Navegación mental

Todas las semanas nuestros lectores y lectoras pueden disfrutar de la sección La mirada de Tete Lucas, donde el célebre fotógrafo local lleva a cabo un análisis de las mejores fotografías que ha realizado de la localidad

Tete Lukas

Esta semana no hablaré de fotografía, sino que lo haré de uno de mis hobbies que durante algunos años practiqué y compaginé con la fotografía, guardando gratos recuerdos y un montón de imágenes. La escalada.

Cieza se encuentra dentro del conjunto de las Cordilleras Béticas o Sistema Bético, el cual se extiende por el sudeste de la península Ibérica por más de 600 kilómetros, desde el estrecho de Gibraltar hasta el Cabo de Nao en la Comunidad Valenciana. El Sistema Bético se subdivide a su vez en las cordilleras Prebética, Subbética y Penibética.

Así, Cieza presenta notables contrastes altitudinales, alcanzando su mayor altitud en la Sierra del Oro (926 meetros) y situándose las zonas más bajas a orillas del rio Segura, en torno a los 180 metros.

Son multitud las formaciones montañosas que salpican el municipio de Cieza y que lo dotan de una gran riqueza paisajística y medioambiental. Al sur del municipio encontramos la Sierra de la Palera, Cabezos Negros, el Almorchón, Collado Blanco, Cerro de Las Lomas, Sierra del Oro, Cerro de la Atalaya y Cerro del Morrón. Estas sierras se enmarcan dentro del conjunto de las  Cordilleras Penibéticas. Al norte encontramos la Sierra de la Cabeza del Asno, Sierra del Picacho, Sierra Larga, Sierra de Ascoy  y Sierra de Benís, pertenecientes al Sistema Subbético.

Ante semejante entorno, era de esperar que tarde o temprano llegara a Cieza el deporte de la escalada. Fue en los años 70 del siglo pasado cuando algunos ciezanos empezaron a escalar por primera vez las paredes de la Atalaya y el cerro del Castillo o el Almorchón, destacando entre estos pioneros Manuel Gómez ‘El Parreto’ o Juan Milanés ‘El Sopa’.

En aquellos años no existía el mercado de material de escalada y equipamiento de vías que tenemos hoy en día, o al menos era difícil de conseguir, por lo que los escaladores de entonces fabricaban ellos mismos cuñas de madera y clavos de acero que, a golpe de martillo, insertaban en la grietas que ofrecía la roca  y en los cuales no había más remedio que confiar  que aguantaran tu peso en caso de caída.

Ya en los años 80, y sobre todo durante los 90, fue José Antonio Gómez ‘Parreto hijo’ quien siguiendo los pasos de su padre y con la ayuda de un taladro eléctrico y materiales más modernos y especializados en escalada, equipó un gran número de vías en las verticales paredes del Castillo y el Almorchón.

En el año 2004 la revista especializada en escalada y de tirada nacional Escalar publicó un artículo escrito por el propio José Antonio sobre su trabajo de equipamiento, acompañado de imágenes tomadas por el fotógrafo de la revista y también de mapas para llegar a los distintos sectores, así como los croquis con los nombres de las vías y su grado de dificultad.

Desde entonces Cieza es un referente en escalada a nivel nacional, siendo visitada todos los años por escaladores y escaladoras de todo el país, atraídos tanto por la belleza de su entorno y  de las paredes, así como por la gran diversidad en el  grado de dificultad de las vías, asegurando el disfrute tanto de escaladores amateurs como de los más avanzados.

En el año 2009 una nueva generación de escaladores fundó en Cieza el primer club de escalada del municipio llamado Cieza Vertical, entre los que destacan nombres como el de José Ángel Almela, Plácido Ballesteros, Manolo Dato o  Silvestre Hernández, con los que he tenido el placer de compartir muchos ratos de cordada y quienes, con el tiempo, han ido equipando nuevas vías y reequipando las antiguas para que las nuevas generaciones sigan disfrutando de ellas.

Navegación mental es el nombre  que José Antonio ‘El Parreto’ dio a esa vía y donde vemos a  Pascual Guirao tomando un descanso y la sombra de un servidor, disfrutando como un crío.

Paz y amor.