‘Los campos de la memoria’ en el Club Atalaya

El periodista e investigador Carlos Hernández de Miguel expondrá su trabajo sobre los campos de concentración en España

 Crónicas de Siyâsa/Club Atalaya

Dentro las VI Jornadas “Una educación para el siglo XXI. Miradas desde las ciencias y las artes”, el Club Atalaya acoge una charla-coloquio bajo el título ‘Los campos de la memoria’ que impartirá el periodista Carlos Hernández de Miguel. El acto será presentado por la profesora de historia, Ana Valencia Herrera y tendrá lugar el próximo miércoles 12 de febrero a las 20:00 horas en las instalaciones del ateneo

En España existieron 300 campos de concentración franquistas, 11 de ellos en la Región de Murcia, por los que pasaron entre 700.000 y un millón de españoles, según el periodista Carlos Hernández de Miguel, que investigó durante más de tres años sobre este capítulo “olvidado” por la historia. Una investigación que culminó con la edición del libro ‘Los campos de concentración de Franco’  que presentó el año pasado. “Los campos de concentración fueron la primera pata de un sistema represivo, un holocausto ideológico, que convirtió a toda España en una inmensa cárcel repleta de fosas. En ellos, presos políticos y prisioneros de guerra fueron asesinados, murieron de hambre y enfermedades, padecieron todo tipo de torturas y humillaciones”, explica.

El sistema franquista de estos campos fue diseñado de acuerdo a las necesidades de la dictadura, que eran el exterminio de los elementos más activos del entorno republicano y la consecución de mano de obra a través de los batallones de trabajo”, señala la organización. Durante toda la dictadura se fue borrando paulatinamente la documentación sobre estos campos, pero fue a mediados de los años 60 cuando se produjo una importante destrucción de archivos.

El autor del libro destaca el hecho de que ninguno de estas entre 700.000 y un millón de personas habían sido juzgadas o acusadas oficialmente y lamenta que a día de hoy el Estado no haya puesto los medios para que se conozca la existencia de estos campos de concentración y las nuevas generaciones se “vacunen” contra ellos.

 

 

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