La remesa semanal de articulillos sueltos de Antonio Balsalobre

Todo un canto

Me llega por wasap el vídeo y canción colaborativa ‘Si se calla el cantor’ con la participación de Ciudad Jara, TéCanela, Rupatrupa, Amaral, Luis Pastor y Pedro Pastor, Los Locos Descalzos, Rayden, Marisa Valle Roso, ZOO, El Jose, María del Tango, Delaporte, Travis Birds, Nyeleti y Xiluva Tomás, Sara Socas y Antílopez. Todo un SOS en defensa de la Cultura Segura en estos tiempos inciertos. Forman esta red artistas, promotoras, personal técnico, agencias y trabajadoras del sector audiovisual que están sufriendo la pandemia por partida doble y que llevan meses trabajando para reinventarse. La integran también salas de conciertos, museos, teatros, festivales reconvertidos… que luchan por seguir siendo una ventana abierta al mundo del arte. Y, cómo no, un público que no está dispuesto a que se imponga el silencio. Que no pare la cultura segura. Que si se calla el cantor, calla la vida, “porque la vida, la vida misma es todo un canto”.

El veredicto de las urnas

Trump lleva tres semanas moviéndose en una realidad alternativa o paralela. En esa realidad antidemocrática, Biden no es presidente, ni ha ganado las elecciones, sino que todo obedece a lo que su abogado de 20.000 dólares al día, que el otro día, desasosegado y perdido, parecía licuarse en el negro tinte de su cuero cabelludo, llama “robo” electoral sin aportar ninguna prueba al respecto. Giulani y el actual mandatario de la Casa Blanca no son los únicos que se niegan a admitir la tozuda realidad de los hechos. En España vivimos algo semejante el año pasado cuando la estrategia del PP pasó, desde el primer momento, por tachar al Gobierno de Pedro Sánchez de “ilegítimo”. De hecho, el de la ilegitimidad ha sido el principal argumento utilizado por Casado durante el confinamiento con el propósito de derribar al gobierno. Sólo es cuestión de tiempo que tanto uno como otro acepten el inapelable veredicto de las urnas.

Sáhara

Mi lectura del magnífico libro de Alejandro García ‘Historia del Sáhara y su conflicto’ ha coincido con la ruptura del alto el fuego en Guerguerat y la declaración del estado de guerra por parte del Frente Polisario en su lucha contra la potencia colonizadora marroquí. Para los que siempre nos hemos sentido emocionalmente identificados con la lucha heroica del pueblo saharaui, minoritario y oprimido, el análisis del conflicto a cargo de este profesor de Historia de la Universidad de Murcia, es sumamente esclarecedor. Como bien sabemos, el enquistamiento de esta “guerra imposible” para los saharauis y la hipocresía de una diplomacia internacional sin resultados juega a favor de Marruecos, aunque esta ocupación esté suponiendo una sangría económica de enormes dimensiones para este país. Se vislumbra, sin embargo, algún atisbo de esperanza para los más débiles. “La aparición en los últimos años, dice García, de un movimiento ciudadano que se reconoce en la causa de los derechos civiles”, y que al margen de las armas está dispuesto a batirse en el terreno de los derechos humanos. La comunidad internacional no debería hacer oídos sordos a estas nuevas voces.

Entre tinieblas

Cuando oigo a facinerosos como el párroco de la Basílica de ‘La Purísima’ de Yecla, José Antonio Abellán, decir que la Ley Celaá lo que busca es que los niños con discapacidad «estorben» como excusa para «matarlos», me indigno agriamente primero, me asalta a continuación una duda perversa y oscura sobre los límites de la libertad de expresión y termina invadiéndome una profunda tristeza sobre la condición humana. Que este hombre sea cura es pura anécdota, una fatal coincidencia quiero creer. Hay otras gentes que piensan como él pero él vomita estas atrocidades desde un púlpito, y eso sangra de otra manera. Pero no nos engañemos, no caigamos en la trampa. No es esta una cuestión de fe sino de fanatismo ideológico, ni siquiera religioso. El fundamentalismo no es exclusivo de ciertas corrientes islámicas. La “terrible oscuridad” que este hombre con sotana cree ver a su alrededor es la que reflejan las tinieblas enquistadas en su alma.

 

 

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