La vitrina de los meses de septiembre y octubre en el Museo de Siyâsa

Piezas cerámicas para la “depuración” del agua y su uso en las abluciones de los habitantes de Siyâsa en los siglos XII y XIII

Textos y fotografías de Joaquín Salmerón Juan, Servicio de Patrimonio Histórico Ayuntamiento de Cieza

En el Museo Siyâsa se expondrán durante los meses de septiembre y octubre las siguientes piezas arqueológicas de cerámica:

Reposadero cerámico para tinaja

Decoración plástica, incisa, impresa y calada. La pieza tiene forma cilíndrica semejando una torre de esa forma. En la parte frontal se representa una ventana doble con una columna en el centro y otras dos a ambos lados. Sobre la columna central se representa el “pitorro” de la pieza que semeja una gárgola (posiblemente una cabeza de león). La “terraza” de la torre estaba destinada a recoger el agua que exudaba la tinaja que se colocaba sobre ella, para conducirla con la ayuda de una incisión ramiforme, hacia el citado pitorro que había de verter el citado líquido en una “pileta de abluciones”.

Fragmento de pileta de abluciones de cerámica

Decoración plástica, incisa e impresa. La pieza semeja también una construcción, en esta ocasión de planta rectangular, posiblemente una vivienda. Las ventanas serían los rectángulos verticales cubiertos de una trama de líneas oblicuas cruzadas formando rombos que semejarían las habituales celosías de las ventanas exteriores de las viviendas.

Sobre el borde superior de la pieza hay un friso formado por una línea horizontal de estrellas impresas.

Las abluciones son baños rituales que hacen los musulmanes justo antes de cada rezo (al menos cinco veces al día recomienda el Corán). El lavado debe hacerse, al menos, de las dos manos (hasta los codos), la cara y las orejas, así como de los pies (hasta los tobillos).

Fragmento de pared de tinaja cerámica con representación de un ave con las alas abiertas

Decoración incisa e impresa. Podría tratarse de una rapaz por su semejanza con representaciones de águilas visigodas y bizantinas de los siglos anteriores a esta pieza.

 

Las “tinajas estampilladas” de decoración simbólica tienen, en ocasiones, representaciones animales, siendo las especies de lo más variada. En ocasiones estos animales tienen un punto o un círculo sobre su cuerpo.  Se piensa, por muchos autores, que ello podría querer representar que el animal no está vivo, burlando así la prohibición del libro de la “Sunna” de representación de animales vivos. Dicho tabú, de todas maneras, nunca preocupó demasiado a los musulmanes andalusíes. La Arqueología lo corrobora.

Fragmento de pared de tinaja cerámica con representación de una fila de cinco ciervas o gacelas que marchan de izquierda a derecha

Decoración impresa en tres bandas superpuestas con estampillas. La superior se conserva lo suficiente sólo para que sepamos que es una decoración epigráfica cursiva en árabe. La central muestra la citada cierva o gacela. La inferior muestra una fila de granadas.

Ya se ha dicho anteriormente que las “tinajas estampilladas” de decoración simbólica tienen, en ocasiones, representaciones animales, prohibidas por la Sunna pero no por el Corán. Dicho tabú, de todas maneras, nunca preocupó demasiado a los musulmanes andalusíes, sobre todo en la época califal, las tres etapas de los reinos taifas y en el reino de la Granada nazarí.

Fragmento de cuello de tinaja cerámica estampillada, con decoración simbólica

Decoración impresa o “estampillada”. Sobre el borde exterior del borde se representa un friso formado por una línea horizontal de estrellas impresas.

En la parte superior del cuello de la pieza se desarrolla una banda horizontal con una trama de estrellas de ocho puntas entrelazadas. Bajo ella se representa una galería de arcos trilobulados y apuntados. En el interior de cada uno de ellos se encuentra una “mano de Fátima” o “jamsa” que protegería el contenido líquido de la vasija.

La “mano de Fátima” es un tipo iconográfico preislámico y es frecuente en el mundo judío de la antigüedad y del presente. Al igual que en el mundo islámico tiene una función apotropaica o de protección contra el “mal de ojo” o cualquier otro tipo de maldición o enfermedad.

 

 

 

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