Miscelánea, por José Antonio Vergara Parra

Miscelánea

Del gravísimo apagón del pasado 28 de abril podemos extraer un magisterio de lo más instructivo. La energía verde está algo verde y, por sus extraordinarias oscilaciones, precisa del auxilio sincronizado e inmediato de otras energías no tan verdes pero más estables. A los combustibles fósiles les debimos la movilidad de ambulancias, coches patrulla y camiones de bomberos en tan inéditas horas.  Las candelas nos dieron luz y los transistores a pilas nos mantuvieron unidos al mundo. Sí a la transición energética y sí a las energías limpias pero caminen más despacio. Si me hacen el favor, procuren que la política vaya un paso por detrás de la ciencia y no al revés. No es fácil sobrevivir en este mundo pero, puestos a ingeniarse un kit de supervivencia, se me ocurre una humilde casita de campo con cocina de leña y chimenea que, a su vez, surtiría de rescoldos al brasero de picón y al calientacamas. Una higuera, unas oliveras y un par de almendros y de manzanos, con sus caballoncicos y todo para las papas. Cerdos, gallinas ponederas, conejos y pollos. Y un horno moruno para cocer pan cada dos semanas pues el pan pan, el de toda la vida, no torna en chicle al cuarto de hora. Por can un galgo, enjuto y pelón pues así lo aconseja la canícula de estos lares.  Lámparas de aceite y un aljibe para guardar el agua de la lluvia. Y si algo sobrare o faltase, que es seguro, pues al trueque con los colindantes. Naturalmente, se haría necesario un economato para que nadie quedase sin cerveza y vino. Me barrunto yo que este kit daría para más de siete días. Para demasiados, diría yo; que nos quieren dependientes y apoquinadores.

Alguien* ha oreado los guasaps de Sánchez y Ábalos que, por entregas, los anda publicando El Mundo. Los mercenarios opinativos del psssssoe andan como iracundos por semejante transgresión de la intimidad del doctor copiae causa y cía. Sí; los mismos que callaban ante las presuntas filtraciones del mismísimo Fiscal General del Estado ya saben de quién, por qué y para qué. Hasta ahora, los guasaps conocidos tienen alguna relevancia política y ninguna jurídico-penal. El tocacojones, el impresentable, la pájara, el petardo, los hipócritas o el maltratador habrán de valorar el alcance de las apreciaciones de su amado líder.  En público sonríen y restan importancia a la cuestión pero ya me gustaría a mí saber qué opinan en privado del número uno. Hablemos del derecho a la intimidad; un derecho que goza de la debida protección jurídica y que sólo un juez, por motivaciones objetivas y suficientes, puede enervar. De ser Ábalos el garganta profunda, no habría caso pues hay jurisprudencia que resta consecuencia penal al quebrantamiento del citado derecho cuando quien comparte o autoriza la información es uno de los mensajeros; en este caso, guaseadores. En todo caso y en espera de una resolución distinta, ¿demandaría Sánchez a Ábalos? Va a ser que no. De ser citado el director de El Mundo, siempre podrá acogerse a su derecho a preservar la identidad de su fuente y a publicar información de relevancia pública. No hay caso. Otrosí digo. Aunque pudiera haberlo no lo habrá pues, si como parece, el pesoe sospecha de Ábalos, conviene no cabrear más al delator. Les propongo una reflexión. Ábalos tiene un futuro penal muy obscuro; azabache zaíno, diría yo. Si por arte de birlibirloque se fuera de rositas por gentileza de la fiscalía o, ulteriormente, del Tribunal de Pumpido, tendríamos derecho a pensar que los guasaps ya conocidos serían un ligero aperitivo respecto del plato principal: chorizos a la sidra.  Que nadie se me arremoline pues Pumpido remueve sentencias del Supremo por encargo. Para eso le pusieron, para convertir un tribunal de garantías constitucionales en un fuero de última instancia de nuestra más alta y cualificada corte.  Que se lo pregunten a los condenados por los ERES de Andalucía o a los golpistas catalanes que, por afinidad al poder en el primer caso y por preservar ese mismo poder en el segundo, han conocido las mieles de un sistema jurídico-político podrido basta el tuétano.

El contenido de los citados mensajes revela lo que ya he escrito en alguna ocasión y que, con sumo gusto, repetiré. Salvo alguna honrosa excepción, el poder de los partidos políticos reside en sus oligarquías orgánicas, a las que se unen personas ajenas al aparato pero con extraordinario poder. Dicho corpus ejecutivo hará y deshará a su antojo según convenga en cada momento. Dirá una cosa y la contraria, se desdecirá de promesas solemnes y abrazará propuestas que nunca estuvieron encima de la mesa. Marcará la propaganda a seguir y se asegurará de que la democracia interna y la libertad de expresión no sean más que sueños de una noche de verano. El disidente será repudiado y el discrepante seguramente recompensado. Saben de una legión de fervorosos fanáticos que han hecho de su filiación partidista un dogma de fe; es decir, la verdad revelada por Dios; en este caso, por un dios menor aunque igualmente idolatrado por auditorios en trance.

Tenemos democracia. Cierto. Y costó lo suyo conquistarla. Igualmente cierto. Pero la depauperación de la misma es palmaria y muy pocos parecen prestar la suficiente atención a este hecho.

Me preocupa la politización de la Justicia, el uso partidista de las instituciones del Estado, el galopante endeudamiento del conjunto del Estado, la inseguridad en las calles, la inexplicable inacción frente a la inmigración ILEGAL,  la descomposición de la unidad nacional, el abandono y estigmatización de la agricultura y ganadería tradicionales, la genuflexión de la soberanía nacional ante nacionalistas casposos y legatarios de asesinos, la subordinación de las necesidades reales de los territorios de España al peso político de cada uno de ellos**, la extraordinaria influencia de entes supranacionales sin domicilio social conocido,  la prevalencia de la especulación sobre el trabajo, la cohabitación de paraísos fiscales con abismos terrenales, el triunfo de la dialéctica de la guerra y el ocaso de la defensa de la vida, la corrupción sistémica de canovistas y sagastianos a la que el pueblo, desde una indulgencia inexplicable, parece haberse acostumbrado. La solución es fácil. Al que pillen trincando dinero público, o acepte sobornos y comisiones por adjudicaciones fraudulentas, no saldrá de la trena en tanto no reintegre a las arcas públicas hasta el último céntimo de euro de lo sisado según cuantificación determinada en sentencia firme. Jamás será así porque nuestro código penal está inspirado en el robagallinas y no en los hijos de la gran puta con corbata o sin ella que esquilman el sudor colectivo como si no hubiere un mañana. Pierdan toda esperanza pues nada hemos de esperar de un legislador con malos pensamientos. No hablo de errores, al alcance de todos los mortales. Ni de cambios de rumbo forzados por circunstancias sobrevenidas e insospechadas, cuya observancia es más que aconsejable por el bien de todos. Hablo de olvidos, ocurrencias, alianzas, cesantías, falacias, argucias, tretas y demás mezquindades motivadas por una única razón: la preservación del poder por el poder. Como los percebes a la roca, los políticos se aferran a los honores, estipendios y regalías que el poder les dispensa y que de otra manera, en la mayor parte de los casos, apenas podrían soñar.

*Noticia de ultimísima hora. A punto estaba de mandar el artículo para su edición cuando me entero de la confesión de Ábalos publicada en X. Hela aquí:

“Deseo aclarar para evitar especulaciones a raíz de una información sobre la filtración de unos whatsapps correspondientes a una conversación de 2023 con el presidente: Cuando el medio que los ha publicado me pide contrastar los whatsapps de 2023, no me opongo a su publicación porque entiendo que son de carácter positivo y los reconozco como tal porque dejan bien claro y demuestran que no es cierta la argumentación que usa la derecha y sus medios afines de que el presidente ocultaba las razones de mi cese por mi gestión como ministro, de la misma manera que mi incorporación en la candidatura de las elecciones generales de 2023 no se debía a una intención espúrea de aforarme para protegerme sino a un reencuentro en el contexto de una nueva etapa del PSOE, como así fue. Esto no quiere decir que yo haya filtrado nada, solo contrasto una información que me llega.”

A la vista de esta revelación, había pensado recomponer el artículo pero no lo haré. No me fío de este fullero ¿Se desentiende de los guasaps anteriores a 2023? ¿Hemos de suponer, por tanto, que hay una segunda garganta profunda? ¿Que su incorporación a la candidatura de las elecciones de 2023 se debió a un reencuentro en el contexto de una nueva etapa del PSOE? ¡Amos, anda!

** Hace unos días, el pleno del Congreso de los Diputados, por un sólo voto de diferencia, rechazó la Proposición de Ley de la Asamblea Regional de Murcia relativa al mantenimiento del Trasvase Tajo-Segura. Los diputados socialistas no apoyaron dicha Ley. Cierto. Pero el voto PRESUNTA Y EVENTUALMENTE favorable del Sr. Feijóo no existió por incomparecencia. ¿Una ausencia justificada o tal vez calculada? Nunca lo sabremos pero lo que sí sabemos es que Murcia, por su ínfimo peso político, es ninguneada una y otra vez. Zapatero derogó el PHN diseñado por Aznar pero ¿por qué Rajoy, con su mayoría absoluta, no lo recuperó? Demos gracias al Altísimo pues en tiempos pretéritos se construyeron DOSCIENTAS PRESAS y se ejecutaron dos obras colosales: el acueducto Tajo-Segura y el Plan Sur de Valencia (modificación del cauce del río Turia a su paso por la Novia del Sol tras las calamitosas inundaciones de 1957) La democracia, el menos malo de los sistemas políticos conocidos, se ha convertido en una oportunidad para ESTAR antes que para SER. Y con tal de prolongar esa estancia cuanto sea posible, la política ha quedado relegada a una suerte de juegos malabares y equilibrios imposibles donde los barómetros de opinión y la lealtad incondicional al gerifalte de turno marcan las prioridades y los olvidos.   

¿Quo vadis, Domine? Inquirió Pedro a Jesús. Roman vado iterum crucifigi, le contestó. Pedro, avergonzado por su huida apenas iniciada, volvió sobre sus pasos hacia la Città Eterna. Por predicar la Verdad, fue crucificado cabeza abajo. Cuenta la tradición, a la que quiero creer, que la Basílica de San Pedro se levantó por donde Pedro fue martirizado y que sus restos reposan en la cripta de la basílica.

Hace escasos días, Francesco recibió cristiana sepultura. Un descanso bien merecido. Ya no tendrá que aguantar al Cardenal Gherad Ludwig Müller y cía que, como ex prefecto del Santo Oficio (hoy camuflado bajo la eufemística nomenclatura de Congregación para la Doctrina de la Fe), ve herejías cuatro veces al día; una antes de cada comida y una cuarta al acostarse.

Estetas y doctores tiene la Iglesia a los que les chifla el boato, el postín, los palios, los anillos horteras y toda esa liturgia rococó. Detesto esa estética principesca que nada, absolutamente nada, tiene que ver con aquella sencilla túnica y el par de sandalias de El Pescador de Hombres. Huyo de las primeras filas en las iglesias y me sonrojan los cartelitos protocolarios en sus respaldos. Me chirría la prevalencia de la liturgia sobre la palabra, del folklore sobre la simplicidad y la hipocresía sobre la autenticidad. A cuenta del Hijo del Carpintero se ha creado una superestructura de muy costoso mantenimiento, de tal manera que en la toma de cruciales decisiones prima la mera preservación de la misma sobre el espíritu primigenio sobre el que aquella fue edificada. Sólo desde esta reflexión pueden entenderse determinados informaciones no contradichas. Si como dijo AQUÉL, la verdad nos haría libres, ¿por qué nos empeñamos en seguir esclavizados?

¿Puede un cura secularizado y casado recibir la eucaristía? ¿Y un laico casado por la Iglesia, divorciado y casado de nuevo por lo civil? ¿Y una pareja homosexual que vive su relación en plenitud y libertad? ¿Y qué me dicen de los cónyuges de un matrimonio católico anulado por un Tribunal Eclesiástico? Quien, conociendo casos de pederastia en alguna diócesis, calló y desterró al culpable a otros dominios en los que éste reincidió cobrándose nuevas víctimas, ¿está en pecado mortal y, por ende, no pude recibir la sagrada forma? No se molesten. Conozco las previsiones del derecho canónico y las doctas exégesis de jurisconsultos de negro. Lamentables por severas o acomodaticias, según los casos.

¿Por qué no se aborda el celibato como una opción libre, y no sine qua non, para el ejercicio del sacerdocio?  ¿Qué hay de malo en que un cura casado y con hijos suba al ambón para transmitir la palabra de Jesús? Sus homilías estarían más cercanas a la realidad de los feligreses.

No hay soberbia en mis palabras. Muy poca cosa sería sin mi fe y, precisamente para preservarla, he optado por sentarme en ultimísima fila. De oyente y por libre. O en ese banco de hierro forjado, bajo el pino centenario y sus inquietos alados. A veces me lleno de valor y entro a saludarle. Sé que está en todos lados pero hay sitios en los que le adivino mejor. Guardo silencio para oír mejor aunque no siempre consigo entenderle. Me basta el reposo que, transformado en un eco elocuente, me devuelve algo de paz.  Afuera hay mucho ruido y abundantes interferencias que tuercen el rumbo a cualquiera. Una vez estuve en la Basílica de San Pedro y nada sentí salvo exceso. Idéntica demasía experimento cuando entro en alguna catedral o en cualquier templo sobredimensionado.  Me va más el románico, puro y austero. O mi ermitica de aquí al lado. O una pequeña explanada rodeada de pinos donde más de dos se reúnan en su nombre. Esta es la forma de vivir mi fe. Una opción arriesgada y con menos asideros que otros caminos.  Entiendo que toda religión bienintencionada ha de tener una vocación ecuménica pues, de lo contrario, estaríamos negando la fraternidad de todos los seres humanos y, al mismo tiempo, una Paternidad común ¿No al clericalismo? ¿Por qué? En espera del elíseo prometido, la Iglesia Católica, Apostólica y Romana puede y debe inmiscuirse en los asuntos de este mundo. Hasta el cornejal ¿Acaso ha de permanecer impasible ante las matanzas de cristianos, la guerra, las drogas, el aborto, el hambre, la penuria, la trata de personas, el tráfico de armas y de órganos o la explotación económica por poner algunos ejemplos? ¿Debe estar proscrita la política (esto es, los asuntos de la polis) a la Iglesia? En absoluto. La Iglesia necesita caballeros templarios en su sentido puramente etimológico. Es decir, guardianes del templo y sus fieles. No estaba pensando en castillos, espadas o ballestas sino en plumas, hemiciclos, medios de comunicación, enseñanza, diplomacia, altísimas instituciones y en cualesquiera otros estrados donde se procure algo de cielo a quienes nacieron en un infierno.  Mientras nuestros hermanos mueren por proclamar y testimoniar su fe, mientras las profundas desigualdades enervan el libre albedrío de millones de seres humanos, mientras millones de criaturas advienen a este mundo en la más hiriente pobreza, mientras niños y niñas son desposeídos de su inocencia con despiadada depravación, mientras estas y otras cosas suceden, la Iglesia de Roma debería hacer todo lo posible, y lo imposible, por custodiar y preservar las mejillas ajenas. Que no caben más lágrimas aquí abajo ni más mártires en el Cielo.  

Me quedo con los rabadanes de pueblo, cercanos y humildes; a los que la curia les queda bien lejos y el mundo muy cerca. A su manera, pese a los auditores de la más descarnada ortodoxia, cuidan de cada una de sus ovejas, aún más de las descarriadas. En los dinteles de sus iglesias no cuelga el cartel de reservado el derecho de admisión. No juzgan; perdonan. No imponen; proponen; no niegan el Pan de Jesús a nadie pues nadie debería pasar hambre espiritual. Hablan todo el tiempo del Cielo y apenas del infierno. No son tibios, ni herejes, ni rojos ni leches frescas. Son como nosotros; humanos, imperfectos, falibles y pecadores pero, desde corazones todavía gozosos, anteponen la heterodoxia y debilidad humanas a la rigidez catequética.  Todos los caminos llevan a Roma pero, de vuelta a las provincias, la Via Della Conciliazione se ramifica en mil calzadas de trazados y orografías que incomodan a la simetría, llanura y esplendor de la primera. 

Mis opiniones valen poco y así ha de ser pero me importan a mí. A esa parte de mí, llamada consciencia, donde reside el heraldo de Dios. Siempre seré fiel a la Iglesia de Roma. Siempre. Pese a todo y por todo. No queda otro faro en pie donde acudir en noches tormentosas y días claros. Y que nadie olvide que las críticas u opiniones divergentes son infinitamente más insignificantes que el desapego e indiferencia definitivos.

¿Quo vadis?, amigos. Caminemos juntos por el triunfo del BIEN.