

17 thoughts on “Oposiciones ninguneadas, por María Bernal

  1. Uno más uno... dos

    Pues en educación infantil han aprobado 1200 personas
    Así que de ninguneo nada.
    Las oposiciones son así. Las plazas no se regalan. Ni se deben regalar.

    1. María Bernal

      Si lee las estadísticas no aprueban ni la mitad de los presentados , y claro, usted se refiere a la 1 prueba. Ahora habrá que ver estadísticas de la 2 prueba, donde también se han quedado por el camino mucha personas. Y le voy a decir una cosa, no será conocedor de este sistema de selección cuando en el camino se queda gente muy competente a la que no le dan una explicación coherente, y a lo que no le enseñan su examen, después de haber escrito doce o trece caras de folios con una experiencia que los ampara. No me parece acertado, teniendo en cuenta lo mal que lo están pasando los compañeros de Secundaria, que diga “que aquí no se regalan las plazas” cuando hay tanto sacrificio y sufrimiento detrás de cada opositor. Además lea “solo 4 de cada 10” pasan la primera parte. Sabe lo que pasa aquí: la Consejería dice “tenéis equis días para examinar “, haced malabares. Y esos malabares son sinónimo de suspender.

      Ánimo a mis compañeros de Primaria, entre ellos, mi hermana y mi amiga María Dolores, competentes como la copa de un pino y ningunedas por un sistema obsoleto, precario e injusto.

  2. Sonia Bernal Moreno

    ¿Regalar plazas? «A punta pala», como decimos en Cieza. Evidentemente hay personas que sí, se lo curran y se las merecen. Pero otras, son tocadas por la varita mágica de la suerte y…¡Catapúm! Aquí tienes tu plaza sin apenas haberte preparado (o eso dicen). Llevo 4 oposiciones aprobadas (en una de ellas un 10 diez en el oral) y un sistema INJUSTO ha decidido que este año «no valgo» ni para el escrito (el cual siempre he aprobado). «Las oposiciones son así», claro: injustas y subjetivas. Sí usted no se ha presentado a ninguna o desconoce el proceso, le invito a que no opine. Y, por otro lado, a que dé la cara y no se esconda cobardemente detrás de un pseudónimo.
    Atentamente, una opositora con mucha experiencia en sus costillas y con conocimiento de causa de lo que habla.

  3. Respuesta a Sonia Bernal Moreno

    Respuesta a Sonia Bernal Moreno.
    Tú lo dices todo. Has aprobado cuatro veces. Esas cuatro veces ¿también era un sistema «injusto»?
    Otra cosa. Imagina que eres miembro del tribunal y que de entre todos los opositores, el 50% o más hacen el mismo tema. Aquí surge un problema cuando lees temas y casi todos «suenan» igual (se nota porque muchos vais a academias y os preparan a todos por igual). Evidentemente hay que «pasar» a quienes primero lo hacen bien, y luego se «diferencian» en algo del resto. A quien no tiene ni un tachón frente a quienes han tachado hasta 10 veces, a quien ha estructurado bien el tema frente a quien te mete una frase mal escrita en un rincón porque se le olvidó ponerlo antes, a quien ofrece una conclusión «buena» con pinceladas pedagógicas, a quien mete bibliografía ACTUALIZADA y de manera «natural» y no «porque se me acaba de ocurrir», a quien hace un índice que concuerda con lo desarrollado, a quien «equilibra» el tema y no hace 4 folios de un punto y luego otro punto te lo resuelve en cuatro renglones porque (todos lo hemos oído al terminar el escrito) » no me ha dado tiempo a más». A quienes NO tienen ni una sola falta de ortografía, a quien hace un tema «redondo», con todos los puntos, y se expresa de tal modo que da «gusto leerlo» porque «te lleva». Todo eso se ve en el escrito. Sí, se ve.

    Y no, no te puedo decir quién soy porque he formado parte de los tribunales… algunas veces. Y volveré a serlo.
    Entiendo tu pataleta, tu rabia. Pero no diga usted que somos un sector «podrido», «incompetente», porque TU tema no ha tenido un cinco o más. Piensa qué has hecho mal, qué no has hecho, y para la próxima lo haces mejor. Dices que has aprobado cuatro veces. Posiblemente has tenido un mal día o has hecho el tema que han hecho casi todos y no has «marcado la diferencia». Por eso, podría ser, que muchos tienen un poquito más de un cero, porque son todos exactamente iguales.
    Hay que diferenciarse. No lo olvides.
    Suerte para la próxima.

    1. Sonia Bernal Moreno

      Seré breve o eso intentaré:
      1) Me parecen injustas ahora y me parecieron injustas en 2009 (mi primer año de oposición). Con un 8’47, me faltó experiencia para llevarme la plaza.
      2) Está muy bien eso de evaluar (quitarse gente) vomitando un tema de memoria. El cual yo hice con TODAS y cada una de sus partes, de manera equilibrada y con ejemplos de intervención educativa en cada uno de los subpuntos del punto concreto en el que me preguntaban por ello. Ah, sin olvidar que hice alusión a los artículos del Decreto 198 a los que hacía referencia en cada apartado. Por consiguiente, el mío no está mal. Te puede gustar más o menos, pero ¿un 3 y algo? No estoy de acuerdo en absoluto. Ponme un 5, leches. Porque lo que digo está contrastado y justificado y encima es que es real, porque puse ejemplos claros y reales. Si para ser ORIGINAL y estar ACTUALIZADA tengo que referirme a mil metodologías supermegainnovadoras de la muerte, contar con diez mil materiales y recursos didácticos, así como con diferentes espacios de aprendizaje, creo que no estamos hablando del mismo sistema educativo (al menos de la pública y en Murcia).
      3) Mi pataleta no viene por suspender. Hombre, bien bien tampoco me sentó, pero bueno, que todo puede pasar. Mi pataleta, como usted dice, viene de no poder haber hecho el oral. Una defensa que me preparé a conciencia, que ensayé hasta la saciedad, con actividades nuevas y MOTIVADORAS y DIFERENTES. Ahí es donde realmente se ve la valía o no de una persona como docente. Pero claro, primero hay que hacer criba y en el oral, es más complicado.
      4) No escriba usted palabras que yo no he puesto por ningún lado: «sector podrido». Yo jamás calificaría así al sector de la educación, porque, para empezar, son compañeros y, para terminar, nuestra querida consejera nos pone a prueba cada vez más: exigiendo mucho y ayudando poco (excepto para la concertada, claro; pero ese es otro tema). Por lo que los docentes de la pública (interinos y funcionarios de carrera) nos vemos obligados a hacer malabares para atender a nuestros alumnos y a la excesiva burocarica que no sirve absolutamente para nada. Ah sí, para echar horas infructuosas, en lugar de estar preparando materiales o actividades nuevas. Por lo tanto, la podredumbre puede venir de otro lado, pero no de mis compañeros.
      5) No tuve un mal día, al contrario, creo que ha sido la oposición a la que más tranquila y positiva me he enfrentado, porque estaba muy segura de mí misma.
      6) Gracias por enviarme suerte, pues en este sistema injusto y obsoleto (volvemos a la LOE pero con decreto de LOMCE, temas «muy actuales», nos piden en cambio que nosotros sí que estemos ACTUALIZADOS…). Pues en este sinsentido de examen, la voy a necesitar y en grandes dosis.

    2. Tamara Martínez Cánovas

      Buenas noches señor anónimo de un tribunal. Ya que sabe tanto, ¿podría decirme en qué se basan para dejar a una persona con un 4’9979? Le pregunto porque sus compañeros han demostrado ser personas sin corazón, además de muy cobardes escondiéndose tras un papelito donde no señalan ninguna observación tras mi reclamación.
      No tenéis vergüenza dejando notas así, donde una ínfima cantidad puede determinar mucho, no solo su futuro, sino también la salud mental. Todo ello sin dar ningún tipo de explicación, recordemos.
      No sólo sois un sector podrido, sino que habéis demostrado ser muchos, muy malas personas sin empatía ninguna.
      Ahora, ya puede justificarme usted, si es que puede, esta nota: 4’9979.
      Le pongo mi nombre completo por si lo quiere comprobar 😉

  4. Respuesta a María Bernal

    Respuesta a María Bernal.
    Comete usted un error de bulto. Usted no sabe quién le ha respondido a su artículo, y como no lo sabe, no se atreva a afirmar de esa manera que «no conoce el sistema». Usted no sabe, persona a persona, cómo han hecho cada uno de los exámenes, por tanto no sabe «qué competencias han demostrado».
    No sea usted tan soberbia. Si queremos un sistema educativo de calidad, deben formarlo personas competentes, y que también sepan perder alguna vez (se le llama inteligencia emocional).
    Suerte para la próxima.

    1. María Bernal

      ¿Error de bulto? Perdone, lea bien “no serás conocedor…cuando…” si se da cuenta no afirmo con rotundidad porque no lo/la conozco, se trata de una oración condicional, ya sabe “probabilidad”. Así que usted, que no me conoce de nada, no me catalogue de soberbia, mejor, pregúntale a la gente que realmente me conoce. Jajaja. Me ha hecho gracia su consideración. De todas maneras en Cieza todos nos conocemos, la manera de escribir, a veces hasta nos delata, y con todos los conocimientos de informática estamos a tiro de click de saber quién se esconde detrás del anonimato. Yo si le diría a usted que fuera más empático con sus palabras y que fuera más valiente, porque desde el anonimato es muy fácil menospreciar.

      Mírense lo de todos los temas iguales porque es una absurdez decir eso cuando un opositor cumple unos criterios., cuando autores modernos no son indicio de ser mejor o peor docente…Ah, y por cierto, hay muy buenas academias y muy buenos preparadores.

      A ver si va a resultar que usted va a heredar la
      Consejería (no es una afirmación).

      Buenas tardes y que le sea leve este sábado de tanto calor, y más aquí en Cieza.

    2. María Bernal

      Ah. Se me olvidaba, no me hace falta suerte, yo ya me sacrifico bastante para conseguir mi buena suerte. Usted mismo lo ha dicho “suerte”, de eso dependen entonces las oposiciones, ¿no? Se ha contradicho, pues.

  5. Julián

    Hola María,

    Soy opositor, es la segunda vez que me presento y he vuelto a aprobar, y no con un 5 (aunque aún no es suficiente), hay mucha gente que no estudia nada porque está acomodada, no es justo ni para los que estudiamos ni para los que quieren meter la cabeza que haya personas que vivan del cuento desde tiempos inmemorables y tengan preferencia, tengo familia y sí me tengo que sacrificar pero es lo que hay, cuando uno se mete a maestro conoce el proceso. Las plazas ni se regalan ni se deben regalar, si una persona verdaderamente tiene experiencia es capaz de sacar más de un 0, te recuerdo que llevamos con el mismo temario desde 1992. Un saludo.

  6. Inspector de Educación

    Estimada María:

    El formato de oposición viene establecido por normativa básica del Estado, es decir, la Consejería poco puede hacer ahí (ni ninguna otra Administración autonómica). No es correcto responsabilizar a la Administración murciana de aquello que depende de la estatal.

    Los derechos de los opositores vienen recogidos, entre otras normas, en los artículos 13 y 53 de la Ley 39/2015, de 1 de octubre, de Procedimiento Administrativo Común.

    Acceder a la copia de su examen sí es posible en Recurso de Alzada ante la Consejería, si usted así lo solicita. Pero el derecho a una 2ª corrección no está amparado por norma. Posteriormente tiene la vía contenciosa (que a su vez admite recurso ante el TSJ de Murcia). No obstante, cuando ha prosperado un recurso en vía contenciosa de algún opositor, prácticamente siempre ha sido por cuestiones de forma o baremación de méritos, pero no por entrar la Justicia a volver a examinar un examen, calificación que se respeta.

    Es falso que en los centros educativos los exámenes puedan ser revisados por otros profesionales. Ante una calificación reclamada, ésta será tramitada por el Departamento (en Secundaria) o Equipo Docente (en Primaria) respecto a la inicialmente prevista por un profesor concreto. Pero estos no son “otros” profesionales sino los mismos del centro. Nunca una calificación de un alumno se pone en manos de otros profesores de otros centros que vuelven a calificar unos instrumentos de evaluación. Por tanto, “contrastar” sus exámenes por otros profesionales (otro Tribunal tendría que ser en una oposición) no es jurídicamente posible ni reconocido por norma.

    La presunción de inocencia por supuesto que no cabe, pues usted está ante un procedimiento administrativo no sancionador, por lo que no hay pliego de cargo alguno. Hablar de presunción de inocencia en procedimiento selectivo es simplemente un dislate por su parte.

    Los tribunales no cumplen “órdenes de arriba”, sino que acatan una norma (una Resolución de convocatoria en este caso) pero no hay ninguna instrucción u orden de servicio de establecer un resultado concreto.

    Si usted sí lo cree (tal cual lo ha redactado) sólo suya es la obligación de probarlo.

    Por último, dice usted “pregúntenles a los alumnos y a los familiares, a los compañeros a ver qué veredicto les dan sobre mí como docente.” ¿De verdad cree que la opinión de los alumnos y familias es un dato objetivo para acceder a la función pública? ¿Bajo qué criterios y forma? Cuidado con lo que se pide, que parte usted de que esa opinión fuera a ser positiva. Basta ver el contexto sociocultural, por ejemplo, de Santa Lucía en Cartagena con el de la zona norte de Murcia para ver qué profundo desequilibrio habría en las opiniones que se verterían según un docente ejerciera en una u otra zona.

    Si me hubiera dicho en su lugar la valoración (que no veredicto) de un Inspector de Educación (como soy yo o cualquiera de mis compañeros) podría tener mejor aceptación, pues la evaluación de la práctica docente está sometida a criterio técnico y procedimiento administrativo tasado, es decir, no es una opinión.

    Concluyendo, usted ha pasado por un procedimiento selectivo y si no lo ha conseguido superar es sólo porque no ha habido suficientes plazas y/o ha habido mejores aspirantes que usted. No es justo sembrar sombra sobre el procedimiento respecto a aquellos que sí lo han conseguido. Cuando lo consiga usted, que le deseo sea muy pronto, espero que no cuestionen su procedimiento de ingreso.

    1. Sonia Bernal Moreno

      Buenos días, la que escribe es mi hermana y la que no ha superado la primera fase soy yo. Claro, usted como inspector (me lo tengo que creer porque lo dice) habla desde su postura. Pero el caso es que yo también conozco a personas que trabajan para la administración y no todo es tan, tan, de color de rosa.

      Cuando mi hermana habla de que «otros profesionales» revisen el examen del alumno en los colegios o centros de secundaria, se refiere claramente a otros compañeros (equipo docente o miembros de un mismo departamento).

      ¿Que qué criterios objetivos son los de los alumnos y sus familias? Pues mucho más concretos y reales que los criterios de unas personas (vuelvo a repetir que los tribunales no tienen culpa de nada) que no conocen mi práctica docente, que no pasan tiempo conmigo o con otros docentes en sus aulas, que no saben cómo resolvemos y afrontamos los problemas del día a día). Esos criterios no están recogidos por ley, pero valen más que cualquier otro. Cuando una alumna me dijo «seño, gracias a ti me gustan las matemáticas», ese, para mí, es uno de los criterios más válidos que existen.
      Otra duda que me surge, así, a lo tonto: ¿Qué criterios se siguieron para nombrar consejera de educación a la actual, que desconoce cómo se trabaja en un aula pública? ¿Fueron objetivos, justos, se publicaron en algún sitio? Hablo desde la ignorancia total.

      Una familia va a tener el mismo concepto de ti, como docente, tanto si trabajas en un colegio del centro de Murcia, como si trabajas en uno de una zona más desfavorecida de cualquier lugar. Yo he tenido la suerte de trabajar en ambos tipos de colegios y, créame, la opinión de los padres no ha cambiado. Eres tú quien la crea, no el contexto sociocultural.

      Y sí, yo también espero conseguir plaza muy pronto y si no es así, me jubilaré como interina o haciendo otra labor, muy dignamente. Mi hermana no ensombrece a nadie, solo AL PROCESO. Y, créame, ella lo redacta, pero la opinión es de miles y miles de interinos. Hable con ellos, pregúnteles. Dígales por qué no nos enseñan nuestro examen pero sí nos dicen todos los fallos cometidos. Necesitaríamos contrastarlo, ¿verdad? Que nos dijeran «mire usted, aquí, aquí y aquí están los fallos o le ha faltado esto o lo otro…». Explíqueles por qué tantas trabas para reclamar un examen que ni siquiera te enseñan. ¿Y eso es justo? Disculpe usted, pero no.
      Un saludo.

    2. María Bernal

      Señor Inspector:

      Yo soy de Secundaria, este año no me ha tocado presentarme. Lo hice en 2018 y 2021(aprobando y sin plaza por los requisitos legales de este sistema), y en este sentido, no hay nada que discutir si luego es el baremo el que nos da la plaza.

      Le agradado que me haya deseado suerte, pero como le he escrito anteriormente esta es para los que echan la quiniela, nosotras apostamos por el esfuerzo y el sacrificio que tan bien inculcados llevamos, y no me vuelva a decir si soy soberbia porque a mí me gusta más la palabra realista .

      Cuando me refiero a una segunda corrección, evidentemente y como docente interina hasta el momento(no sé lo que nos deparará esta Administración que tanto recorta), me refiero a una revisión del departamento y, posteriormente, si no hay conformidad, revisión por parte de la inspección educativa, mediante toda la burocracia pertinente, absurda y determinante para aburrir al que reclama.

      Están comentando ustedes que yo abogo porque se regalen las plazas. No, lean bien: personas con doctorados y con exámenes buenos a su juicio, (preparadas y con un trabajo de muchas horas) habiendo escrito y completado todas las partes del tema, sobrándoles tiempo y revisando todas las posibles faltas…han obtenido un 0. ¿No tienen derecho esas personas a una segunda corrección? Porque claro, si ustedes piensan que “en algo han fallado” que menos que contrastar los motivos que les da el tribunal con lo que yo he escrito.

      No estoy diciendo que esto sea así ya, no. Propongo que hay que espabilarse para que este sistema, al que yo metaforizo con el término de “chiringuito “ cambie.

      Respecto a la palabra veredicto, usada como sinónimo de juicio, siendo a su vez este el de “opinión “(creo por tanto que es una palabra acertada en este contexto) se refiere a mi labor o la labor de todos los compañeros dentro del aula, esa que un proceso de selección no es capaz ni de comprobar ni de evaluar.

      Le agradezco que me desee conseguir la plaza, pero le voy a decir una cosa, el día que esto ocurra seguiré pensando y opinando lo mismo, porque antes que docente, soy persona y seguirán siendo mis compañeros víctimas de este sistema al que no califico yo, al que se oponen algunos sindicatos también. Y si no consigo la plaza, no pasa nada, que se la lleven, como dice usted, “los mejores” que, sin embargo, para mí, en lugar de ser mejores, son distintos; no hay nadie mejor que nadie, primer principio de la educación. Hay más opciones de trabajo, no se nos caen los anillos. Mientras tanto, a disfrutar de la vida, que no es consuelo pero nos da la felicidad.

      P. S. Para ser inspector de Educación, no me parece esta vía la más apropiada para dirigirse a unas interinas. Deje de cambiarse el pseudónimo, no es por nada, es para poder dirigirme a usted sabiendo con quién estoy hablando.

      1. Sonia Bernal Moreno

        ¿Dónde está el botón de ME ENCANTA?
        NADIE MEJOR QUE TÚ para responder de forma acertada y educada. A mí tampoco me cuadra el medio por el que responder, de hecho, tengo mis dudas y con razones o quizás, está persona sea docente, inspector de educación y hasta presidente del gobierno. En cuyo mensaje se retracta completamente. ¡Ayyyy qué somos de pueblo y de uno en el que nos conocemos todos!

        Disfrute del verano sin acritud y sin palabras cargadas de ¿odio, inquina, envidia…? No sé, viva usted la vida y sea feliz. Que esta es muy efímera.

      2. María Bernal

        Yo solo soy una simple aficionada, los y las hay mucho mejor que yo. Eso sí, cuando creo en el trabajo de alguien, lucho hasta el final. Así que, hay que reclamar y luchar sin miedo a nada ni a nadie.

  7. Mariela

    Soy interina trabajando en la educación pública desde 2016. Desde el minuto uno en que puse un pié en un colegio, supe que era mi sitio. Cada mañana, conduciendo hacia donde me toque sustituir, me siento la chica más afortunada del mundo porque no me dirijo a mi trabajo, sino que voy en dirección hacia un lugar en donde me dedico a compartir conocimientos, a sacar la mejor de mis sonrisas, a divertirme y a estar muy atenta, porque de mis alumnos aprendo también mucho. Cuando llega «el año», el año de oposición, tengo que lidiar con mi trabajo, mi vida personal y unos temas que he de suponer, son de 10, porque cada academia o preparador hace lo que buenamente puede para que sean los mejores. Sabes que te enfrentas a una prueba subjetiva, con criterios de valoración, sí, pero donde, si tienes la suerte de que corrigen un examen de nivel medio bajo, eso afectará positivamente en tu nota y, viceversa. Aquí, la suerte es tu mejor aliada, pero claro, no siempre hace acto de presencia. Si, con suerte consigues pasar esta fase, ahora te ves sometida a otra de las «suertes» en este proceso, que te toque exponer la primera o la última. Es un proceso tan justo que no sé cómo me atrevo a continuar. Cogeré fuerzas…
    Llega el día. Te plantas delante de 5 compañeros con la mejor de tus intenciones para que vean en tí lo que llevas años haciendo en un colegio. Otra vez llama a tu puerta la suerte. ¿Tendrá un buen día hoy el presidente? ¿Y el vocal 1? Tiene cara de no haber dormido bien, ¿Habrá discutido con su pareja? ¿Por qué bosteza el secretario? ¿Le estaré aburriendo? Son las 14.00 de la tarde. Llevan 3 exposiciones, tienen hambre, respira y continúa.
    Terminas. Te dan la enhorabuena y te vas caminado con una sonrisa porque lo has bordado. Ahora viene lo mejor. Una espera interminable para ver reflejado, en un número, todo tu esfuerzo y sacrificio de largos años para conseguir una plaza vaya usted a saber dónde. Después de todo esto, no creas que hemos terminado. Ahora viene lo más objetivo, la fase de concurso. ¿He dicho lo más objetivo? Jajajaja, disculpen.
    Entra en escena nuestra amiga la suerte de nuevo. Te toca en el tribunal X. Has tenido «la mala suerte» de que en él no te cuenten unas décimas, que en otros, por su buena suerte, sí que las cuentan. Te quedas sin plaza. La suerte te abandona definitivamente. Pero, ¡eh! Más suerte la próxima vez.
    Vamos, ¡no me jodas!

  8. Respuesta a María Bernal

    Leo que habla usted de «burocracía absurda». Y con eso me quedo.
    Todo está dicho.

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