Esta, conjuntamente con la afirmación de que “detrás de todo esto hay grandes fondos de inversión que buscan zonas de alta rentabilidad” y que “el trasvase Tajo-Segura sufre un déficit que aumenta exponencialmente los regadíos nuevos”, protagonizó los grandes titulares de la mesa redonda, organizada por IU-Verdes de Cieza, “El agua en la región de Murcia, recursos limitados, gestión perversa”
Crónicas de Siyâsa/Izquierda Unida
Dentro del ciclo ‘Los debates de la primavera’, organizado por IU-Verdes de Cieza, tenía lugar este jueves, 17 de mayo, una interesante mesa redonda bajo el título ‘El agua en la región de Murcia, recursos limitados, gestión perversa’. Un debate en el que participaron Alfonso Sánchez, presidente de ARECA (Agrupación de Comunidades de Regantes de Caravaca de la Cruz); Juan Alcaide, presidente del Sindicato de Riegos del Heredamiento Regante de Molina de Segura y Julia Martínez, miembro de Ecologistas en Acción y directora técnica de la Fundación Nueva Cultura del Agua (FNCA).
Condujo el acto María Cano quién, antes de presentar a los ponentes, señaló la importancia del debate sobre el agua, «un elemento del que en la Región se destinan 85 de cada 100 litros a regadío, la sobreexplotación de los acuíferos, la necesidad de un nuevo enfoque político-ambiental y la urgencia de un cambio del modelo productivo».
De entre los ponentes, en primer lugar tomó la palabra Alfonso Sánchez quien, centrándose en la situación de las tierras del Noroeste de la Región, denunció el incremento desde que entró en vigor la ley de aguas «de más de 2.000 hetáreas de secano a regadío de manera ilegal, que sacan hasta tres plantaciones al año mediante ‘pozos ocultos y otros sin contador’ con un importante incremento de nitratos; una situación que subrayó ha llevado a una gravísima pérdida de caudal de las fuentes que abastecen los regadíos tradicionales, especialmente en el término de Caravaca», lo que le condujo a afirmar que “la pluviometría no es la principal causa de esta pérdida de caudal, es la sobreexplotación”. Finalmente, denunció la actitud de la CHS que no «tramita las denuncias» hacia quienes, en palabras suyas, “nos roban el agua y además nos contaminan”.
Por su parte, Juan Alcaide, se centró en los “planes de modernización de regadíos” que, en su opinión, están sacando el agua del río para llevársela a zonas tradicionalmente de secano, lo que ha creado “un déficit descomunal de 500 Hm3 en la cuenca del Segura”. Asimismo, denunció que “detrás de todo esto hay grandes fondos de inversión que buscan zonas de alta rentabilidad” mientras que el pequeño y mediano agricultor se extingue en Murcia. Además, añadió los altos consumos energéticos que supone la impulsión de esta agua, el encarecimiento del precio de la misma y el sobre coste del propio plan que ha pasado de 12 a 53 millones de euros, aún sin estar terminada la obra.
Finalmente, Julia Martínez dirigió su intervención al planteamiento de alternativas cuando “el trasvase Tajo-Segura sufre un déficit que aumenta exponencialmente los regadíos nuevos”, señalando que, debido al cambio climático, en todas las cuencas se está recogiendo menos agua (un 14% menos de media y un 38% de caída en la cuenca del Segura). Incidió en la necesidad de una hoja de ruta hacia una gestión más sostenible del agua, un cambio de la matriz productiva hacia una economía menos dependiente del agua, el cambio de un modelo sostenido en la cantidad a uno basado en la calidad, el paso de la gestión de la oferta a la gestión de la demanda, la gestión sostenible de nuestros ríos y acuíferos, y la necesidad de la participación ciudadana en todos estos cambios. Finalizó hablando de que “hay que acabar con la corrupción”, de ahí la importancia del Acuerdo social por el agua.