Todas las semanas nuestros lectores y lectoras pueden disfrutar de la sección La mirada de Tete Lucas, donde el célebre fotógrafo local lleva a cabo un análisis de las mejores fotografías que ha realizado de la localidad
Tete Lukas
El minimalismo es una corriente artística que se originó en la década de 1960 y que se caracteriza por la reducción a lo esencial, enfatizando la simplicidad y la economía de recursos. Este movimiento busca despojar las obras de elementos superfluos, permitiendo que el espectador se enfoque en la forma, el color y la textura. Aunque el minimalismo ha influido en diversas disciplinas artísticas, su impacto se puede observar con gran claridad en la arquitectura, la escultura y, especialmente, en la fotografía.
En la fotografía minimalista, los artistas utilizan composiciones simples y limpias, a menudo centrando la atención en un solo objeto o un conjunto limitado de elementos. Esta estética se manifiesta a través de espacios vacíos, líneas claras y una paleta de colores restringida. La idea fundamental es que, al eliminar lo innecesario, el fotógrafo no solo resalta al sujeto principal, sino que también invita al espectador a contemplar la imagen desde un lugar de reflexión, favoreciendo así una conexión más profunda con el contenido visual.
Fotógrafos como Andreas Gursky Hiroshi Sugimoto han explorado la reducción en sus obras, utilizando composiciones limpias y espacios vacíos para provocar una sensación de serenidad. La fotografía minimalista invita al espectador a observar y reflexionar sobre lo fundamental, revelando la belleza inherente en lo simple.
Hace no mucho tiempo descubrí, fotográficamente hablando, el Pantano del Quípar y la infinidad de posibilidades de crear imágenes que ofrece. Eso sí, para aprovechar al máximo estas posibilidades, hay que madrugar un poco, ya que el mejor momento para ello es al amanecer.
Por estas fechas, casi todas las mañanas, el pantano amanece bajo una densa niebla que hace parecer que te encuentras en otro planeta y el silencio reinante solamente es interrumpido por el canto de alguna ave o el coletazo de un pez en la superficie del agua.
Lo que primero llama la atención son las pequeñas islas formadas por las crestas de las cárcavas que asoman sobre la superficie y que se muestran como islas fantasmas que emergen entre la niebla y cuyo reflejo en el agua invita a hacer composiciones geométricas. Otros elementos que a primera vista pueden pasar desapercibidos, pero que ofrecen multitud de posibilidades son los carrizos cerca de la orilla que asoman en la superficie. Su reflejo nítido en el agua en calma crea formas geométricas que, en contraste con el blanco predominante de la niebla, dan pie a la creación de imágenes abstractas y minimalistas donde el protagonista es la forma.
Aquella mañana, tras un par de horas en la orilla del pantano, cuando la niebla se disipó, decidí subir a lo alto de la Sierra de la Palera para disfrutar de las vistas y estudiar las posibilidades fotográficas que me regalaba la mañana. Mi mirada fue directa a una de las isletas del pantano y, en un ejercicio de abstracción, encuadré una de ellas, asilada de cualquier otro elemento y rodeada únicamente de la monocromía azul del agua, generando una imagen minimalista que transmite una sensación de aislamiento, paz y tranquilidad, que crea en el espectador el deseo de estar allí, disfrutando de ese aislamiento, de esa paz y de esa tranquilidad que el mundo en el que vivimos nos niega.
El minimalismo no solo se limita a la creación de imágenes; también implica una filosofía de vida que busca simplificar y encontrar belleza en lo simple.
Paz, amor y decrecimiento.