La remesa de articulillos independientes de Antonio Balsalobre

Johnson el festero

A este paso, Boris Johnson le va a echar la pata como festero al cantante de Los Golfos, aquel grupo de los 70, referente de la música hortera. El otro día, como en la canción, le preguntaron en el Parlamento: “¿Qué pasa contigo, tío, que vas saltando de lío en lío?”. Y encogiéndose de hombros contestó: “Conmigo qué va a pasar / pues que me paso el día de juerga / todas las noches sin descansar /dándole al vino y a la guitarra” / con asesores cerca del bar. Bueno, para ser más exactos, en los jardines del 12, Downing Street. Eso, mientras que muchos ciudadanos no podían despedirse de sus seres queridos por las normativa anticovid impuesta por él y su gobierno. La opinión pública, pero también la prensa conservadora e incluso un sector de su partido, está que trina. Y es que, y acabo parafraseando de nuevo la canción, “con tanto cachondeo, tanta juerga y tralará, antes de que acabe el invierno lo van a tener que “enterrar”.

Dentro de lo posible

Estar en el gobierno o formar parte de una coalición gubernamental implica, entre otras muchas cosas, afrontar el mundo tal como es y actuar para mejorarlo. La máxima es de Chomsky, lingüista, filósofo y activista estadounidense, cuyas teorías sobre gramática generativa tuve la suerte de estudiar en mis años de Facultad, y a quien tengo ahora el placer de seguir cuando reflexiona sobre política y sociedad. El todo o nada que preconizan algunos puede servir (aunque no siempre) para hacer oposición destructiva o eludir responsabilidades, pero no en la ardua tarea de gobernar el día a día. La reforma laboral consensuada por sindicatos, empresarios y gobierno, de la que  algunos grupos que se dicen de izquierdas amagan con desvincularse por considerarla insuficiente (todo es mejorable, claro está) “entra” dentro de lo posible y de algún modo, vuelvo a remitirme a Chomsky, puede servir para mejorar esta sociedad.

Presupuestos regionales

“Una Asamblea dividida aprueba sin consenso los presupuestos”, titula el diario La Opinión. Y a la vista está que es así pues han salido adelante con los únicos votos del PP y de los tránsfugas de Ciudadanos, que están a su servicio. Y como no podía ser de otro modo, para justificar esta chapuza, Miras recurre a sus dos mantras más socorridos. Bajada de impuestos en la Región y sistema de financiación injusto por parte del Estado. Lo primero no deja de ser sorprendente. Si llevan más de veinticinco años bajándolos, no sé cómo queda todavía alguno en pie. En cuanto a lo segundo, conviene recordar que, aun siendo razonable, su partido no predicó con el ejemplo, ya que no cambió ni una coma de ese “nefasto” sistema en los tiempos de mayoría absoluta de Rajoy. Al final, quedan unas cuentas que son un puro trámite, sin concertación, con graves carencias para abordar los problemas en educación, sanidad o el Mar Menor y, además, sin equilibrio presupuestario.

Ucrania

Es difícil saber, desde fuera, lo que va a pasar en los próximos días en Ucrania. Probablemente, ni siquiera lo sepan los propios actores del conflicto. Todo dependerá, claro está, de hasta dónde estén dispuestos a llegar los dos bloques beligerantes para hacerse con el botín de países y territorios surgidos tras la caída de la URSS y de la desintegración del Pacto de Varsovia. El occidental, capitaneado por Estados Unidos y la OTAN, en su determinación de ampliar su zona de control hacia el este. El ruso, apoyado por China, el otro gran actor en la contienda, en su voluntad de seguir considerándolos casi como propios. Lo peor de todo es que una vez más Europa se puede volver a convertir en campo de batalla entre las grandes potencias. Hay negociaciones en marcha. Apostemos por ellas. Nos lo dice la experiencia. Más vale, no diré un mal acuerdo, pero sí un acuerdo de mínimos, que una “buena” guerra.

 

 

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