Los articulillos independientes de Antonio Balsalobre

Ruido y furia

Será por la dichosa distancia física, porque nos juntamos tan poco últimamente o porque los encuentros casuales entre conocidos casi no pasan de un hola y adiós, el caso es que yo no percibo en la calle la misma crispación que se vive en el parlamento azuzada, en gran parte, por la oposición de Vox y PP. Ese ruido y esa furia que emanan de sus intervenciones. Sin embargo, a mí me da que se equivocan si creen que así van a conseguir tumbar al gobierno. Todo lo contrario. El espanto que producen sus mensajes apocalípticos (tantas veces comparables a los de Trump) no hace sino fortalecerlo. Asusta tanto pensar que Abascal y Casado (tanto monta, monta tanto) puedan dirigir conjuntamente este país, que no es de extrañar que incluso muchos de los que criticarían con gusto errores del gobierno prefieran contenerse y apoyarlo por salud democrática. Incluso Ciudadanos se lo está pensando.

Cese democrático

Que un gobierno destituya de un cargo político al miembro de un cuerpo de seguridad del estado que, según parece, ha elaborado (y luego filtrado a la prensa con la intención de desestabilizarlo) un informe con inexactitudes, distorsión de declaraciones de testigos y titulares tendenciosos de webs de extrema derecha, no pone para nada en entredicho la dignidad de esa institución sino la actuación e intencionalidad política de quien ha elaborado ese informe. Un libelo, por cierto, que busca criminalizar la manifestación del 8M de Madrid, cuando ese día se celebraron manifestaciones feministas en toda España y en todo el mundo. Entiendo que la oposición quiera que el gobierno nombre o mantenga a cargos de confianza que lo revienten por dentro. Pero todos podremos entender igualmente que cualquier gobierno que se precie tenga el derecho de prescindir de estos reventadores. El cese de Pérez de los Cobos se inscribe en esa aplastante lógica democrática.

Madrid se resquebraja

Si, como viene anunciando, el modelo de gestión que quiere Casado para España es el de Ayuso, apaga y vámonos. De escándalo en escándalo hasta el desastre final, no hay semana en que la presidenta madrileña no se supere a sí misma en chulería e incompetencia. Su gestión de la pandemia, sin ir más lejos, no ha podido ser más desastrosa. 1.950 personas que vivían en residencias de la Comunidad de Madrid fallecieron en marzo en los propios centros sin ser trasladados a un hospital para recibir asistencia sanitaria. Y no porque ellas no quisieran ser ingresadas sino porque una orden de su Consejería de Sanidad así lo reclamaba. Son datos estremecedores que la heredera de Aguirre intenta ocultar ahora torpemente. ¿Denegación de auxilio a personas en peligro? Eso lo tendrá que decidir la justicia. De momento, la coalición entre Ciudadanos y Populares se resquebraja entre broncas de sus consejeros. No es para menos.

Anexión infame

Tras 53 años de ocupación ilegal de Cisjordania, Jerusalén oriental y la franja de Gaza (según la resolución 242 de Naciones Unidas), Israel se dispone, con la ayuda de Trump, a dar el próximo uno de julio un paso más en su política reiterada de violación del derecho internacional: anexionar ilegítimamente un tercio de esos territorios que ya ocupa. Las ansias expansionistas de los israelíes parecen no tener límite. Cualquiera que se de una vuelta por esos territorios lo puede comprobar. Yo estuve allí el pasado mes de febrero y digo lo que he visto: un pueblo, el palestino, humillado, apaleado, saqueado, desvalijado en su propia tierra por un país extranjero que ha desplegado allí ilegalmente hasta seiscientos mil colonos en asentamientos amurallados que protege con su ejército invasor. Una política vil que solo puede recibir el nombre de apartheid. El llamamiento del primer ministro palestino a este plan infame de la Casa Blanca que destruye toda esperanza de paz y viola la legalidad internacional debería ser oído por la comunidad internacional.

 

 

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