La sociedad actual, por María Bernal

Un caos difícil de resolver

¿Nos hemos parado a pensar que urge un frenazo en seco para analizar la puñetera sociedad que estamos moldeando?

Hombres, grandísimos hijos de puta, que matan a mujeres; mujeres histéricas y patéticas  que se cobijan en su condición débil para hundir a un hombre; políticos que, al parecer, pretenden una regresión al pasado(con tono dictatorial)o un viaje al futuro moderno y liberal; niños asquerosamente maleducados (y no lo digo por las pobres criaturas, sino por los soberbios padres que a base de permisividad y exigencia están destruyendo y tirando a la basura la educación que en el aula les intentamos dar). Faltas de respeto a los cuerpos de seguridad, cuando deberíamos besar por donde pasan, debido a su gran labor. Violencia, droga (en cantidades inimaginables) y malos hábitos en jóvenes que empiezan con diez años. Redes sociales repletas de fotos de menores (cuando los expertos aconsejan por activa, por pasiva y por voz media que no suban ninguna instantánea, porque hay mucho desgraciado inútil que se dedica a disfrutar con estas fotos y vídeos, ¡qué asco de verdad! Les cortaba yo el pensar con el pene, y les daba un sartenazo en la cabeza para que perdieran la consciencia).

Lo que nos ha costado conseguir la libertad, para que ahora vengan unos cuantos y la confundan con libertinaje. Usamos la democracia como sinónimo de “hago lo que me sale de las pelotas” sin tener en cuenta si hacemos daño o no.

¿En qué coño nos estamos convirtiendo? La respuesta está clara: en auténticos monstruos sedientos de éxito sin apenas esfuerzo, pisoteando a todo quisque, porque el cerebro inepto ha absorbido los sentimientos con los que nos parió nuestra querida madre.

Y, de repente, aparecen Facebook e Instagram, como enemigos de las personas, como solución a todos nuestros problemas y como reflejo de una hipocresía que grita minuto a minuto. Pero todos somos guapos y felices. Sí, porque como no se han dado cuenta de lo feliz que soy, voy a publicarlo cien veces al día, para que no haya dudas. Y no, no cabe duda de lo felices que son todas las personas guapas y simpáticas habidas y por haber en este espacio virtual.

¿Dónde narices están los valores? Somos tan sumamente idiotas que nos cambiamos de chaqueta cada vez que se nos antoja, dejando de lado a personas, experiencias y emociones.

Pero no tiene importancia, porque el  egocentrismo se ha convertido en el estilo de vida de muchas y muchas personas que solo se dedican a presumir de lo que verdaderamente carecen y que, de manera sucia, echan toneladas y toneladas de tierra al trabajo de personas que se sacrifican, hasta el punto de poner en juego su salud.

Pero claro, como la verdad de esos ignorantes es única e irrevocable, pues la víctima se tiene que aguantar.

Pensemos bien en lo idiotas que nos estamos volviendo, que en lugar de luchar por las verdaderas necesidades de la vida vivimos continuamente preocupados por querer destacar, demostrar y aparentar lo que quizá nunca lleguemos a ser. Espabilen que se están cargando la Sanidad, la Educación…en definitiva, el Estado de Bienestar español, y vuestra única preocupación es estar pendiente de lo que se publique en las redes, en lugar de echarse a la calle y protestar.

Existe en la sociedad un caos que no parece tener una solución inmediata. Nos hemos vuelto locos: agredimos, tergiversamos, insultamos…porque en este país no existe educación, y lo más horrible es que nadie tiene cojones a diseñar unas leyes que castiguen sin miramiento alguno a todos esos energúmenos, sean hombres o mujeres, que se encargan día tras día de hacerle la vida imposible a personas inocentes. Porque todo el mundo tiene el derecho a la presunción de inocencia. Claro que sí, pero una vez que esté todo clarificado: la presunción a la basura y la tortura en acción. Y es que en estos casos, en los que se demuestra la culpabilidad de un monstruo, no hay Derechos Humanos que lo defiendan. No es crueldad, es justicia.

Y es que claro, en una ciudad sin ley, es muy fácil ser dueños de la civilización y tener a la gente a nuestro servicio, porque de no ser así, la amenaza está garantizada y llevada a cabo.

 No entiendo de leyes, pero sí de bienestar, y está claro que la sociedad seguirá presentando un panorama desolador y anárquico si no hay un par de narices en el gobierno. Somos marionetas del poder y, como los protegidos son ellos,  sus queridos ciudadanos, de los que tanto se acuerdan durante el periodo de elecciones, se tienen que joder, así, literal y realmente.

Alarmante es esta situación que está creciendo y expandiéndose día tras día y que no parece preocuparnos porque es como si viviéramos en una burbuja. Pero, ¡ojo! El día en el que esa burbuja explote será demasiado tarde para intentar poner parches en nuestra vida y pretender huir así del caos. Por tanto, vamos a dejar de ser engreídos que solo se dedican a llorar para dar lástima y ser personas que luchen por todo lo que beneficie a la sociedad.

 

 

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