Recorrido histórico sobre temblores que ha padecido la población ciezana
José Olivares García
Cuando se piensa en el estudio y conocimiento de los terremotos se asocian habitualmente con las ciencias de la Tierra, también denominadas geociencias, otra cosa es si hablamos de sismos históricos, donde en los últimos tiempos han adquirido gran protagonismo los historiadores, arqueólogos y archiveros, que se han unido a los primeros creando equipos multidisciplinares. Gracias a esta simbiosis científica podemos encontrar en la bibliografía actual interesantes trabajos sobre los movimientos telúricos en España y su repercusión en la zona de Cieza.
Según el Instituto Geológico y Minero de España (IGME), la Región de Murcia se encuentra en una zona de sismicidad media-alta. Este organismo afirma que la tasa anual de terremotos en el espacio que ocupa la comunidad murciana es el doble que en el resto de la península. Concretamente, en la Hoja de Cieza del (IGME) se documenta que la sismicidad es bastante elevada, pudiendo llegar a una intensidad desde VI a VII, siendo frecuentes los sismos de intensidad IV. Afortunadamente, no suelen producir grandes daños y los focos que suelen situarse a poca profundidad. En su mayoría, estos acontecimientos sísmicos de nuestra zona se suelen concentrar a lo largo de la falla del cauce medio del río Segura, entre Cieza y Murcia.
Paleo-Terremotos en la Sima de Benís
Los sucesos sísmicos más antiguos que afectaron a tierras ciezanas están documentados en el interior de la Sima del Viento o Benís, en la sierra ciezana del mismo nombre (actualmente la sima más profunda de la Región de Murcia con -320 metros). Esta aseveración esta avalada por los trabajos que se han desarrollado en esta cavidad desde el año 2009 por parte del equipo multidisciplinar (Pérez-López, R., Bañón-Camacho, E., ET AL. 2019. Evidencias de terremotos cuaternarios en una sima hipogénica: La Sima de Benís (Murcia, SE España). Cuaternario y Geomorfología) y la comunicación personal del espeleólogo Enrique Bañón. En estos trabajos se han constatado varios paleo-terremotos a diferentes niveles de profundidad de esta interesante sima ciezana “de magnitud Mw entre 5,5-6,1 ocurridos durante los últimos c. 250 ka. (Kilo año es un múltiplo de tiempo anual que deriva de kiloannum y que significa «mil años”).
En esta cavidad también se ha documentado la secuencia sísmica de Mula de Mb: 4,8 iniciadas el 2 de febrero de 1999. (Mw 4,8; VI EMS-98, 1999; Mula). Los daños producidos por este evento se estiman en 7.000 millones de pesetas de la época (García Barona, 2001). Además, dentro de las zonas más profundas de la sima aparecen restos fósiles “in situ” de macro mamíferos (Lynx pardinus spelaeus). La edad de uno de estos interesantes fósiles fue establecida en 65 ka mediante racemización de aminoácido. Los científicos relacionan la muerte de estos linces de las cavernas con el posible aumento de dióxido de carbono y gas radón que la actividad sísmica provocó en el interior de esta excepcional caverna ciezana.
Terremoto de Orihuela y sus efectos en el término municipal de Cieza
Entre los años 1048 y 1049 d.C se documenta un gran terremoto con posible epicentro en Orihuela. Se le asigna intensidad VIII. Afectó sobre todo a la taifa de Murcia, a localidades como Murcia, Orihuela y Cieza, según los trabajos arqueológicos realizados en la muralla de época republicana romana de Bolvax entre los años 2013 y 2016 por María José Morcillo, Luis E. de Miquel, Antonio M. Poveda y Joaquín Salmerón. Los mencionados autores, documentaron en la excavación que se descubrieron varias grietas que evidencian un gran terremoto. El material arqueológico hallado coincide cronológicamente con la narración del suceso sísmico del año 440 de la Hégira o 1048/49 d.C, según la traducción realizada por el profesor M. de Epalza de un pasaje de la obra del geógrafo al-Udri que describe dicho evento telúrico: “Noticia de los terremotos en la región de la ciudad de Murcia y de Orihuela. Y esto es que los terremotos se sucedieron en la zona central de la región de Tudmir, en la ciudad de Orihuela, en la ciudad de Murcia y entre las dos. Y esto después del año 440 de la Hégira (1048/49 d.C). Duró esto para ellos alrededor de un año, cada día, muchas veces, sin fallar en eso ni un día ni una noche. La cosa llegó a tal punto que se derrumbaron las casas y quedaron destruidos los minaretes y todo edificio alto. Se derrumbó la mezquita mayor de Orihuela con su minarete. Se abrió la tierra en todas las zonas de la región. Se hundieron en la tierra muchas fuentes y otras tenían vapores pestilentes”.
Terremoto de Lisboa (también conocido como el del Océano Atlántico en 1755) y su repercusión en Cieza
El seísmo del 1 de noviembre de 1755, conocido como el Terremoto de Lisboa, marcó un punto de inflexión en el estudio de los movimientos telúricos, pudiéndose afirmar que con este evento se produjo el inicio de la sismología moderna.
Catalogada como una de las peores catástrofes sísmicas de la historia de Europa, el epicentro del terremoto se situó en el océano Atlántico, al suroeste de Cabo San Vicente y según estudios recientes podría haber alcanzado una magnitud superior a 8,5,. Esta es un área muy activa donde ya en 1531 se había producido otro evento catastrófico con consecuencias trágicas sobre Lisboa y la costa portuguesa.
Gracia a la obra Los efectos en España del terremoto de Lisboa (1 de noviembre de 1755) de José Manuel Martínez Solares, editado en el 2001 por el Instituto Geográfico Nacional (IGN), podemos conocer el informe de la Real Academia de la Historia que mandó redactar el rey Fernando VI. En este interesante trabajo aparecen las encuestas que todos los pueblos de España habían realizado por petición del monarca llamado “el Prudente” o “el Justo”, a través de la mediación del Gobernador del Supremo Consejo de Castilla, Diego de Rojas y Contreras, quien también era Obispo de Cartagena.
El señor Don Miguel Munio y Rosas, abogado de los Reales Consejos de su Majestad, Alcalde Mayor y a la sazón Gobernador de Cieza, fue el encargado de redactar el informe de Cieza y de reclamar a varios pueblos de su partido la redacción, y el envío de las encuestas, con todo lo sucedido en dichas poblaciones a consecuencia de este terremoto.
El Gobernador de Cieza comunica en su escrito que el evento telúrico se dejó notar en nuestras tierras en el día de Todos los Santos por la mañana. He de suponer que la mayoría de los ciezanos estaban en la iglesia parroquial, lo cual facilito satisfacer la petición real por parte de las fuerzas vivas ciezanas, entiéndase los que poseían cierta cultura, ya que en esta época no toda la población sabía leer ni escribir.
En este informe sobre Cieza, redactado por el doctor don Miguel Munio el 26 de noviembre de 1755, se pone de manifiesto que el evento tuvo lugar entre las diez y las once de la mañana, con una duración de los temblores en un intervalos de cuatro a quince minutos, sin que se produjera daños en edificios. Tampoco sufrieron daños las personas ni los animales propiedad de estas. En cuanto a la hidrología, se manifiesta en el informe que una fuente enturbió sus aguas. Dicho manantial lo identificamos como el del Madroñal, ya que también significa el redactor de la encuesta que una finca de secano propiedad del presbítero y fundador del Monasterio de la Inmaculada Concepción (conocido por los ciezanos y las como Convento de las Claras), don Matías Marín-Blázquez y Melgares, próximas a esta fuente, hoy conocida como la Casa del Cura, entre los parajes de La Tejera y el propio Madroñal, dichas tierras se humedecieron por una extensión de 100 varas cuadradas (unos 70 metros cuadrados). Corriendo un hilo de agua en un terreno de secano que jamás había conocido salida de agua alguna, ni en los años más lluviosos. Hecho que estimuló a su propietario a buscar el origen del nuevo afloramiento hídrico para el aprovechamiento en la citada finca.
Terremotos en el entorno de Cieza durante el siglo XIX
Según la prensa de la época, a principios de 1883, varios fueron los acontecimientos sísmicos que sucedieron en el Valle de Ricote, Fortuna y Mula; llegando a registrase en Archena un enjambre sísmico con una veintena de temblores y creando mucha preocupación e incertidumbre en estas poblaciones ribereñas. Estas crónicas destacan que, pese a lo cruento de estos movimientos telúricos, no produjeron afortunadamente daños personales. El redactor de La Correspondencia de España, diario universal de noticias, describió que nuevamente el viernes 23 de marzo de 1883, sobre las dos de la madrugada, bajo los pies de los ciezanos y las ciezanas se produjo un temblor terulico, en esta ocasión de dos segundos de duración. Como curiosidad y coincidencia, según la prensa consultada el mismo día, entró en erupción el volcán Etna abriendo once bocas por donde salía humo y escorias.
El Diario de Murcia, en su número 1240 del 3 de abril de 1883 relató que, además del terremoto del 1 de abril, Cieza sufrió heladas, pedrisco y enfermedades hasta el punto que dicho periódico afirmó que: ¡Cieza estaba dejada de la mano de Dios!
Con la esperanza de haber contribuido al mejor conocimiento de los acontecimientos sísmicos en la zona de Cieza, concluyo esta breve recopilación con la enseñanza que nos da la madre tierra a la cual debemos de cuidar, ya que solo somos una pequeña parte muy frágil dentro de su grandiosidad.