La República española tuvo rostro de mujer

FIRMA INVITADA

El sentimiento republicano se vio afianzado por el rostro femenino de ‘La Mariana’ española, símbolo de identidad nacional

Pablo Pino

Cómo vaticinaría Aznar-Cabañas, el 14 de abril de 1931, España se acostó monárquica y despertó republicana. Las múltiples celebraciones, se repetirían por las principales ciudades del país. En todo el Estado se reprodujo el mismo curioso fenómeno, sus gentes no entonaron el característico himno de Riego sino la Marsellesa.

El interés que mostraría la segunda República por la iconografía revolucionaria francesa ya se hizo patente en 1873 en la proclamación de la primera. Fue Tomás Padró Pedret, dibujante de la revista La Flaca el encargado de alegorizar la republica, utilizando para ello una serie de recursos, propios de la iconografía revolucionaria francesa. La famosa efigie con un pecho al aire sería tomada por la República con el interés de despertar el ardor revolucionario que insuflaba en los corazones la conocida ‘Marianne’ francesa. Llamada así, por el español Juan de Mariana, filósofo del derecho y jesuita, que desarrolló ideas como el tiranicidio y el derecho de la resistencia a la opresión. Fueron los contrarrevolucionarios, los encargados de nombrar peyorativamente ‘Marianos’ a los revolucionarios. En su honor y por el orgullo de ser Mariana, la efigie francesa sería conocida en el mundo por ‘Marianne’.

‘La Mariana’ española de Tomás Padró comparte toda clase de características con su homologa francesa, uno de estos rasgos distintivos es el gorro frigio. Símbolo de libertad, el gorro frigio, debe su simbolismo a una confusión con el gorro Píleo, gorro usado para ofrecer la libertad a los esclavos romanos en un acto de manumisión.

‘La Mariana’ española, no tardaría en hacerse con los corazones republicanos, siendo conocida por ‘la niña bonita’. Aunque algunos conservadores utilizarían la imagen del gallo que la acompaña para asegurar que las mujeres republicanas eran ‘más putas que las gallinas’. Lo cierto es que ‘la niña bonita’ fue un icono querido durante la I República. Es por esto que con la llegada de la II República el uso de la iconografía francesa no se haría de esperar. A ‘la niña bonita’ la despojaron de su gallo, para que ningún conservador se atreviera a hacer un chiste. En su lugar, le acompañó un león, símbolo de la fuerza de la República. Los libros, en primer plano, simbolizarían la importancia de la educación para este nuevo Estado, mientras que la balanza representaría la justicia y equidad social. El barco, el avión y el ferrocarril darían a ver la modernidad de la nueva España y el escudo a sus pies mostraría los tres pilares fundamentales de esta nueva sociedad: libertad, igualdad y fraternidad.

‘Mariana’ no solo dio luz a aquellas mujeres que levantaron la República como Federica Montseny, Clara Campoamor, Victoria Kent o Margarita Nelken, sino a todas aquellas que la construyeron y a las que sólo la efigie puso rostro.

 

 

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