Imagen de Claudio Caballero/L.O.
EL LADO MÁS HUMANO DE CIEZA
El viernes pasado sucedió un hecho, que tuvo un final feliz, con el que pudimos comprobar de que ‘pasta’ estamos hechos los ciezanos y ciezanas. Nos referimos a la desaparición, durante casi 12 horas, del pequeño René; un niño de 9 años del que nada se sabía desde que lo dejaron a las puertas del colegio. Sucesos como estos son los que jamás deseamos que sucedan. En este caso todo ha resultado bien lo que no es óbice para olvidar las horas de angustia que sufrió la familia, lógicamente en mayor medida, y, también, la ciudadanía de Cieza como bien reflejaron los acontecimientos posteriores. Sin embargo, todo este suceso nos ha servido para encontrar el lado positivo al mismo, y es lo que analizaremos a continuación.
El mediodía del 22 de septiembre marcó el punto de inflexión. Al terminar las clases de los colegios, a las 14:00 horas, saltó la alarma. Cuando van a recoger al pequeño, los profesores comunican a la familia que éste no ha asistido a clase esa mañana. Por tanto, se desconoce su paradero toda vez que a las 9:00 horas fue dejado a las puertas del colegio. ¿Qué ha pasado? ¿Dónde está? ¿Estará bien? Son las preguntas que asaltan a la familia.
Inmediatamente, la familia realizó un llamamiento público, a través de las redes sociales, solicitando la colaboración ciudadana para intentar localizar al niño. El resultado por parte de la ciudadanía ciezana resultó espectacular. Cieza se volcó para encontrar a René. Es destacable la acción inmediata de miles de personas que compartían la información al tiempo que se organizaban patrullas ciudadanas para buscar por las inmediaciones de la localidad.
Policía Local, Guardia Civil, miembros de Cruz Roja y de Protección Civil, el helicóptero del Servicio de Emergencias y ciudadanos estuvieron durante horas movilizados e intensificando la búsqueda del niño. Entre todas las personas que se movilizaron cabe destacar a dos por su capacidad de difusión e implicación a través de las redes sociales, que llegó a miles de personas. Una es Pascual Lucas, alcalde de Cieza, que mostró su preocupación y pidió la ayuda de sus conciudadanos. Lógicamente, ese llamamiento a la ciudadanía ‘va en el cargo’, pero es reseñable el alcance que obtuvo. La otra persona a destacar es Carlos J. Lucas, community manager de Cieza en Movimiento, que siempre ha sobresalido por su interés hacia los asuntos que atañen al municipio y que, en este caso, estuvo toda la tarde intentando informar y organizar a los ciudadanos en la búsqueda de René. Además, al igual que en el caso del alcalde, sus publicaciones y llamamientos tuvieron una repercusión enorme a través de las redes sociales.
Por todo ello, como mencionábamos al principio, es importante extraer lo positivo de un suceso de este calado. Y no es otro que la tremenda muestra de solidaridad por parte del pueblo de Cieza. Una solidaridad desinteresada, como debe ser cualquier tipo de solidaridad. La desaparición del pequeño niño conmovió y convulsionó los corazones de los ciezanos y ciezanas. Y se valieron de las nuevas teconologías, tan mal empleadas en numerosas ocasiones, para convertirlas en una herramienta solidaria y humana.
Si algo podemos extraer de todo este caso, aparte de la anécdota que queda después del feliz término de esta aventura, es precisamente lo expuesto. El pasado viernes tuvimos la ocasión de comprobar el lado más humano y solidario de la población ciezana. El mejor lado de una sociedad que, a pesar de su crecimiento, sigue siendo cercana y entrañable. Dentro de tantas visicitudes que se deben pasar en la vida siempre es agradable observar que podemos confiar en nuestros vecinos y esperar su ayuda. Porque Cieza sigue siendo humana, muy humana.