Manuel Eloy Semitiel explica la relación entre la familia Martínez Caballero y San Bartolomé

La familia Martínez Caballero y San Bartolomé, Patrón de Cieza

En el año 1.988 fallecía el doctor D. José Martínez Caballero,  Don José Caballero como lo conocían los ciezanos/as. Era todo bondad, educación, serio, capaz de atender a un paciente a la hora que se le requiera. Muchas noches frías de invierno, lluviosas, acompañado por su prima Anita (Anita la comadrona), asistían a partos incluso en los casones sin cobrar ni un duro, con el solo interés de socorrer a las mujeres que iban a dar a luz y que no tenían recursos económicos para hacer frente a un parto seguro e higiénico.

En el año 1.989, justo un año después de su muerte, un grupo de amigos y pacientes entre los cuales me integré, le rendimos un sonado y emotivo homenaje del que todavía conservo papeles y un vasto archivo. La idea salió de un grupo de amigos que frecuentábamos la rebotica de la farmacia de Hipólito Molina Durá, entre los cuales estaban Hipólito Molina, Carmelo Gómez Templado, Francisco Guardiola Torres entre otros muchos y el que escribe Manuel Eloy Semitiel López, que actué de secretario. Se le hizo una solemne misa en el convento de San Joaquín, con alocución final del que les escribe. Después en la puerta de su casa, en la calle Cadenas, se descubrió una placa conmemorativa a su memoria y recuerdo, siendo un acto muy sentido, esperado y muy emotivo. Era un hombre bueno, médico ejemplar, mejor persona, amigo y ciezano hasta la médula.

Pero la historia de esta familia y el amor hacia la imagen del Patrón de Cieza, San Bartolomé, se remonta a años atrás. El matrimonio formado por D. Vicente Martínez y Dª Carmen Caballero, en el año 1.943, pagaron la reconstrucción de la imagen patrón, obra del mejor escultor que ha dado Cieza Manuel Juan Carrillo Marco y ayudado por su padre Manuel Carrillo García. Dª Carmen Caballero fue la camarera de San Bartolomé hasta su muerte, a principios de la década de los 70, y precisamente murió el día de San Bartolomé, un ya lejano 24 de agosto. Ella, incluso, regaló y recompuso la imagen de San Bartolomé y regaló la corona de plata que luce en las fiestas, corona cuya parte central es del año de 1.801. Además, la amplió con monedas de plata de su propiedad fundidas para tal menester. No pudo verla puesta en la cabeza del Patrono de Cieza, puesto que murió ese mismo año, creo que en 1.975, cuando el Santo la estrenó. No termina ahí la importancia de esta familia con el Patrón de Cieza, sino que gracias a la mediación de Anita Martínez Caballero, hermana de D. José Martínez, en el año 1957, siendo alcalde de Cieza el Sr. D. Juan Martínez García, el Ecxmo. Ayuntamiento de Cieza regaló a San Bartolomé el actual trono, tan singular y de belleza sin igual, que lleva, obra también del maestro Carrillo, el cual profesaba gran devoción y respeto a la imagen del Patrono de Cieza .Cieza vive sus fiestas, que son historia viva de sus gentes, de familias, de personas que han demostrado su ciezanía, su amor por lo nuestro, en este caso por el Patrono de Cieza.

No queda la cosa aquí, cuando murió Dª Carmen Caballero su entierro fue presidido por la imagen de San Bartolomé, pues en esos días se encuentra su imagen en la Basílica de la Asunción para sus fiestas patronales. La ‘chacha Mariana’, que vivía con ellos en la casa familiar cortó, bordó y cosió los paños de altar para la ermita de San Bartolomé y del vestido de novia de Anita Martínez Caballero hija de Dª Carmen Caballero y hermana de D José Martínez Caballero. Se hizo una casulla blanca de seda natural para el ajuar del Santo y de su ermita que todavía se conserva. Juan Martínez Caballero, hermano de Anita y de D. José Martínez Caballero, fue cabo de andas del Patrono de Cieza durante más de cuarenta años. En su entierro llevamos la imagen de San Bartolomé a la Basílica de la Asunción y también estuvo presente. El acto fue muy emotivo ya que extraordinariamente la imagen del Patrono de Cieza salía de su ermita fuera de los días de costumbre. Lo llevamos por unas horas y fue devuelto a su ermita una vez terminado el sepelio.

Sabemos los ciezanos de la importancia de la tradición antiquísima de San Bartolomé y su patronazgo en Cieza, que se remonta al siglo XVI, e incluso ya el padre Salmerón, primer historiador de Cieza, nos cuenta que es antigua y que la devoción del pueblo de Cieza por su patrono era como innata, adquirida de padres a hijos, sumergida en la noche de los tiempos. Pero en estos siglos, el XX y XXI, son otros aconteceres y merece la pena reflejar desde aquí el trabajo callado, abnegado y entregado de muchos ciezanos/as en torno a San Bartolomé. Una de estas familias es la compuesta por D. Vicente Martínez y Dª Carmen Caballero, sus hijos/as, y en especial a Anita, la última camarera del Patrono de Cieza, a la que recuerdo con sumo cariño, el mismo que ella profesaba por mí. Amiga de mis padres, gran ciezana que junto con sus padres y su hermano D. José fueron garantes de una de las tradiciones más antiguas que tenemos los ciezanos/as: la tradición de nuestro Patrono San Bartolomé.

Finalmente, he leído que dice un articulista, en una revista publicada con motivo de la feria, que San Bartolomé tiene un himno, el compuesto por el maestro D. José Gómez Villa, al cual yo se lo encargué en los años 80 del pasado siglo XX. Era gran amigo de mis padres, tanto él como su esposa Maruja siempre han profesado también gran cariño por el Patrón de Cieza.

Resulta que el primer himno compuesto para San Bartolomé lo hizo en los años 60 el sacerdote de Molina y destinado en Cieza como coadjutor de la Basílica de la Asunción y capellán de las monjas clarisas D. Dionisio Bernal Capel y decía así: “Bartolomé bendito de Cieza protector, discípulo de Cristo, modelo de virtud, que encandilas a las gentes con tu martirio y luz, haz que cumplamos fervientes el brillo de la cruz. Por tu valor y celo, los mandatos de Dios, alcánzalos del cielo, apóstol del Señor. T e canta Cieza entera con viva y fuerte voz, y en la vida certera defiéndenos Patrón. Cantemos todos juntos a nuestro Santo Patrón, de las tumbas a los altares se oye este clamor. Bartolomé bendito de Cieza protector, discípulo de Cristo, modelo de virtud, que encandilas a las gentes en tu martirio y luz, haz que cumplamos fervientes el brillo de la cruz”.

El himno del maestro Gómez Villa es el segundo compuesto para el Patrón de Cieza, no el único como dice el articulista, el primero es del sacerdote ya mencionado. D. Dionisio Bernal Capel, al que tanto quería Cieza, y que cuando enfermó ya para morir en el hospital de la Arrixaca, un mes de abril de los años 70, cuando los curas no tenían seguridad social y el obispado tenía que correr con los gastos hospitalarios, los ciezanos fueron generosos y sufragaron en todas las parroquias de Cieza los gastos de la enfermedad de D. Dionisio. Se pagaron los gastos con creces y lo que sobró fue entregado a Caritas Cieza. El pueblo de Cieza demostró el cariño que profesaba a aquel cura bueno, a D. Dioniso, al que todavía se le recuerda y se le quiere.

 

 

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