María Pilar López, poeta inconformista

Rosa Campos López

Valiente e innovadora, María Pilar López (1919-2006) dejó un legado de diecisiete libros publicados, muchas vidas alumbradas como partera y un marcado perfil de persona con arrojo. Su vida, de valiosa referencia como poeta y humanista, es una auténtica épica de lo que puede hacer una mujer por construirse con la mayor libertad posible en un mundo dominado por el concepto patriarcal que se tenía entonces sobre las relaciones y los trabajos.

Quedó huérfana de padre con seis años (“He vivido pegada a tu recuerdo, / padre de mis pequeños años. / Tú me significabas la ternura…”). Desde Barcelona, donde la familia se fue a vivir cuando ella era pequeña, vuelve a Cieza, su ciudad natal, e inicia el Bachillerato. Tras le guerra civil parte hacia Madrid para iniciar su formación en la Escuela Nacional de Matronas; allí combinará sus estudios con sus inquietudes literarias, formando parte del colectivo Juventud Creadora  y colaborando en la revista poética `Garcilaso´, entablando amistad y fraguando proyectos con sus componentes, entre ellos José García Nieto, quien le escribirá el prólogo de `Tú y la huida´. En 1943, tras obtener la diplomatura, vuelve a Cieza, donde ejercerá como comadrona hasta su jubilación y seguirá escribiendo.

Su extenso caminar dejó una profunda huella en sus textos, en los que el amor y el dolor adquieren esa directa intensidad expresiva (“De tanto amar la vida / el corazón me duele; / y este color amargo de mis ojos  / los debo a tantas noches de soledad rabiosa. / Viajo sin cesar  / de la alegría al llanto. / Soy de vicio poeta. (…) ¿Qué más puedo deciros?: / que amo la poesía, / que tengo muchos años…, / que mi esperanza ilesa / me mantiene despierta, /segura de que alguien escucha mi latido; /que mi garganta tiene pájaros escondidos / que morirán rendidos / de soñar amapolas”). Poesía que desprende humanidad, con sustantivos precisos, certeros, de “poeta que no huye”, como escribiría Aurelio Guirao. Poesía de transparencias, que va derecha a decir lo que siente de sus experiencias internas y de lo que recibe del exterior (“Por si andáis escasos estos días / de historias que llevaros a la boca, / voy a contaros una muy sencilla. / Es la historia de Irene, que se murió pariendo. / (Embolia pulmonar, o embolia la que sea… / Embolia de miseria). / Irene era mujer de un emigrante. / ¡Qué caro el telegrama para avisar de su muerte! / ¡Qué taxi más costoso para llegar a tiempo! / ¡Pobre emigrante loco!… / Yo vi morir a Irene / (…) / y os juro que hubiera dado mis pagas y mis títulos, mi carnet de poeta / y toda la poesía que he escrito andando por las ramas, / y aquella que compuse a corazón abierto. / Todo, todo, os lo juro, lo daría / por la vida de Irene…”), la empatía estaba en su esencia.

Para su hija, a quien crió con todo el amor que le cupo en la anchura de su corazón –fue madre soltera cuando socialmente suponía una gran lacra serlo–, compuso poemas que invocan con  fuerza titánica su entrega de libertad: “Si alguna vez pretendo / encadenar tu vida, / ¡desencadénate! / Vuela tú con tus alas”.

Un documento visual para los ojos del alma, con esa verdad sensible que el saber mirar produce, son los poemas[1] de Mª Pilar López, ciezana homenajeada en sucesivas ocasiones en su pueblo[2], que ha puesto su nombre a la sala de estudios de la Biblioteca Municipal Padre Salmerón –anterior Maternidad[3] de Cieza, donde ella trabajó–. Todavía, a pesar de su ausencia, su figura recorre, en bicicleta, en Vespa o caminando, las calles en dirección a donde un ser humano está a punto de nacer, y su voz sigue viva en el poema registrado en la página que abramos de cualquiera de sus libros.

Ni lo trivial ni el rebuscado artificio hallaremos en sus versos, de libre composición, creados con esa misma libertad amorosamente entrañable (“Porque el agua y la estrella / y la flor y la nube / y el pájaro / y el cielo / tienen nombre prodigio, / yo te diría: Te-agua, /Te-estrella, / Te-flor, / Te-pájaro, Te-cielo, y he de decir: “Te quiero”. / Solamente Te-quiero, como una repetida / costumbre sin remedio), adusta a veces e inconformista hasta la médula, que ella esgrimió siempre: “Si alguna vez me veis / vivir tranquilamente, / con el alma conforme, / no dudéis en pisarme / porque ya habré muerto”.

 

[1] Con gran cosecha de referencias a su calidad poética, realizadas por  José García Nieto, Carmen Conde, José Manuel Ferräo, María Cegarra, Francisco Sánchez Bautista, Fernando Martín Iniesta, Aurelio Guirao y Andrés Salom (autor de la biografía Poeta María Pilar López, vida y obra), entre otras personalidades literarias.

[2] Colectivos culturales como la Asociación Cultural Cauce,  La Sierpe y  el Laúd, y Tras Cieza le han dedicado emotivos homenajes.

[3] Mariano Camacho Blaya (médico, gran amigo suyo y conocedor de su obra)  y ella trabajaron en el centro de Maternidad de Cieza hasta que, a principios de la década de los 80, se dejó de utilizar el edificio (Convento de San Joaquín y San Pascual, siglos XVII y XVIII) para este uso. Mariano Camacho es autor de `Tres cartas urgentes´, dedicadas a la poeta, precioso documento editado por Club Atalaya- Ateneo de la Villa de Cieza y Universidad de Murcia.

 

 

One thought on “María Pilar López, poeta inconformista

  1. María Campos López

    Inreresante, un mujer adelantada a su tiempo, como tantas sin visibilidad alguna. Me alegra haber leído tu escrito.

    Un abrazo

    María Campos López

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